
¿Por qué me cuesta confiar? Lo que tu estilo de apego dice sobre ti 3w2o5s
Descripción de ¿Por qué me cuesta confiar? Lo que tu estilo de apego dice sobre ti 604j4t
¿Alguna vez has sentido que confías demasiado, o demasiado poco? ¿Que te cuesta soltar el control, pedir ayuda o sentirte segura en una relación? En este episodio exploramos las raíces de esa dificultad para confiar, desde una mirada cálida y profunda sobre el apego. Descubrirás cómo se forma tu estilo de apego, qué impacto tiene en tu vida adulta, y lo más importante: cómo empezar a sanar esa base emocional desde el presente. Hablamos de apego seguro, ansioso, evitativo y desorganizado, con ejemplos reales y herramientas para comprenderte mejor, sin juicio. ✨ Porque no estás rota. Solo aprendiste a protegerte. Y hoy puedes aprender a sentirte segura, paso a paso. 👉 Puedes arme para sesiones individuales o grupales escribiéndome a [email protected] 📲 Y tienes más información en mi web www.raquelsedano.com o en mi Instagram @raquelsedano.com b4l47
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
¡Hola, bonita! ¡Feliz día! Hoy quiero hablarte de un tema que toca algo esencial en nuestra vida diaria y esto es la confianza. La confianza en ti, la confianza en los demás y la confianza en la vida en general. Esta es la primera parte de dos episodios y en este nos centraremos más en la confianza en los demás y en el próximo nos centraremos en la confianza en la vida. Y quiero contarte algo importante. La forma en que hoy sentimos o nos sentimos confianza no surge de la nada.
Muchas veces está muy relacionada con el tipo de apego que tuvimos en nuestra infancia, el modo en que nos cuidaron, nos miraron, nos atendieron o no lo hicieron. Eso dejó una huella, un mapa interno en nuestra mente sobre cómo funciona el mundo y qué podemos esperar de él. ¿Qué es el apego y por qué es tan importante? Desde que nacemos venimos con una necesidad interna muy básica, conectar con alguien que nos cuide y nos proteja.
Es un instinto de supervivencia ya que cuando somos pequeños somos muy vulnerables y no podemos valernos por nosotros mismos. Necesitamos de un adulto que nos cuide, que nos entienda y que nos proteja en todo momento. Y dependiendo de cómo esas primeras necesidades fueron respondidas, nuestro cerebro y nuestro corazón fueron formando una idea. ¿Puedo confiar en que me van a cuidar? ¿Es seguro buscar ayuda cuando la necesito? ¿Soy importante para los demás? Ese conjunto de respuestas emocionales es lo que llamamos apego. Y ese primer estilo de apego se convierte, sin que nos demos cuenta, en la base emocional sobre la que después construimos toda nuestra vida. Así que según cómo nos cuidaron, atendieron, protegieron, vamos a desarrollar un tipo de apego u otro.
Por un lado tenemos el apego seguro que es la raíz de una confianza sana. Si de pequeñitos tuvimos cuidadores atentos, cariñosos, previsibles, aprendimos algo precioso. Que cuando lo necesito, alguien está siempre ahí. Que puedo confiar, que soy valiosa tal y como soy. Y eso de adulto se traduce en tener confianza en ti misma, tener capacidad de buscar ayuda y apoyarte en otros cuando lo necesitas y tener fe en la vida. Saber y sentir que aunque la vida tenga momentos difíciles, también puedes sostenerte y que todo va a salir bien. Cuando has crecido así, tiendes a ver el mundo como un lugar bastante seguro y predecible. Sientes esperanza de manera natural y sientes que puedes afrontar los desafíos porque confías tanto en ti como en que si necesitas ayuda, alguien estará ahí.
Pero también hay otro tipo de apego que es el inseguro. Y este es el origen de muchas dudas e inseguridades internas. Si el cuidado cuando fuimos bebés y niños fue inconsistente o fue frío o incluso amenazante, no aprenderemos a confiar tan fácilmente. Y entonces se forman otros estilos de apego como el apego ansioso, el apego evitativo o el apego desorganizado. Y cada uno de estos estilos deja su propia huella, especialmente en nuestra capacidad de confiar en nosotras mismas, en los demás y en la vida. Hoy quiero contarte con calma cada uno de estos estilos de apego para que puedas entender quizás por qué a veces te cuesta confiar, por qué sientes que tienes que controlarlo todo o por qué te invade esa sensación de que nunca es suficiente.
Te invito a que escuches cada uno con mucha curiosidad y compasión hacia ti. Todo esto no es para juzgar el pasado ni a nadie, sino para entendernos mejor, comprender por qué nos pasa lo que nos pasa y abrir caminos nuevos. Vamos a comenzar con el apego seguro. El apego seguro es la base emocional sólida que nos permite sentir confianza en nosotros mismos y en los demás y en la vida, como te decía. ¿Y cómo se forma ese tipo de apego? El apego seguro no surge por casualidad. Se construye en la infancia, a través de una relación previsible, afectuosa y disponible con las personas que nos cuidan. No tiene que ser perfecta, claro que no, pero sí lo suficientemente buena.
Y te pongo ejemplos concretos en los que se puede desarrollar esta confianza para que se entienda mejor. El ejemplo de un bebé que llora y su madre acude. No siempre a la primera, pero acude, está ahí, lo calma, lo acoge, le transmite con su cuerpo y con su voz, estoy aquí, te veo, te sostengo y te doy seguridad. El ejemplo de una niña que tiene miedo por la noche y su padre se sienta a su lado, le explica que todo está bien, le da un abrazo, no le dice no pasa nada o estás exagerando. No, le valida el miedo, le ofrece presencia. O un niño que se enfada y se frustra y su cuidadora no le castiga ni lo ignora, sino que lo acompaña, le ayuda a nombrar lo que siente, le ayuda a comprender lo que le sucede, le dice entiendo que estés así y aquí estoy contigo.
Estas experiencias repetidas a lo largo del tiempo hacen que ese niño o niña aprenda algo esencial, puedo confiar. ¿Qué aprende un niño con apego seguro?
Comentarios de ¿Por qué me cuesta confiar? Lo que tu estilo de apego dice sobre ti 3m4h56