#60: Cómo acabar con tu tormenta mental 4w3p3m

¿Sabías que muchas personas prefieren recibir una descarga eléctrica antes que quedarse a solas con sus propios pensamientos? Sí, suena increíble, pero un estudio de la Universidad de Virginia lo confirma.

Y es que la mente, cuando se descontrola, puede convertirse en nuestro peor enemigo.

Si sientes que vives atrapado en una tormenta mental con pensamientos que no paran de girar, este episodio es para ti.

Hoy te daremos herramientas prácticas para calmar ese caos interno y encontrar la paz mental que tanto necesitas.

Ponte cómodo, ponte cómoda, despegamos.

Bienvenido al podcast Psicología para Renacer.

En el episodio de hoy trataremos un tema tan actual como es el hecho de la tormenta mental.

Esos pensamientos que todos hemos sufrido o que estamos sufriendo acerca de pensamientos repetitivos, que no nos dejan descansar, que una y otra vez inundan nuestra mente y que no nos permiten vivir en paz.

La reflexión acerca del episodio de hoy es si es posible acabar con esta tormenta mental.

Pero señor Molina, ¿qué sería esto de la tormenta mental? Pues señorita Figueroa, la tormenta mental es ese flujo constante y continuo de pensamientos que aparecen en nuestra mente y que normalmente están relacionados con las tareas pendientes que tenemos.

Tengo que preparar esto, tengo que ir a hacer esto, tengo que llevar no sé qué, tengo que coger no sé cuánto.

Ese flujo constante que una vez que yo sé que tengo que ir a hacer la compra, la mente está todo el rato recordándotelo.

Tienes que hacer la compra, tienes que traerte esto, tienes que traerte aquello, tienes que traerte lo otro.

Bueno, y eso puede ser algo práctico porque a veces la tormenta mental viene de cosas que han sucedido en el pasado y que no se pueden cambiar.

Por ejemplo, esa tormenta mental de mira lo que has hecho, de la culpa, de pensamientos que nos hacen sentir muy mal.

Claro, es que el pasado es un nido de pensamientos, especialmente pensamientos destructivos porque es que ya no se puede afrontar ni abordar el pasado.

Lo único que puedo es reinterpretarlo para experimentar cosas diferentes en el presente.

Pero claro, el pasado, lo que hice, lo que no hice, con quién me relacioné, con quién no me relacioné, las decisiones que tomé, todo eso estamos continuamente cuestionándolo en el presente.

Como si se pudiese cambiar ese pasado.

Claro, eso no se puede cambiar y además tenemos que perdonar todo ese pasado para soltar porque es que si no soltamos volvemos a revivirlo con las emociones que experimentamos en su momento.

¿Y qué pasa? Que la mente en su afán de ayudarnos lo único que hace es mostrarte, mira aquí te equivocaste, ahí lo llevas, ahí lo llevas, toma, venga, venga, esto tienes que aprender, no puede ser que cometamos otra vez el mismo error.

Entonces nos atormenta muchísimo con pensamientos del pasado, pero no solamente del pasado sino del futuro.

¿Qué tenemos ahí? ¿Qué va a pasar? Claro, claro, ¿qué va a pasar? Fíjate tú que esta persona no está estudiando y si no está estudiando, ¿qué va a ser de esta persona? Y si yo ahora fíjate tú que me quedan tres meses de trabajo, ¿qué va a pasar cuando acaben estos tres meses? ¿No voy a tener trabajo? ¿Sí voy a tener trabajo? No sé, esa incertidumbre que me genera la propia vida, sabiendo que la vida es incertidumbre, que es en nuestro medio.

Claro, además esa tormenta mental que nos impide vivir el momento presente.

Pero señor Marina, ¿sería lo mismo tormenta mental que iluminación? Bueno, tormenta mental es cuando yo realmente me aparece un pensamiento del pasado o del presente, como hemos dicho, de organizar mi día a día y es una acumulación de pensamiento, mi mente tiene una sobrecitabilidad, pero la rumiación suele estar muy relacionada con temas muy concretos, por ejemplo, la rumiación coge el pensamiento, la idea de que tengo que mejorar, tengo que mejorar, tengo que mejorar y está todo el rato tengo que mejorar, tengo que mejorar, tengo que mejorar y con ese mismo pensamiento, con ese mismo pensamiento y continuamente es como los rumiantes, los rumiantes, las vacas que comen, que cogen tal y luego cogen parte de eso que han rumiado, que se lo han tragado rápido, lo vuelven a subir y le vuelven a dar una vuelta y una vuelta y una vuelta y una vuelta y una vuelta y se lo vuelven a tragar. Nosotros hacemos algo parecido. Hay alguna idea que me molesta, algo que yo quiero emprender, algo que quiero llevar a cabo y en eso en concreto estoy rumiando continuamente con eso y dándole vuelta y vuelta y vuelta y vuelta.

Sí, que no te lleva a ningún sitio, pero sí que te ocupa el pensamiento una y otra vez.

Claro, porque además, si es que esto ya no es cuestión de rumiarlo más, si es que no voy a llegar a ninguna solución diferente a la que ya haya establecido. O sea, esto tengo que ser mucho más operativo y decir, a ver, este tipo de pensamiento que me ha vuelto a la mente, ¿qué necesita? ¿Qué acción requiere?