#101 - Cómo dejar de validarte por lo que piensan los demás. 5y4v1x

Quiero que imagines cómo se debe sentir un niño que hace todo lo posible y más por alcanzar un sueño o por ser el mejor en algo, pero que después sólo recibe aplausos por cosas que ni siquiera le importan.

Eso es lo que me pasó a mí y seguramente si has entrado en este vídeo es porque también te habrá ocurrido a ti. Das lo mejor, te esfuerzas muchísimo y después sólo se te valora por sacar una nota u otra nota en alguna asignatura que ni siquiera te importa. Y eso es muy importante porque eso queda grabado y cada vez que hacías algo que era importante para tus padres, ellos te reconocían. ¿Pero qué pasaba cada vez que hacías algo que para ellos no era tan importante? Te hacían sentir invisible.

No obtenías reconocimiento de ningún lugar, no te premiaban. Y cuando tú eras pequeño o pequeña, lo que querías era que te premiasen, no que te castigasen. Y es entonces cuando empiezas a pensar que lo que realmente amas o amabas, porque quizás ya no lo amas, no era para ti, porque nunca te lo reconocieron.

En cambio, cuando hacías cosas que no amabas, sí te las reconocían y tu camino empezó a girarse en función de los premios que te daban tus padres, pero no en función de lo que tú sentías que tenías que hacer. Y eso provoca que en algún punto de nuestra vida empecemos a estar muy perdidos. Yo, en mi caso, no muy perdido.

Estaba perdidísimo. Pero empecé a entender por qué. Si siempre se premiaba a aquel chico que era muy bueno en matemáticas y le daban un diploma, incluso mis padres me decían, Joan, tú tienes que ser como éste. Mira todo lo que está consiguiendo y tú no estás consiguiendo nada. Y es aquí cuando Joan se cree que lo guay son las matemáticas.

Aunque en realidad ni Joan es bueno en matemáticas y seguramente Joan odie las matemáticas. Al final con lo que te quedas es que las matemáticas son premiadas y lo que yo hago, aunque ame mucho hacerlo, nunca lo ha sido. Y claro, si nunca reconocieron tus logros cuando eras pequeño, ahora te conviertes en una persona muy perfeccionista, que lo quiere hacer todo perfecto. Y eso lo que hace es que cada vez vayas más lento, avances menos, estás frenado por ese perfeccionismo que viene de la falta de reconocimiento de tus padres cuando estabas haciendo algo que amabas hacer. Por eso ahora no es que tú seas un perfeccionista, es que necesitas tener una validación positiva de los demás.

No tu propia validación, la tuya te da igual. Tú lo que necesitas es que alguien te diga lo bien que lo haces, porque esto es lo que más te faltó cuando eras pequeño. Y con eso me he dado cuenta de algo que puede evitarte tantas pero tantas confusiones. Cuando tú necesitas que alguien te reconozca las cosas, más te vas alejando de tu camino, porque en lugar de seguir lo que sientes, empiezas a seguir lo que agrada a los demás. Y cuanto más tiempo lleves necesitando este reconocimiento y más te has alejado de tu camino, más perdido te vas a encontrar y llegar a un punto que dirás es que ya no sé qué hacer con mi vida.

Estoy tan perdido. Y eso posiblemente venga porque estás buscando aprobación que no es la tuya. Al final te acabas convirtiendo en un esclavo de la opinión externa. Y me ha apuntado aquí una frase, que es muy potente, que es un mensaje que te mando directo, ¿eh? Tienes que seguir lo que sientes, no lo que agrada, porque si sigues lo que agrada, te alejas de lo que sientes. Y cuando te alejas de lo que sientes, te alejas de tu vida. Y te voy a decir algo para que te vayas ya preparando. Cuando decidas ser una persona auténtica, empezarás a desagradar a muchísimas personas. Y eso aparentemente puede ser malo, pero te aseguro que es mucho peor intentar complacer a todos.

Yo siempre digo que es mejor que te odian por lo que eres, que no que te amen por lo que no eres. Y si tú tienes que hacer el esfuerzo de voy a intentar a partir de ahora ser una persona auténtica, eso no es autenticidad. Eso es crearte un personaje auténtico de una cosa que no eres. Sólo puedes ser auténtico cuando realmente conoces todas tus heridas, todas tus sombras, todas tus luces, todas tus capacidades. Y es entonces cuando dices, mira, pues yo no soy bueno en eso, o he fracasado tantas veces en eso u otro, pero mira, en eso... Y es entonces cuando empiezas a quererte por todo y por nada.

Por todo lo bueno y por todo lo malo. Por si ahora no lo eres, por si ahora no lo