Psicología Cruda con Ventura Psicólogo 5eo5j

Con frecuencia se plantea el optimismo y el pesimismo como procesos antagónicos, pero desde mi punto de vista, ambos son dos mecanismos defensivos que ponemos en marcha cuando nos da miedo enfrentar la realidad tal y como es. ¿Qué implican cada uno de ellos? ¿Podemos salir de esta dicotomía y funcionar desde otro sitio?

La procrastinación es uno de los temas de moda. Se habla mucho sobre cómo manejarla y por qué es tan dañina, pero se explica poco qué la causa y que relación guarda con nuestra forma de vivir el día a día y la relación con nosotros mismos.

Se acercan las navidades y todo lo familiar emerge como protagonista en estas fechas: los conflictos, las afinidades, las ausencias, las formas de entender las cosas… La familia es una de las entidades que más nos afectan a la hora de entender la vida y en cierto modo, siempre estamos influenciados y siendo agentes de ella. En este capítulo te explico cómo funciona una familia y cómo nos afecta individualmente desde el enfoque de la terapia familiar sistémica.

Desde la liberación sexual de los años 60 todo lo relacionado con el sexo ha cambiado de forma radical. Poco a poco ha ido dejando de ser un tabú para convertirse en un tema cada vez más frecuente, entrando incluso en el debate político e ideológico. Paralelamente, nuestra sociedad cada vez se ha sexualizado más, especialmente desde la existencia de las redes sociales. ¿Tenemos una sexualidad más sana actualmente? ¿Cuáles son nuestros modelos de sexualidad? ¿Cómo influyen en cómo nos relacionamos con el sexo? ¿Cómo ha influido todo esto en las disfunciones sexuales? En este capítulo hablamos de follar.

Los pensamientos obsesivos se instalan en nuestra cabeza y nos roban la paz mental, monopolizando el espacio, abarcándolo todo y somos incapaces de impedirlo. Nos quedamos así, prisioneros de un mundo irreal, lleno de fantasmas y preocupaciones, que nos hace sufrir lo indecible. Con frecuencia se habla del problema y de formas de solucionarlo sin explicar qué nos lleva a esa tendencia de engancharnos en ellos. ¿Por qué ocurre esto? ¿Cómo puedo evitarlo? ¿Es sólo cuestión de técnicas o hace falta algo más? En este extenso capítulo tendrás algunas respuestas, nuevos enfoques y valoración de los pros y contras de las soluciones posibles...

El consumismo es la realidad no sólo económica, sino social en la que estamos inmersos todos nosotros. Independientemente de que nos guste o no, vivimos rodeados de ese mensaje continuamente a través de los medios de comunicación, las redes sociales y la forma en la que está planteada la vida moderna. Las raíces psicológicas de este sistema son profundas en la forma en la que se nos venden las cosas, estimulando la venta emocional. Ésta forma de producir y adquirir bienes y servicios influye de forma decisiva no sólo en como compramos, sino también en cómo percibimos y evaluamos el tiempo, las actividades e incluso, las personas. ¿Qué relación guarda cómo consumimos con nuestra conciencia emocional? ¿Qué impacto y consecuencias psicológicas tiene? En este capítulo analizaremos la publicidad, desde dónde compramos y cómo esta dinámica nos influye a diario.

Discutir es algo denostado y temido. Cualquier libro o experto de relaciones de pareja, laborales o familia habla de ello como algo a evitar, y suelen centrar sus enfoques en cómo evitarlo. Llevarse bien parece una nueva obligación moral. Sin embargo, discutir no sólo es algo inevitable a las relaciones humanas sino que además es un requisito indispensable para mostrarnos de forma honesta con el otro, verbalizar cosas importantes y necesarias para cada uno, marcar límites e incluso en ocasiones, llegar a acuerdos – no tanto desde el consenso sino casi siempre desde la renuncia en pro de evitar el conflicto tenso y violento. ¿Se puede discutir bien? ¿Cómo hacerlo? En este capítulo intento responder a estas preguntas y mirar la discusión de una forma no enjuiciadora.

