
Ángeles de la muerte: asesinos ocultos tras una bata blanca 5p4h4z
Descripción de Ángeles de la muerte: asesinos ocultos tras una bata blanca 6hr46
¿Qué ocurre cuando aquellos que prometen salvar vidas esconden una oscura intención? En este episodio exploramos el aterrador concepto del ángel de la muerte: asesinos que actúan en hospitales, clínicas y residencias, amparados en la confianza ciega de sus víctimas. Descubre su perfil psicológico, su modus operandi y algunos de los casos más escalofriantes de la historia. Además, te recomiendo el caso de Harold Shipman, uno de los ángeles de la muerte más letales, disponible ya en el canal. Bienvenido a Crímenes de Arkham. Esta noche... caminamos juntos por el lado más oscuro de la medicina. REDES SOCIALES Twitter: https://twitter.com/luxbardj Instagram: https://www.instagram.com/luxbar/ Youtube: https://www.youtube.com/channel/UCuc59Vl8CnSs2PDlgZ3C9Kw/ Discord:https://discord.gg/JggGJsdUgX Facebook: https://www.facebook.com/luxbardj/ Canal de Telegram: https://t.me/LuxbardjYT Paypal: https://www.paypal.com/paypalme/avernolocura Música Intro y Outro 🎵🎵🎵🎵🎵🎵🎵 "Penumbra" Kevin MacLeod (incompetech.com) Licensed under Creative Commons: By Attribution 4.0 License http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/ ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/2290752 681s4d
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En el silencio de la noche, un hospital parece un refugio. Un lugar donde los heridos sanan, donde los enfermos descansan, donde la vida lucha cada segundo por continuar.
¿Pero qué ocurre cuando una persona encargada de velar por nosotros, el médico, el enfermero, el cuidador, se convierte en nuestro peor enemigo? ¿Qué sucede cuando quien lleva la bata blanca no es un salvador, sino un verdugo? Hoy, en Crímenes de Arkham, vamos a adentrarnos en uno de los conceptos más escalofriantes de la criminología moderna. El ángel de la muerte.
Un tipo de asesino en serie que, amparado en la confianza y en la autoridad médica, elige quién vive y quién muere. Muy buenas, yo soy Lux y bienvenidos un día más al oscuro corazón de Arkham. Muchísimas gracias, de verdad, por dejarme corazoncito en iVoox, cinco estrellas en Spotify y esas cosas. Hoy, como veis, tenemos un nuevo concepto criminológico para explicar. Pero no me enrollo más y, sin más, empecemos.
El término ángel de la muerte se utiliza en criminología para describir aquellos asesinos que matan mientras ocupan puestos de asistencia médica o de cuidado. Médicos, enfermeros, auxiliares... Personas cuya misión debería ser proteger, aliviar y sanar. Pero que, bajo esa apariencia de dedicación, ocultan intenciones macabras. Este tipo de asesinos escoge a sus víctimas entre los más vulnerables. Ancianos, enfermos graves, pacientes en cuidados intensivos...
Personas que, muchas veces, no tienen la fuerza ni la voz para defenderse. Aunque los primeros casos documentados se remontan a siglos atrás, el concepto de ángel de la muerte como categoría criminológica se popularizó a finales del siglo XX, cuando varios asesinos seriales como Harold Shipman o Charles Cullen demostraron que el mal podía esconderse incluso en las instituciones diseñadas para salvarnos.
Algunos de estos criminales aseguran actuar por compasión, afirmando que sólo querían acortar el sufrimiento de sus pacientes. Pero la realidad, como veremos, es mucho más oscura. Muchos ángeles de la muerte no matan por piedad, sino por el placer absoluto de decidir sobre la vida y la muerte. El perfil psicológico de un ángel de la muerte no es uniforme, pero sí existen patrones comunes que, una vez detectados, nos permiten comprender mejor su oscura naturaleza.
En primer lugar, el narcisismo suele ser un rasgo central. Estos individuos se consideran superiores a quienes los rodean. Se ven, asimismo, como árbitros supremos del destino, como dioses ocultos tras una sonrisa amable y una bata blanca. También encontramos en muchos de ellos una falsa compasión. Alegan matar para acabar con el sufrimiento, pero en realidad lo que buscan es satisfacer sus propias necesidades, el poder absoluto, el control total, la sensación de dominio sobre otro ser humano. Algunos incluso experimentan placer emocional durante o después de la muerte de sus víctimas, un éxtasis frío calculado carente de remordimiento.
Son expertos en camuflaje social. Suelen ser vistos como trabajadores dedicados, como figuras de confianza en sus entornos. Pero tras esa máscara se esconde una mente depredadora. Una mente que ha aprendido a moverse en los márgenes del bien, disfrazando el mal más absoluto de acto de misericordia. El ángel de la muerte no asesina como lo haría un criminal común. Su forma de matar es silenciosa, meticulosa y difícil de detectar. El método más habitual es la inyección letal.
Morfina en dosis desproporcionadas, insulina istrada en cuerpos que no la necesitan, sobredosis de potasio capaz de provocar paros cardíacos casi imposibles de rastrear en un primer análisis. Otros prefieren interrumpir tratamientos esenciales, omitir medicamentos o incluso alterar los sistemas de soporte vital. Un leve ajuste en una máquina puede sellar el destino de un paciente, sin que nadie sospeche nada. Lo más perturbador de su modus operandi es que aprovechan el contexto.
La enfermedad ya estaba allí. La fragilidad ya era real. Y en un hospital, la muerte tristemente es una visitante habitual. Esto les permite actuar sin levantar sospechas inmediatas. Una muerte más en una sala de cuidados paliativos. Una pérdida lamentable en una residencia de ancianos. Nadie, al principio, piensa en una semana.
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