Ansiedad, inseguridad, perfeccionismo… ¿Y si solo fueran partes de ti pidiendo ser escuchadas? 5j1cb

Una de las preguntas más profundas que podemos hacernos es ¿Quién soy? Cuando me hago esta pregunta, mi parte científica diría que mi verdadero yo es la mente que surge cuando mi cerebro está integrado. Y mi parte más filosófica diría, mi verdadero yo es lo que surge cuando mi cerebro es libre.

Ambas son la manera de responder a la pregunta ¿Quién soy? Y espero que al final de este episodio, la ciencia que responde a esta pregunta te ayude a comprender quién realmente eres.

Cuando digo mi verdadero yo es lo que surge cuando mi cerebro es libre, ¿a qué me refiero? Pues bien, vamos a hablar de qué es un cerebro realmente libre, porque a menudo nuestros cerebros o mentes no son tan libres como creemos. Y es que, por cómo funciona nuestro cerebro, éste solo nos permite ser conscientes de ciertas cosas y no nos permite ver la realidad en la que vivimos de forma completa.

Para este episodio quiero explicar esto utilizando como referencia un tipo de terapia de la que os he hablado en otros episodios. Y de hecho te animo a que escuches antes el episodio con título Ojalá todo el mundo supiera esto, no es mágica, es neurociencia, donde explico con detalle la terapia de partes o IFS.

La terapia IFS, que son las siglas de Internal Family System en inglés, estudia profundamente la razón de nuestros problemas entre comillas o nuestros estados internos y limitaciones que nos hacen sufrir para poder entonces crear un cerebro más libre y poder sentir vitalidad, seguridad en la misma y plenitud. Quien desarrolló la terapia IFS fue el terapeuta Dick Schwartz. Cuando comenzó a trabajar con este enfoque terapéutico, su misión no era descubrir un yo más libre o más verdadero y auténtico. De hecho, en un principio Schwartz solo prestaba atención a los aspectos más limitados o rígidos de nuestra personalidad.

Y comenzó a llamar a estas formas limitadas de nuestra personalidad nuestras partes. Por ejemplo, quizás una parte de mí es muy segura de sí misma, incluso demasiado confiada a veces, como por ejemplo en mi rol de jefe en el trabajo, pero luego otra parte de mí es muy insegura y esa parte surge en casa cuando soy muy dependiente de mi pareja y necesito que me valide todo el tiempo. Y de hecho no es raro tener partes muy opuestas como estas. Schwartz también descubrió que debajo de estas partes de nuestra personalidad hay algo más intacto, más completo, más esencial, a lo que comenzó a llamar el yo esencial o self.

Así que vamos a seguir su camino y comenzaremos con este concepto de partes. Y del mismo modo que Schwartz en su estudio de las partes encontró algo que no era una parte sino el yo verdadero, nosotras también responderemos a la pregunta de qué es el verdadero yo y quién soy realmente, identificando primero lo que no somos. En el episodio que os comentaba antes hicimos un análisis bastante profundo de la ciencia de las partes, así que te recomiendo que escuches ese episodio primero. Pero en caso de que no lo hagas te voy a hacer un resumen de lo que es una parte. Existen básicamente dos tipos principales de partes.

Por un lado están las partes protectoras, cuyo trabajo principal es protegernos. Y resulta que los seres humanos necesitamos protección para afrontar la vida, adaptarnos y sobrevivir en este mundo. Pero no nacemos con un conocimiento preinstalado sobre cómo hacerlo, no nacemos sabiendo de antemano cómo movernos por el mundo de manera segura. Así que desde que nacemos vamos aprendiendo cómo evitar peligros, cómo satisfacer nuestras necesidades y quizás lo más importante para nuestra supervivencia, cómo asegurarnos de ser queridos y aceptados por el grupo, por los otros seres humanos de nuestro entorno. Y es que necesitamos ser queridos y aceptados por los demás para poder sobrevivir.

El cerebro de un niño por supervivencia necesita que mamá, papá y el entorno le quieran para que quieran cuidarlo y así se asegure de poder sobrevivir. Así que nuestro cerebro va a hacer todo lo posible para que los demás nos acepten y nos quieran. Y si eso significa dejar de lado nuestra esencia o nuestro verdadero yo o dejar de lado nuestras necesidades, nuestro cerebro lo va a hacer porque su función principal es preservar nuestra supervivencia y vivir desde nuestra esencia si esto nos pone en peligro es secundario. Y resulta que ese aprendizaje de evitar peligros no ocurre en nuestra mente consciente sino en lo que se conoce como memoria implícita.

El tipo más conocido de memoria implícita es la memoria muscular. En el otro episodio expliqué cómo gran parte de nuestra psicología está organizada como una serie de movimientos de autoprotección. Estos movimientos reflejos o sea este tipo de adaptaciones pueden hacernos ser muy complacientes o muy dominantes o muy perfeccionistas o incluso atacarnos a nosotras mismas.

Estos movimientos reflejos o memorias emocionales implícitas son maneras de ser que hemos aprendido y están diseñadas para protegernos y cuando se activan pueden apoderarse de nuestra mente y nuestro cuerpo. De la misma manera en la que si estás a punto de caerte tus músculos se tensan automáticamente