La verdad sobre cómo diseñar una Cartera Inteligente de Servicios y Productos |Ep.68 121w73

Si tú también crees que tu marca personal es tu mejor activo de negocio, este es tu podcast. Soy Maríam Veiga y estoy deseando enseñarte a comunicar, conectar y vender gracias a este gran activo. Aquí comienza o marcas o caducas.

Más o menos cinco años es lo que me ha llevado construir una cartera de servicios y productos con la que realmente yo esté contenta y satisfecha. Y lo peor de todo es que durante mucho tiempo creí que ya la tenía completa. Pero bueno, vamos a desmitificar muchas cosas, a derribar muchos pensamientos erróneos sobre esto de cómo se construye una cartera inteligente de servicios y productos y voy a decirte cómo yo lo he hecho y cómo he llegado a la que tengo actualmente. Así que ya sabes, cógete un café, un té, lo que quieras, que esto empieza.

Yo soy Maríam Veiga y esto es o marcas o caducas. Bien, voy a hablarte de cómo yo misma he ido construyendo mi cartera inteligente de servicios y productos. Esto de lo que hablo muy a menudo en Revolutina. Es el foco y el centro del mentoring. En fin, lo hablo en el podcast, pero creo que necesito o necesitaba o creo que necesitáis, mejor dicho, un episodio en el que vaya contando cómo yo misma la he ido construyendo, cómo han sido los tiempos, porque creo que tal vez esto os pueda servir de inspiración o os pueda dar alguna idea para ir construyendo la vuestra.

Y voy a hablar de cinco cosas básicas. El mito de tenerlo todo desde el principio. Veremos, que es uno de los errores habituales de casi cualquier emprendedor. Los errores que yo misma he cometido. Cómo empecé a darle una estructura real y la estructura que tiene actualmente. El punto en el que me encuentro ahora.

Y al final voy a darte una serie de consejos clave para que construyas la tuya, digamos, con la misma perspectiva o mejor dicho, con una estructura parecida o utilizando alguna de las ideas que yo te voy a dar. Por supuesto, no tiene que ser tu cartera inteligente de servicios y productos igual a la mía. Cada uno somos un mundo y cada negocio de cada emprendedor es un mundo también.

Así que cada uno que haga de su negocio lo que quiera, como quiera y que venda como le parezca. Pero yo te voy a contar cómo lo he hecho yo y por el camino te voy a decir cuáles son los errores más habituales que detecto o que veo en la mayoría de los emprendedores con los que trabajo. Que como te digo, son un montón.

Vale, punto número 1. El mito de tenerlo todo perfecto. Bien, esto es algo que nos agobia a todos desde el momento en el que empezamos a pensar que queremos vender nuestro conocimiento o, en fin, a través de servicios o a través de cualquier otro formato. Lease cursos, membresías, talleres, libros, lo que sea.

Cuando empezamos a pensar que queremos ser emprendedores, una de las primeras cosas en las que nos centramos o que nos, mejor dicho, que nos drena demasiada energía, no es tanto el análisis, el estudio profundo del cliente con el que yo quiero trabajar o con el que tú quieres trabajar, que ese debería ser el foco. En realidad, enseguida nos ponemos en modo venta.

Es curioso porque a la mayoría nos da miedo vender y nos vemos como pequeños a la hora de la venta, pero lo primero que pensamos no es en el cliente. Lo primero que pensamos es en lo que queremos colocar en el mercado, en lo que queremos hacer que la gente nos compre. Primero, las necesidades del cliente. Ver de lo que tengo yo, de lo que tiene cada uno, del conocimiento, en fin, de su experiencia, todo eso.

Pues darle la forma correcta para satisfacer esas necesidades y después ponerlo en el mercado. Pero normalmente siempre pensamos en qué voy a vender, qué forma va a tener esto que voy a vender y cuánta pasta le voy a poner, a cuánto lo voy a cobrar. Y normalmente también enseguida pensamos o creemos que necesitamos un montón de cosas que debemos tener para satisfacer la mayor cantidad de necesidades posible. Porque creemos que si tenemos muchos productos y tenemos muchos servicios, podremos multiplicar oportunidades o probabilidades de venta. ¡Guau! ¡Error! Pero con el tema del tiempo, que era un poco a lo que iba, con el tema del tiempo nos pasa un poco parecido. Y es que muchísimas veces