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SOLO PARA ADULTOS X - Voces reales
Mi tío me encanta....

Mi tío me encanta.... p84e

22/2/2025 · 19:29
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SOLO PARA ADULTOS X - Voces reales

Descripción de Mi tío me encanta.... 463p5y

Mi tío me lleva 10 años, es un hombre muy guapo, alto, grandote, las mujeres se le regalan, resulta que a él, le gustaba sentarme en sus piernas, me abrazaba y sentía su verga. Las cosas fueron evolucionando, a veces me sentaba frente a él, con mis piernas rodeando su cintura, me subía el vestido y sentía como le crecía el paquete, se ponía rojo y con la mirada vidriosa. A veces jugaba conmigo, me hacía cosquillas y quedaba encima de mí, me abría las piernas y se movía muy despacio. Yo me movía para escaparme para que no me hiciera cosquillas, pero el me agarraba las manos y me retaba diciendo que intentara escaparme, mientras sentía su cuerpo encima. Cuando estaba en calzoncillos, cuando nadie miraba, se agarraba la verga y la apretaba, con el tiempo hizo que yo se la agarrara, con el calzoncillo puesto, pero tanto manoseo, me hizo despertar y mi cuerpo necesitaba más, sentía cosquillitas en mi cuquita. Una vez tomé la iniciativa, solo estaba la señora q trabajaba en la casa, la vi lavando, así que fui a la sala, estaba desnudo con calzoncillos, le dije que jugáramos, abrí las piernas y me senté de frente sobre su verga, abrazándolo por el cuello, me dijo que no y empecé a moverme, como haciendo un berrinche, le repetía que quería jugar y él miraba nervioso por la puerta medio abierta, sentí como le creció la verga, lo que él no sabía es que no tenía calzón, metió las manos bajo de mi falda para quitarme y se dio cuenta, fue la primera vez que me dijo algo fuerte. Me dijo, que puta, venís peladita. oímos q alguien se aproximaba a la puerta de calle, me quedé allí y él se fue a bañar. Así que le di pie a que las cosas aumentaran. Al otro día, que quedamos solos, me mostró la verga y me hizo tocársela, se reía, con la mirada desencajada y vidriosa, me tenía agarrada la mano, subiendo y bajando por su verga. Yo no podía dejar de verlo, tenía susto, excitación, emoción, a él le brotaba el morbo, se vino mientras se la tocaba y me fui a lavar de inmediato. Esa misma noche, entró a mi cuarto, hizo gesto de silencio, tiró una colcha al piso y me hizo señas de que llegara, me quitó el camisón, no traía nada abajo, me acostó boca arriba, se bajó el calzoncillo y empezó a jugar mi gallito con su verga, la pasaba de arriba abajo y gemía muy calladito, como es muy alto y yo no, se acostó encima de mí, su peso me ahogaba y empecé a gemir, por la falta de aire, el estaba pasando su verga por mi cuca, me empujaba hacía abajo de la cabeza y el subía bien pegado, se vino, se la sacudió en mi panza, se levantó y se fue, dejándome en el piso, me limpié y me levanté. Fue muy rico, sentía muchas cosquillitas bien ricas en mi cosita. La verdad quería que se repitiera, pero dejó de hacerlo por unos días, creo que sentía culpa, yo empecé a masturbarme bien cabrón, fuerte, me pasaba los dedos y uno de esos días, sentí algo raro y me asusté, no sabía que pasaba, fue como una sensación de hacer pipí, pero sin pipí y más agudo. Un día lo vi en la cama, sentado, estábamos solos y me le subí, el me dijo que no, intentó quitarme, pero yo me abracé a su cuello moviéndome encima, con ropa, me dijo esperá, se la sacó se bajó los pantalones y yo me rosé en su verga, me estaba besando mientras estaba sentada en su vergóta, la tiene de 20, pero es muy gorda, venuda y una cabezota. Se me hace agua la pusa mientras me recuerdo. Solo pasaba las vacaciones en su casa, así que por un tiempo no lo vi, cuando volví, ya estaba más desarrollada, así que empezó a acosarme, pero me había convencido que ya no lo haría. Fui porque mi abuela estaba hospitalizada, así que nos dejaron solos mientras estaban en el hospital, el aprovechó para acosarme, le dije que no, pero me tiró al suelo, se puso encima, me agarró las manos e intenté votarlo con las piernas lo que hizo que quedara más acomodado para rosarme la cuca y sentí como le creciera el pito. Oímos ruido, el se levantó y era una chica nueva, que trabajaba en casa, mulata, de la nada, se levantó, se fue con ella, lo seguí y en la parte de atrás de la casa, donde había una pileta, le bajó el short, le sacó las chiches se las besó y de un solo la empalmó hasta el fondo, era una chica poco más grande que yo, pero se miraba bien formada, unas nalgotas increíbles y unas chichotas bien ricas, ella gemía como de dolor cada vez que se la enterraba, yo estaba viendo desde la cocina escondida, el jadeaba y la levantaba en cada metida, ella estaba abrazada a su cuerpo, allí parada recibiéndolo, con los ojos cerrados, sus gemidos eran más agitados y el gemía dentro de ella, movía su cuerpo con fuerza, ella movía sus caderas hacía él y de repente ella hizo un chillido y se quedó quieta, pegada a él, mientras el seguía bombeando, hasta que hizo un grito medio apagado y se quedó quieto envuelto en su vagina. La besó y le sacó la verga, se fue a su cuarto, ella se quedó limpiándose la cosa, toda abierta, con las rodillas medio flexionadas y yo mirando que hermosa era su cuca peludita, mientras se quitaba el semen de mi tío. Desde entonces me gustan los hombres y las mujeres y puedo estar y gozar con hombres y mujeres por separado o juntos. Se imaginan como quedé de caliente, me fui al baño a masturbarme, ya tenía orgasmos tocándome la panocha, en el clítoris, pero no me metía nada, ni los dedos, quería que lo primero que me entrara fuera una verga y si era la de mi tío mejor y me la dejara bien abierta, que su garrote, sintiera bien rico, apretado y complacido, llevándose mi virginidad. Luego les cuento cuando me le entregue y por fin me dio una buena cogida y como me lo hizo. 2j3h2i

Lee el podcast de Mi tío me encanta....

