La Píldora Roja: Jack el Destripador, ¿identificado? 6g7334

La identidad de Jack el Destripador ha sido objeto de debate durante más de un siglo.

Recientemente han surgido algunas teorías, se han barajado numerosos nombres para que el aspirante asesino pudiera ser identificado y cada tanto nos llega alguna nueva propuesta.

Se ha dicho de todo, hay al menos 5 o 6 candidatos que se sepa a ocupar el puesto del primer gran asesino en serie de la historia, al menos el más icónico.

Ahora parece que recientes investigaciones acaban de poner nombre y apellido a uno de esos sospechosos que ya se habían barajado con anterioridad.

Se trata de Aron Kominsky, un barbero polaco que residía en Londres durante esa época de los asesinatos, ya saben, en 1888, concretamente en el otoño, últimos meses del verano, más bien entrando en el otoño de ese año, 1888.

Las teorías que señalan a Kominsky como perpetrador de esos 5 crímenes, 5 crímenes que se sepa al menos, si hablan de los 5 crímenes canónicos o reconocidos, reconocibles, achacables a Jack el Destripador, pues estas hipótesis se basan en una serie de análisis ADN realizados recientemente en una prenda, concretamente en un chal, encontrado cerca de una de las víctimas, una de las 5 víctimas, se trata de Catherine Edowes, pues cerca de donde fue encontrada Edowes, pues había una serie de elementos, una prenda concretamente que es este chal, que, bueno, esto es algo que nos asombra también, esa prenda se ha custodiado, se ha depositado y se ha tenido durante más de 100 años en algún depósito de la Policía Metropolitana de Londres, que fue el organismo que en ese momento se encargó de investigar estos sucesos, estos crímenes.

Los resultados, pues, efectuados en esa prenda, en ese chal, han arrojado coincidencias genéticas bastante clarificadoras, bastante destacables, que podrían coincidir, o que coinciden, se puede decir así, con descendientes de Kominsky, sugiriendo la implicación de este barbero polaco que en esos años estaba trabajando en Londres, su implicación con estos crímenes, es decir, que los expertos que han llevado a cabo esta investigación se pusieron en o con los descendientes de Kominsky, compararon su ADN mitocondrial con los restos genéticos hallados en el chal de la víctima.

Bueno, desde luego que se trata de una investigación bastante sugerente, bastante interesante, sobre todo para aquellos expertos en Jack el estripador o riperólogos, que así se suele denominar, ripero de destripador, que ven con ansia que esto se pueda cerrar de manera definitiva, por lo menos es la aspiración de esta investigación, que se pueda cerrar esta cuestión de una manera ya determinante, poniendo nombres y apellidos a ese asesino que ha traído de cabeza no sólo a la policía metropolitana de Londres en ese momento, sino a expertos, historiadores, criminólogos, que han intentado durante todos estos años resolver uno de los grandes misterios de la criminología, la identidad de Jack el estripador, pero ojo, no hay que tirar las campanas al vuelo porque desde el propio ámbito de los expertos y desde los propios expertos en esta figura, también hay voces críticas que ponen en duda la autenticidad de estas pruebas y la idoneidad de estas pruebas, ya que para empezar se pone en duda la procedencia del chal, pues se argumenta que es posible que no, aunque estuviera cerca de la víctima de Catherine Edowes, no fuera de ella, por ejemplo, lo cual añade más incertidumbre al caso. Otra perspectiva que sugiere esta historia son las limitaciones tecnológicas a la hora de efectuar este tipo de análisis en base a pruebas, elementos, la ropa en este caso, de una persona que vivió hace más de 100 años.