Meditación SERIE 6-14 2v2ew

Buscamos de nuevo esa postura cómoda, firme, equilibrada, estable, que nos permita conectar con nuestra respiración, empezamos a tomar conciencia de esa llave que abre la puerta de la calma, de esa compañera que nunca nos falta que es la respiración, nos convertimos en el simple observador de ella, tomamos conciencia de cómo entra el aire en nuestro cuerpo y de cómo sale, sin forzar nada, simplemente siguiendo la cadencia natural de nuestra propia respiración, tomamos conciencia de cómo ese aire va entrando por la nariz, cómo llega a nuestro interior y tras permanecer en nuestro interior, como siempre, podemos darle un color a ese aire, el que más nos guste, el color que más nos calme, imaginar que el aire al entrar tiene ese color, la respiración es como un río interior, es como un niño inquieto que al entrar recorre todo nuestro cuerpo, imagina ese aire con ese color entrando en nuestro interior, como un niño juguetón jugando por cada espacio de mi cuerpo, ese aire entra por mi cabeza, por mi cerebro, llega a las orejas, a los ojos, a la nariz, a la boca, a la bardilla, ese aire va discurriendo por el cuello, bajándose abajo hacia los hombros, el derecho, el izquierdo, va jugando como un niño por la espalda, por la zona alta, por la media, por la zona baja de nuestra espalda, inspirar, ese aire llega a nuestros brazos, baja por ellos, hasta llegar a las manos y va expandiéndose por cada uno de los dedos, inspiro y ese aire llega a la cintura, a los glúteos, a la pelvis, a la cintura que nos permite girar, mirar hacia atrás para aprender, mirar hacia adelante para soñar el futuro, quedarnos firmes para vivir el presente, ese aire al inspirar va bajando por las piernas, por los muslos, por las rodillas, por los gemelos, hasta llegar a los pies, a cada uno de sus dedos y enraizarnos con la tierra, observa las sensaciones que ese aire al entrar deja en tu cuerpo, ese aire al discurrir por el interior de tu cuerpo, va revitalizando, va rejuveneciendo, va alimentando, va sanando cada célula, cada tejido, cada órgano de tu cuerpo y tu mente, va llenándose de paz, deja que tu mente se vaya vaciando de contenidos, deja que tu mente permanezca plenamente centrada y concentrada en la respiración y con ello se convertirá en una simple observador del aquí y del ahora.