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Soy Camila, desde que era pequeña, siempre he sentido una fuerte atracción hacia mi tío Miguel.

Él es el hermano menor de mi mamá y siempre ha sido el tío cool, el que nos llevaba a comer helado y nos hacía reír con sus chistes.

Pero conforme fui creciendo, mi amor por él se convirtió en otra cosa, algo más intenso y prohibido.

Mi tío Miguel es guapo, realmente guapo.

Tiene un cuerpo bien formado y una sonrisa encantadora que me hace derretir cada vez que la veo.

Y aunque siempre he tratado de ocultar mis sentimientos, cada vez que él está cerca, mi corazón late más rápido y mi piel se eriza.

Sé que es incorrecto, que él es mi tío y que debo verlo solo como un familiar, pero no puedo evitarlo.

Y así empezó una manía en mí.

¡Ay, Dios mío! Me tiré en la cama, agotada y con la respiración entrecortada.

Mi cuerpo todavía temblaba por el intenso orgasmo que acababa de tener.

Mi mente estaba tan nublada por el placer que tardé unos segundos en recordar la causa de todo esto, mi tío.

Me había masturbando viendo su foto.

El hermano mi mamá, que siempre había sido mi favorito.

Nunca antes lo había itido, pero desde que era más peque había sido secretamente atraída hacia él.

Me encantaba su sonrisa, su olor, su manera de hablar.

Todo en él me excitaba y no podía hacer nada para evitarlo cuando iba a casa en fechas especiales.

Pero las cosas se intensificaron cuando fui creciendo y comenzó a tratarme de una manera diferente.

Nuestras conversaciones se volvieron más íntimas y nuestros abrazos más prolongados.

Yo sabía que estaba mal, que era mi tío y que no podía tener esos sentimientos hacia él, pero no podía evitarlo.

Y así fue como, una noche, mientras estaba en mi habitación, me imaginé a mi tío allí conmigo.

Sin pensarlo dos veces, tomé un pepino del refrigerador y le puse un condón para no lastimarme.

Me acomodé en la cama y comencé a moverlo como si fuera su pene.

¡Fue increíble! Y desde entonces, eso se convirtió en mi ritual secreto cada vez que me acostaba a dormir.

Pero las cosas no se detuvieron ahí.

Empecé a meterme objetos cada vez más grandes en mi vagina mientras me masturbaba.

A veces utilizaba desodorantes, otras veces improvisaba con cosas que encontraba en mi habitación.

Aunque sabía que era peligroso y que podría lastimarme, no podía parar.

Mi lujuria por mi tío era más fuerte que mi juicio.

Todo esto se convirtió en una rutina hasta que un día, por accidente, mi mejor amiga encontró preservatitos en mi cartera cuando le dije que podía sacar mi peine porque me lo pidió prestado.

Al principio me sentía avergonzada y traté de explicarle que eran sólo cosas que había probado por curiosidad, pero ella vio a través de mis excusas y me preguntó directamente si todo esto tenía algo que ver con mi tío.

—Como lo supiste —pregunté, completamente sorprendida—.

—Bueno, desde hace unos meses has estado obsesionada con él y siempre hablas de él con una mirada embobada en los ojos —respondió ella con una sonrisa traviesa.

—No puedo evitarlo —ití finalmente.

Siempre me ha gustado.

Y desde que él comenzó a tratarme de manera diferente, no puedo dejar de pensar en él de una manera, sexual.

Sentía aliviada de poder sacar ese peso de mi pecho y hablar abiertamente sobre mis sentimientos hacia mi tío.

Y aunque en un principio pensé que contarle a alguien sobre mis deseos sería una liberación, la verdad es que sólo me hizo desear aún más a mi tío.

Pero ahora, al menos tenía a alguien con quien hablar al respecto y eso me ayudaba a no sentirme tan sola.

Aunque todavía seguía siendo un secreto que no podía contarle a nadie más, al menos ahora tenía a mi amiga para desahogarme cuando la lujuria hacia mi tío se hacía demasiado difícil de resistir.

Un día, mi amiga vio una foto de mi Miguel en mi celular.

Una que yo le había tomado hace tiempo cuando vino para mi cumpleaños.

—¡Guau, sí que es guapo! —dijo Valeria con una sonrisa traviesa en su rostro.

—No me extraña que estés enamorada de él.

—¿En serio crees que le gusté? —pregunté con esperanza en mi voz.

—Bueno, si no le gustas, entonces es ciego —respondió ella con una risita.

—¿Pero qué piensas hacer al respecto? —No lo sé, no quiero arruinar nuestra relación familiar —dije con tristeza.

Valeria me miró con complicidad y me dio un consejo que cambiaría todo.

—Mira, si realmente quieres saber si le gustas, tienes que arriesgarte.

Coquetea con él, hazle saber de manera sutil que te atrae y ve su respuesta.

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