Mató a su esposa, hijos y madre. Luego fue a rezar a la iglesia 5r3s2n

Un hombre ejemplar, devoto, correcto, padre de familia, contable, respetable, y así duofeligres de su iglesia. Eso era John Emil List, hasta que un día en 1971 su mundo aparentemente perfecto colapsó. En una mañana tranquila ejecutó fríamente a su esposa, a su madre y a sus tres hijos dentro de su majestuosa mansión en Westfield, Nueva Jersey. Luego limpió la escena, escribió una carta de confesión y desapareció. Durante 18 años nadie supo nada de él. No hubo pistas, no hubo huellas, sólo una casa vacía con cinco cuerpos y una pregunta sin respuesta.

¿Por qué? Hoy, en Crímenes de Arkham, abriremos el expediente de uno de los parricidas más metódicos y perturbadores de la historia estadounidense.

El hombre que creyó salvar a su familia asesinándola. Imagina a tu vecino perfecto, responsable, religioso, buen padre. Ahora imagina que un día, sin previo aviso, desaparece tras asesinar a toda su familia. Eso hizo John List y su historia hiela la sangre. Muy buenas, yo soy Lux y bienvenidos al oscuro corazón de Arkham. Muchísimas gracias a todos los que escucháis este podcast de verdad. Como veis, ya oficialmente se ha cambiado el nombre a Crímenes de Arkham, como os he ido avisando en las últimas semanas.

Recordaros, por favor, que os tenéis que suscribir para seguir disfrutando de este podcast y recordaros también que todos estos capítulos los tenéis de forma anticipada con el apoyo para fans de Evox y que además también tenéis a episodios exclusivos donde os doy nociones de cosas sobre la criminología. Pero no me enrollo más y sin más, empecemos con el caso.

John Emil List nació el 17 de septiembre de 1925 en Bay City, Michigan, en el seno de una familia profundamente religiosa y de origen alemán. Desde pequeño fue criado bajo una estricta educación luterana que marcaría su visión del mundo. La disciplina era ley, el castigo una forma de redención y el pecado algo intolerable.

Su padre, autoritario y distante, le transmitió una idea muy clara. Cualquier error debía ser castigado, la emoción se veía como una debilidad. Este entorno de rigidez moral y emocional moldeó a John como un niño callado, introspectivo, obediente y con una profunda necesidad de control. Ya adulto sirvió como teniente durante la Segunda Guerra Mundial.

Tras su regreso, estudió istración de Empresas en la Universidad de Michigan y se especializó en contabilidad. Parecía un ciudadano ideal, responsable, serio y metódico. Uno de esos hombres que jamás levanta sospechas. Se casó con Helen, una mujer mayor que él, madre de un hijo de un matrimonio anterior. Con ella tuvo tres hijos, Patricia, John Jr. y Frederick.

Más adelante también se mudó su madre Alma, a vivir con ellos. La familia habitaba una imponente mansión victoriana en Westfield, Nueva Jersey, con 18 habitaciones, un salón de baile y un aire constante de perfección. Nada parecía fuera de lugar. Pero detrás de esas puertas cerradas, las cosas se deterioraban poco a poco.

Helen llevaba tiempo ocultando un secreto devastador. Padecía sífilis, contraída en su anterior matrimonio. Al descubrirlo, John se sintió profundamente traicionado, y con el tiempo ella empezó a manifestar signos de demencia. La situación económica también se desmoronaba. Liz perdió su trabajo, pero lo ocultó durante meses, fingiendo salir cada mañana como si nada.

Usaba los ahorros de su madre para pagar las cuentas, mientras las deudas lo asfixiaban.

Y mientras tanto, su hija Patricia, la mayor, empezaba a mostrar una conducta que para John era escandalosa. Quería ser actriz, hablaba de brujería, fumaba marihuana y no quería ir a la iglesia. Cada aspecto de su vida estaba fuera de control, y para un hombre como John List eso no era solo un problema, era una tragedia.

Su fe le decía que si su familia se apartaba del camino de Dios, se condenarían. Pero si morían ahora, antes de desviarse por completo, sus almas serían salvadas. Así nació la idea que solo podía surgir de una mente metódica y completamente deformada por el fanatismo y la vergüenza. Asesinar a toda su familia, no por odio, sino por amor.