La comunicación, base de la confianza entre padres e hijos - Jueves 24 de Abril de 2025 372v6k

Bueno, pues vamos a seguir, vamos a seguir con el programa.

Qué interesante lo que hemos venido hablando.

Y ahora tengo el honor de presentar a Carla Baturoni.

Ella es especialista en crianza respetuosa y vamos a hablar la comunicación base de la confianza entre padres e hijos.

Mi querida Carla, muy buenos días.

Qué alegría tenerte en el programa y te agradezco enormemente que me abras un espacio en tu agenda complicada, pero todo lo que aportas es muy valioso.

De verdad, nada de eso, al contrario.

Gracias, gracias por abrirme siempre las puertas a tu maravilloso programa de compartir contigo, que me encanta porque luego nos echamos unas platicadas buenísimas y yo encantada de compartirles a los papás más herramientas para justamente ir cambiando la forma en la que estamos educando, no de una forma, hacerlo un poquito más consciente desde un enfoque más positivo, que ese es mi objetivo. Por eso me encanta que vengas, mi querida Carlita.

Yo veo. Bueno, la verdad, una de las razones de verdad te agradezco.

Tú sabes que la comunicación es como el aire, así como el aire para el aire.

Es necesario para los pulmones para que puedas vivir.

Pues la comunicación es el oxígeno para las relaciones.

La verdad, con él, con el mundo digital, esta comunicación se ha hecho muy complicada y entonces yo me gustaría cómo podemos empezar con nuestros jóvenes y con nuestros niños a tener una comunicación que sea capaz de crear confianza en ellos.

Claro, fíjate que primero me encantaría que los papás tengan claro que qué si es la confianza, porque de repente a veces creemos que yo voy a construir vínculo y confianza con mi hijo, si soy el buena onda, si soy su amigo, si soy su amiga, si me vuelvo hasta permisivo, porque no quiero tener este alejamiento que a lo mejor muchos vivimos con nuestros papás, que no hubo esa conexión que ahorita buscamos tener con nuestros hijos, esa confianza, porque era más autoritaria la forma en la que a lo mejor tú fuiste educado, etcétera, y creo que se está confundiendo amistad con confianza y no tiene nada que ver uno con la otra.

Me encantaría que los papás que nos están escuchando y las mamás les quede claro que decirle a tu hijo que soy tu amigo, soy tu amiga, es dejar los huérfanos, porque la confianza no tiene nada que ver con la amistad.

Quiero que ahorita piensen cuántos amigos podemos tener para la chocha, cuántos amigos tenemos, a veces hasta de onomástico, Adriana, el amigo de cafetito, las amigas del superbowl, los amigos del pócar, los amigos del pádel, y tenemos grupitos de amigos, o amigas del café, las amigas de los jueves, de desahogo emocional, pero cuántos amigos en verdad tienes confidentes, esos amigos con los que puedes establecer un vínculo profundo, que sabes que a lo mejor no los ves tan seguido, pero sabes que siempre están ahí, que conocen tus peores defectos y aún así te aceptan, que quizás saben que tienes tu luz, que tienes tu sombra, y esas personas con las que a lo mejor pueden pasar tiempo, pueden pasar hasta años que no los veas, pero sabes que ahí están.

¿Cuántos amigos? Yo creo que nos sobran dedos de la mano, Adriana, que podemos decir, híjole, sí tengo un amigo así confidente, tengo un amigo que me conoce tal cual soy y me acepta.

Esa es la confianza y esta amistad que has construido con estos amigos que señalas con la mano, pues que la ha construido, quiero que te pongas a pensar qué ha hecho que ese amigo sea ese confidente para ti. Punto número uno, la aceptación.

Cuando yo te acepto sin expectativas, tal cual como eres, por el ser que eres, no viendo tus conductas, tus actitudes o tus errores, sino sabiendo que yo debo de tener esta conexión desde la aceptación, eso genera ese vínculo, la convivencia, el compartir tus peores momentos y tus mejores momentos.

Entonces, si tú quieres tener confianza con tus hijos, quieres que tus hijos tengan confianza contigo, ¿en qué tienes que trabajar primero? En dos elementos importantísimos para la comunicación efectiva, que son la apertura y la conexión.

Y la apertura implica estar abierto a escuchar cosas, Adriana, que quizá me puedan incomodar.

Que no me gusten y se me frunza la panza.

Exacto, pero te las tienen que contar, cosas que a lo mejor no estoy preparado para escuchar, o tengo códigos, tengo creencias, tengo pensamientos,