Las fobias y los miedos irracionales son una de las problemáticas psicológicas que más suelen enjuiciarse y nos cuesta entender. ¿Cómo podemos temer tanto a algo que racionalmente es evidente que es ridículo? Esto suele hacer que quienes las padecen sientan poco apoyo y compresión o se culpen a sí mismos por sufrirlas entre otras cosas. En este capítulo profundizaremos en los por qués de las fobias para demostrar que tienen una razón de ser, aunque suele ser mucho más "indirecta" de lo que nos creemos.

La culpa es una de las emociones que más tienden a generarnos malestar y a enquistarse en muchas personas, de forma que tienen que convivir con un pepito grillo que siempre les señala lo que hacen mal o puede haber molestado a otros, pegándoles una verdadera paliza que les hace sentirse realmente mal. Pero lo peor de la culpa no es ese malestar psicológico ni las peleas con uno mismo, sino el hecho de que quitan muchísima libertad a quien la padece, pues el miedo a "hacerlo mal", a sentirse culpable o a que se le pueda reprochar algo hace que vivan esclavas de ese sentimiento y sus repercusiones, cediendo a cualquier cosa por contentar esas altas exigencias éticas y morales. En este capítulo hablaremos de las diferencias entre una culpa sana y adaptativa y otra dañina y neurótica y cómo diferenciarlas, analizaremos lo que hay detrás y cuál es la función del sentimiento de culpa, así de que otras cosas manejamos a través del mismo y cómo podemos enfrentar los sentimientos de culpa para poder mitigarlos o librarnos de ellos.

Se habla mucho de las emociones, sobre todo de cómo "controlarlas" algo que es realmente imposible. ¿Cómo entenderlas adecuadamente? ¿Podemos suprimirlas o simplemente canalizarlas? En este capítulo del podcast te explico para qué sirve y como gestionarlas de forma eficaz y realista.

Continuamente se habla sobre la necesidad y la importancia de poner límites, sin embargo, en una psicología teñida de una idealización naif de la realidad, donde todo debe ser bonito y agradable, se expone de forma poco clara, o sobre todo poco contundente, cómo hacerlo. Entender que la rabia es una emoción tan válida como cualquier otra y que tenemos derecho a ser contundentes, e incluso bruscos, a la hora de defendernos y proteger aquello que es importante para nosotros, así como ser conscientes de nuestro propio dolor para encontrar razones legítimas para poder ser firmes al marcar líneas rojas, es la clave.

La autoexigencia y el perfeccionismo son la verdadera pandemia psicológica del Siglo XXI. No sólo provoca una enorme ansiedad por el sobreesfuerzo y tener que controlarlo todo, también profundos problemas emocionales y de autoestima al hacernos sentir siempre inválidos, no suficientes y el machaque continuo de la autocrítica. Por desgracia, con frecuencia se enfocan, incluso desde la propia psicología como algo positivo y que nos ayuda a crecer, cuando realmente no es más que falta de aceptación de nosotros mismos por el miedo al rechazo y a la debilidad; una enorme crueldad con nosotros mismos y exacerbar la presencia de un juez interno, tirano e insaciable, que nos ataca haciéndonos más ineficaces y desmotivándonos.

La normatividad es uno de los temas candentes de la actualidad. Existe toda una guerra cultural entorno a ella, unos para preservarla como algo intocable y otros para derribarla a toda costa. ¿Qué es realmente la normatividad? ¿Es tan terrible? ¿Todo se debe a variables culturales y sociales o también hay variables individuales? ¿Cuáles son las alternativas adecuadas? ¿Qué podemos hacer nosotros individualmente para que no nos afecte?

Se habla de amar como algo conceptual, sin embargo, el amor es ante todo algo que se experiencia y se ejecuta. Entender el amor desde la perspectiva de algo que se desarrolla en el día a día, y que tiene una parte maravillosa, pero también dura y sacrificada; como el hecho de que cuando eliges al otro, también aceptas la parte del otro que no te gusta o tener conversaciones incómodas, pero necesarias. Amar, a mi entender, es sinónimo de cuidar, de acoger, de disfrutar, de aceptar incondicionalmente y de proteger al otro. ¿Y para ti, qué es amar?

