El Discípulo y su independencia - José Tarragó 2r156j

El tema no corresponde al título, lo que he tratado de entender, porque me he inclinado más, digamos, directamente en el trabajo que estamos haciendo todos.

En ese trabajo que hemos de ir cultivando todos aquellos aspectos constructivos y positivos para alcanzar un estado de consciencia que nos permita percibir, por lo menos, la realidad que existe dentro de cada uno de nosotros, en este sentido.

Así que, los estudiantes de teosofía, en este siglo XXI en el que nos hallamos, consiste precisamente en aprovechar toda la ayuda externa, pero manteniéndonos siempre individualmente libres.

Podemos obtener satisfactoriamente esa ayuda mediante libros escritos por la señora Blavatsky y por teósofos de la primera línea de la antigua y vieja guardia.

Los estudiantes que están pendientes de un maestro de sabiduría y compasión, realizan solamente un simple avance al construir su propio castillo de cartas que, un día u otro, o tarde o temprano, se desplomará de improviso, al obtener una pequeña expansión de consciencia compulsado desde la fuente del yó real, su maestro interno o el yó superior.

Pero, es verdaderamente cierto que quienes quieren avanzar prescindiendo del maestro interno, sin darse cuenta, se internan más en la ciénaga de la ignorancia.

Pero, quien con libertad de espíritu toma la guía de su maestro interno, quiere decir que ha comprendido que, si bien el maestro señala un sendero, solo a él le corresponde esforzarse, afanarse y arriesgarse y ese individuo, hombre o mujer, que obtendrá mucho en su entrega.

Y cuando descubra que, por sí solo, ya no puede avanzar más, será el momento de buscar la gracia en su interior, el o directo con su propio ser interno, adquiriendo más guía, pues necesita lo primero para poder escapar de su propio egoísmo y lo segundo para escapar de su propia oscuridad.

Entonces, confiar solo en uno mismo no es tan atinado como confiar en uno mismo y las enseñanzas, enseñanzas de hombres y mujeres que han adquirido una cierta iluminación.

Esas enseñanzas existen en abundancia en los grandes textos teosóficos editados por todo el mundo, así como la elevada filosofía perenne.

El equilibrio es una de las más valiosas cualidades del carácter. Por ello, no debemos someternos a un completo autoritarismo y sacrificar de esa manera nuestra capacidad para pensar con independencia ni, por el otro lado, querer todos los frutos del pensamiento.

¡Experiencia!