El primer crimen utilizando el servicio postal. 573d6w

Crímenes y criminales, con Luis Martín Edvalles 12 de febrero de 1891, John P. Dunning, alguien que se había hecho famoso como corresponsal de guerra, se casa con Mary Pennington, hija del ex congresista John Pennington. Se irían luego a vivir a San Francisco. No tardarían ni un año en tener una hija, y ya como una familia, se mudan a una zona acomodada en California Street. Un día, dando un paseo junto al Golden Gate Park, encuentran a una mujer sentada en un banco.

Este hombre, John, es amable, dicen que incluso pudo coquetear algo con ella, y está claro que establecen una conversación durante la cual la mujer dice que tiene un marido que se llama Curtis, que está en Inglaterra, pero resulta que poco a poco van hablando más y la mujer ite al final que era la esposa de Welcome a Botkin, con quien se había casado en Kansas City en septiembre de 1872, y que también tenía un hijo llamado Beverly.

Sabía que su nombre y su apellido es soltera Cordelia Brown, y la ciudad de Bronzeville, Nebraska, llevaba el nombre de su padre. Y es que al parecer Botkin había estado relacionado muchos años con el Missouri Valley Bank en Kansas City. El caso es que John P. Dunning y esta mujer empezaron a intimar. Empezaron a verse a escondidas. ¿Qué ocurre? Que la señora Dunning, ahora Mary Pennington, decide llevarse a su hija, pequeñita todavía, a la casa de su padre Endover Delaware. Con lo cual se va de San Francisco. Con lo cual deja solo a su marido allí.

Al parecer se les empieza a ver bastante por lo que son las carreras de caballos en algunos cafés. Empiezan a tener una relación que se ve claramente, que va más allá de la amistad.

En un momento dado, la señora Botkin se muda a Gary Street, y John Dunning alquila una habitación en ese mismo edificio.

En una de sus muchas conversaciones, John P. Dunning llega a decirle a la señora Botkin que a su esposa le gustan muchísimo los dulces de chocolate. Y hablando hablando, se quedó con otro detalle. Tenía una amiga muy querida en San Francisco llamada Señora Corvalli.

Ocurre que en marzo de 1898, Dunning acepta un puesto como corresponsal de guerra en Associated Press, lo cual le hacía partir inmediatamente hacia Puerto Rico. Le contó sus planes a la señora Botkin, que se enfadó bastante, que le molestó bastante que la dejase sola, que le suplicó que no se fuera. Pero que él le dijo que se iba a ir, y no solo se iba a ir, sino que tenía que hacerse la idea de que la vida, esa relación con ella, se había terminado, se había acabado. Que no iba a volver nunca a San Francisco con ella.

Cuentan que la señora Botkin lloró de forma amarga durante mucho tiempo.

Y es el 9 de agosto de 1898 cuando a Dover, a Delaware, allí llega un pequeño paquete.

Es un paquete que va dirigido a la señora de John P. Dunning. Un paquete que, bueno, pues en ese momento ahí estaban la familia de su padre, como hemos dicho, la señora Pennington, las dos hijas, la señora Dunning y ellas, también la señora Joshua Dean, el yerno, el señor Dean, la verdad que incluso los dos hijos pequeños de la hermana de Mary.

Una familia con bastantes . Resulta que después de cenar aquella noche la familia se sienta en la terraza y recuerda a la señora Dunning que tiene el paquete, lo abre y resulta una caja muy elegante, muy bonita, de dulces, de bombones. Incluso contiene un pañuelo muy bonito.