En un momento en el que los seres humanos parecemos tenerle más miedo que nunca al dolor o a perdernos algo, evitamos cualquier tipo de experiencia que implique sentirnos vulnerables. Sin embargo, la vulnerabilidad es algo presente cuando nos entregamos emocionalmente al otro, y esto, es una condición imprescindible en el amor; incluso en los tiempos actuales con nuevos modelos de relación y apps de citas.

La rutina está demonizada actualmente; parece que es algo que debemos combatir y denostar, empleando ingentes esfuerzos para cambiar y convertirla en algo "instagrameable". En el capítulo de hoy, te cuento por qué la rutina es buena, cómo has de poner el foco en ella y te invito a reflexionar sobre si cuidas aquello en lo que pasas el 90% de tu vida.

Tras el éxito de "la ansiedad como nunca te la habían contado" llega un capítulo dedicada a la otra gran dolencia: la depresión. Siguiendo la estela del capítulo anterior, la de ir más allá de las técnicas de control de síntomas y soluciones "rápidas", en este episodio te ayudo a entender el por qué de esta problemática; y es que el problema no es la depresión, si no que ésta es el resultado de llevar una vida de mierda o de reprimir ciertos sentimientos.

Siempre se propone la autoestima como uno de los pilares básicos para el bienestar personal. Desde que esta idea se consolidó se han desarrollado infinidad de programas y tratamientos para mejorarla pero, sin embargo, no parece haber creado una mejora significativa en las personas. ¿A qué se debe esto? El problema se debe a que se planteó la autoestima como una especie de evaluación de nosotros mismos en los que debíamos buscar "pasar con nota" el examen para sentirnos bien. Sin embargo, ¿a caso quieres más a tus seres queridos porque sean más listos, guapos o competentes? Una autoestima basada en una evaluación promueve el narcisismo, la autoexigencia y perfeccionismo y se acaba convirtiendo en un factor de malestar al estar siempre asustados por no pasar el examen. La alternativa es amarnos como amamos a otros: conmovernos por aquello que nos pasa, acoger nuestro dolor, y estar dispuestos a combatir y dar la cara por nosotros mismos.

Desde que comenzó la guerra entre Rusia y Ucrania muchas personas han explicado el conflicto alegando simplemente que "Putin está loco". ¿Hay algo de cierto en esto? Si bien creo que es un reduccionismo simplista y extremo, aprovecho esta teoría para exponer qué implica psicológicamente desempeñar el poder (ansiedad, estrés, responsabilidad, contradicciones...) y cómo funciona una persona con psicopatía (sienten de manera menos intensa culpa, ansiedad o tristeza, déficit de empatía...) Cuando observamos ambas realidades no parece ilógico pensar que muchas de las personas que nos gobiernan son psicópatas o padecen rasgos psicopáticos dado que parecen el "perfil ideal" para gestionar los efectos secundarios psicológicos que conllevan los puestos de poder. Aun entendiendo que los factores psicológicos individuales interactúan en un entorno más amplio con otras variables de más peso como la geopolítica o la economía, todo esto nos lleva a la pregunta de ¿quién nos gobierna realmente? ¿qué mecanismos de control debemos tener en los puestos de poder?

Todos queremos conseguir objetivos, todos fantaseamos con ello, pero aún más, todos nos torturamos con no ser capaz de conseguirlos. ¿Por qué no conseguimos realizarlos? ¿Todo depende de la fuerza de voluntad; hasta dónde puede llevarnos? Se escribe y habla mucho sobre cómo hacerlo, (técnicas y tips para implementar cambios de conducta) pero nunca se habla de lo más importante: por qué hacerlo. Y es que la motivación es la gasolina del cambio y una fuerza movilizadora que emerge sobre todo ante el dolor.