El JUEGO es algo muy SERIO | Eduardo Jáuregui: recuperar la naturaleza lúdica del ser humano 436yz

Ya está aquí el apocalipsis, ha llegado y resultó ser un apocalipsis zombi y lo vemos claramente, es más que salir a la calle y ves a la gente ahí con el móvil que llegan a las esquinas y nos chocamos, habían llegado unos alienígenas, habían invadido la tierra y nos habían invadido dentro y eran ellos los que disfrutaban de las cosas que nosotros no disfrutamos.

Digamos, lo importante aquí no es si hay vida o no después de la muerte, hay vida antes de la muerte.

Básicamente, corrígeme si me equivoco, ¿crees que socialmente estamos esperando un apocalipsis? El nuevo virus, una guerra mundial, que cada vez está más cerca, un supervolcán que está ya en Yellowstone y se manda todo a tomar por culo, los alienígenas, el cambio de la polaridad.

No sabemos cuándo nos va a llegar, qué apocalipsis.

Y tú dices que el apocalipsis ya ha llegado.

Ya está aquí, ya está aquí el apocalipsis, ha llegado y resultó ser, atención, un apocalipsis zombi, un apocalipsis zombi.

Y lo vemos claramente, salimos más que salir a la calle y ves a la gente ahí con el móvil que llegan a las esquinas y nos chocamos en las esquinas con el otro que va también con el móvil.

¿Está ciego o qué? Todos vamos así, acelerados totalmente, despistadísimos por la vida.

Tú y yo somos casos, somos aquí profesores de mindfulness, pero muy despistados los dos.

No estamos centrados en lo que estamos haciendo.

Y además, cuando se habla en esto del mindfulness también, que no solo una cosa mental, sino de corazón, quiero decir, estamos desconectados, alienados, utilizando palabras que usaba Marx, por ejemplo, la alienación de tu trabajo, pero no solo del trabajo, de la naturaleza, de tu propia naturaleza, de tantas cosas.

Que hacemos las cosas en piloto automático, por rutina, es la muerte en vida.

Hay una frase que a mí se me quedó clavada aquí, en un retiro con Bob Stahl y Florence Meleomaier, en retiro de Nirakara, que yo les pregunté sobre el tema de que yo había hecho este retiro.

Yo hice el MBSR y yo ni me había enterado que eso iba de budismo, que el origen del concepto del mindfulness venía del budismo.

Lo habría leído, pero tampoco lo veía.

En este retiro hablaba mucho de los escritos budistas y tal, y yo les hice una pregunta sobre esto y les dije, pero vamos a ver, ¿esto en realidad es como una especie de, no sé, una forma encubierta de vendernos aquí el budismo? Porque, qué pasa, ¿cuándo nos vais a hablar de la reencarnación? Y me encantó la respuesta que me dieron, me dijeron, no, no, esto realmente no va de esto.

A nosotros aquí no nos interesa, o lo importante aquí no es si hay vida o no, o qué vida puede haber después de la muerte.

La pregunta aquí realmente es, ¿hay vida antes de la muerte? Y yo dije, toma, es que efectivamente, yo cuando hablo de ahora, ¿sabes qué? Enseñando estas cosas vas aprendiendo de qué va esto.

El que más aprendes es el que más aprendes.

Vas aprendiendo porque te lo estás intentando entender.

Entonces, yo voy entendiendo cada vez más que esto no va de el mindfulness y el tal, esto va de la vida sobre todo.

Esto va, ¿estamos vivos o no estamos vivos y hasta qué punto estamos vivos? Es la vitalidad de las personas y yo veo a gente que no han hecho meditación en toda su vida, incluso que lo rechazan, la idea les da como un poco de pavor y tal, pero tienen otras prácticas.

Y es gente con una interioridad, un desarrollo impresionante.

Por decirte, un señor que trabajaba en el campo, murió este año, César, un campesino viviendo en un pueblo siciliano, en la casa de mis suegros en Sicilia.

César es un tipo que es totalmente terrenal, es como Sancho Panza, de hecho tenía un aspecto de Sancho Panza, pero totalmente terrenal.