Meditación SERIE 3-14 2z5g5r

Adoptamos esa postura cómoda que nos permita estar conectados con nosotros un ratito, esa postura cómoda que a la vez nos permita dormirnos con las manos sobre las piernas los ojos cerrados y empezamos a concentrarnos como cada mañana en esa llave que abre la puerta de la calma, que abre la cerradura de la calma que es la respiración.

Empezamos a concentrarnos en ella en su aliento, en su fluir natural sin forzar nada simplemente como si estuviéramos en el cine observamos cómo se produce en nosotros nuestra respiración. No hay que respirar de ninguna forma nuestro propio fluir natural. La única diferencia es que tomamos conciencia de que existe y tomamos conciencia de la forma en la que entra en nuestro cuerpo y de la forma en la que sale y soy capaz de sentir plenamente lo agradable que es ella en nosotros.

Deja que se torne relajada, profunda, pareja, deja que se convierta en una respiración tranquila. Ella nos conducirá al viaje hacia nuestro interior. Toma conciencia de cómo entra ese aire y de cómo sale. Quizás seas incluso capaz de percibir la temperatura de ese aire en tu fosa nasal con cada respiración. Déjate llevar a un estado más profundo de calma, a una calma tranquila y serena.

Relájate relájate y permítete viajar un ratito hacia tu interior permítete sentir la calma y la paz que la respiración te trae. Serénate relájate y ve sumiéndote poco a poco en el mundo de la calma. Junto a la respiración ve relajando todos los músculos de tu cuerpo, los músculos de la cara y de la mandíbula, los músculos del cuello y de los hombros. Relájalos completamente con ella.

Relaja los músculos de la espalda, la espalda alta, la media, la baja. Relaja los músculos de los brazos, del estómago y deja que tu respiración se transforme en una respiración profunda y regulada. Relaja los músculos de las piernas, los muslos, los gemelos, los pies y siente ahora como todo tu cuerpo está en calma y se sume plácidamente a esa calma y te sientes cada vez más liviano y te adentras en ese hermoso estado de serenidad. Tu respiración se mantiene suave y profunda, relajada y apacible.

Los músculos continúan relajándose con la respiración y tú puedes empezar a sentir la calma.