Meditación RESPIRACIÓN CONSCIENTE 184cq

Y te invito a que busques esa postura cómoda, estable, con la espalda erguida, bien ajustada al asiento. Te invito a que encuentres tu postura de equilibrio y de estabilidad, de modo que puedas permanecer en esa postura durante los próximos minutos. Puedes empezar a centrar tu atención en el momento presente, observar, afectar este momento tal y como es. El presente es el único momento que existe, no hay otro momento en este momento, es el ahora. Te invito a conectar con esa maravillosa compañera que nunca se nos puede olvidar en el bolso, ni en casa, ni en el coche, que es la respiración. Ella es la llave que nos abre el mundo de la calma.

Ella se transforma en el velero que al montarnos en ella nos lleva a la isla de la calma. Así que te invito a conectar con ella y a tomar conciencia de cómo entra el aire en nuestro cuerpo y de cómo sale. Te invito a tomar conciencia de esa sensación de inspirar y expirar. No hay que hacer nada, simplemente observar nuestra respiración sin forzar, sin juzgar, sin analizarla, simplemente dejándonos llevar por su cadencia natural, como si fuera un columpio, como si estuviéramos montados en él y vamos paseando, vamos balanceándonos con nuestra propia respiración. Podemos notar incluso el aire al entrar por nuestra nariz, su temperatura. Imagina que ese aire al entrar tiene un color.

Dale el color que más te guste. El verde del campo, el amarillo del sol o el azul del mar. Imagina que ese aire al inspirar, con ese color entra por tu cuerpo y como un río, como un propio río interior, fluye por dentro de él. De forma que al inspirar ese aire, como un río y con la energía de un niño juguetón, empieza a fluir por el interior de tu cuerpo. Ese aire al entrar llega a la cabeza, juega por todo el cerebro, va bajando por la frente, por los ojos, por la nariz, por las mejillas, va bajando por la barbilla. Ese río interior con la energía de un niño va discurriendo por el cuello hacia abajo, llegando a los hombros.

A su paso, va revitalizando, va realimentando, va rejuveneciendo cada célula, cada órgano, cada tejido. Ese aire al entrar llega a los hombros, baja por los brazos, por los codos, manos, hasta jugar por cada uno del interior de nuestros dedos. Ese aire va bajando por la zona del pecho, por la espalda, por la parte alta, por la media, por la baja. Ese aire al entrar va proporcionándonos calma, paz, equilibrio. Y mi cuerpo se va relajando. Ese río interior que fluye con el aire, danza y juega por las caderas, por los glúteos, por la pelvis. Y va bajando como ese río interior que es, hacia las piernas, las rodillas, los gemelos, hasta llegar a los pies y enraizar.