La trampa de la salud mental - Miércoles 26 de Marzo de 2025 3b5a22

Bueno, pues vamos a seguir.

Tengo el honor de tener a una mujer encantadora.

Ella es una psicoterapeuta muy comprometida públicamente.

Quiero decirles que no tienen idea lo que ella logra.

Con adolescentes, con mujeres, con familia.

Yo estoy muy agradecida con Marily García por por todo lo que a veces me ayuda con chicos que me llenan pues verdaderamente atorados y que te das cuenta que requieren ayuda.

Se acuerdan que en enero les dije que había que invertir en cuatro cosas y voy a repetírselos todo el año.

Tu salud, conocimiento, emociones.

Tienes que quitarte aquello que te atora y espiritualmente.

Ve a retiros, lee, haz oración.

Si nosotros trabajamos estas cuatro áreas, vamos a mejorar enormemente.

Así que vamos a entrar al tema de la trampa de la salud mental.

Marily, buenos días.

Cómo estás? Hola, buenos días, corazón.

A todo tu auditorio maravilloso, inteligente, adilinda.

Como siempre, yo emocionadísima, muy agradecida con Dios, con la vida, con tu programa, con tu público de poder participar nuevamente.

Y aquí estamos y con un tema que yo creo que en esta época es imprescindible.

Sí, yo tengo muchas preguntas a propósito del tema de la salud mental.

Antes, antes Marily no, no le daba una importancia, no se mencionaba tanto lo que es la salud mental y me gustaría que por ahí empezáramos.

Quiero que les digas, perdón, quiero que les digas.

A los radioescuchas que es la salud mental.

La salud mental, queridos amigos, es más que nada la conjunción de varios factores dentro de una, dentro de una realidad positiva.

A qué nos referimos con esto? Una persona sana mentalmente no es aquella persona, no es aquel prójimo que no tiene problemas, que nunca se entristece, que nunca se enoja, que nunca se deprime, que nunca se siente con alguna cierta dosis de frustración o impotencia y que todo le sale bien y que toda la vida es perfecta para él de ninguna manera.

Si una persona con salud mental es una persona, es un ser humano que de pronto tiene altas y bajas, pero que creen que tiene dentro de su mente, de su corazón, de su alma, de su sistema nervioso, de su contexto, tiene las herramientas suficientes o necesarias o adecuadas, dependiendo de las características de su vida, de su personalidad, de sus problemas, que tiene los recursos suficientes para poderlos enfrentar esos obstáculos o esos factores de su vida que en algún momento no están del todo bien o que no están balanceados. Una persona con salud mental sabe que ahorita puede sentirse contenta, bien, razonablemente alineada con sus cosas, con sus objetivos, con la vida.

Pero que sin embargo, al igual que cualquier ser humano, está expuesto a que de pronto las cosas no salgan, no resulten como él quiere y que no por eso es una persona fracasada o que está mal o que Dios la ha olvidado.

Al contrario, la salud mental es un estado de vida con cierto equilibrio, pero no un equilibrio perfecto.

Es una persona que sabe que así como sale el sol también, pues está presente la noche, que así como existe un arriba y un abajo, un sí, un no, fuego, agua, risas, lágrimas.

La misma palabra de Dios lo dice.

Así como hay un tiempo para reír, hay un tiempo para llorar.

Hay un tiempo para estar arriba y uno para estar abajo.

Entonces una persona con salud mental debe de entender esto porque si no va a caer en la trampa del positivismo tóxico, donde no hay una dosis de realidad adecuada, en donde piensa que todo le debe de sonreír, sino de lo contrario siente que está mal o que le hace falta algo importante y no es así.

La salud mental es un balance, un equilibrio, lo más apegado a la realidad porque no es un equilibrio tampoco perfecto ni tiene por qué serlo. Una alineación más o menos congruente con lo que es la parte o los factores físicos, psicológicos, emocionales, familiares y espirituales de la persona.

Entonces básicamente es un estado, es un estado de equilibrio y de alineación.