El Gran Apagón: El Nuevo dia de la Claustrofobia. Cap 448 2g1958

El apagón masivo del 28 de abril no solo ha marcado un hito dentro de lo inaudito, sino que además debería ser nombrado como el día de la claustrofobia.

En Madrid, los bomberos realizaron al menos 210 intervenciones para poder rescatar a personas que estaban atrapadas en los ascensores, según Emergencias 112.

En Barcelona, el 90% de las más de las 300 intervenciones tenían que ver también con sacar a personas de los ascensores.

Entre las 12 y media y las 4 y media se gestionaron 1.679 expedientes relacionados con el corte de energía eléctrica, de los cuales 287 correspondieron a ciudadanos encerrados en elevadores.

En el metro también se quedaron a oscuras.

En las líneas 3 y 5 los pasajeros tuvieron que caminar durante un tiempo a través del túnel hasta la siguiente estación.

Hoy vamos a presentar la cara B del gran apagón, la claustrofobia, que se ha podido vivir por estar en o con estos incidentes o por pensar en qué hubiese pasado si yo hubiese estado en esa situación.

De esto vamos a hablar hoy.

¿Qué es la claustrofobia y por qué se produce? Pues parece que hay diferentes tipos de claustrofobia y la pregunta es qué deberíamos hacer en estos casos.

Definitivamente no calificaríamos la claustrofobia como el miedo a estar en un lugar cerrado, es más complejo que esto.

Muchas personas con claustrofobia pueden estar en este tipo de sitios sin mucho problema.

Más bien lo definiríamos como el miedo a no poder salir de la situación si uno quiere hacerlo.

Es decir, que la claustrofobia es el no poder elegir ni el cómo ni el cuándo salir y también implica la creencia de que algo catastrófico va a ocurrir si no lo consigo.

Y aquí viene la primera lección valiosa y es que la claustrofobia no es un miedo hacia afuera sino es un miedo hacia adentro.

Lo que se teme no es tanto a la falta de espacio sino a las propias sensaciones desagradables que esto va a generar en nosotros y que creemos que nos va a llevar al descontrol o algo terrible que creo que no voy a poder sostener.

Por otro lado, la clave es que no hay que pensar sólo en espacios cerrados.

Lo que importa es si las personas los perciben como cerrados o no.

Por ejemplo, en el cine.

En el cine alguien podría ponerse cerca de la salida y normalmente se colocan en pasillo, no en medio.

O puede que situaciones como el dentista o el peluquero en el que sientes que tienes que estar ahí por la fuerza también pueden ser percibidos como situaciones claustrofóbicas.

¿Qué tipos de claustrofobia existen? Muchas personas que acudieron a la consulta vienen a raíz de un suceso traumático que no quieren repetir.

Esto es, tuvieron un ataque de ansiedad en un avión o en un metro y han asociado la percepción del espacio cerrado precisamente a esa experiencia.

Vivieron una percepción tan catastrófica de la situación que no quieren que se vuelva a repetir ni en pintura.

Pensaron en ese momento que enloquecerían, que se asfixiarían, que no podrían soportarlo y han asociado que si permanecen en una situación sin la posibilidad de poder cortar esa situación escapando no van a poder resistirlo.

Esto tiene más importancia de lo que parece en un principio, en este caso la persona evita los sitios por el miedo a repetir esa experiencia traumática.

Pero también encontramos casos que no han experimentado una crisis de ansiedad clara, son aquellos que no presentan un origen definido del problema, incluso personas que refieren a haber experimentado claustrofobia desde que recuerdan que así es, como una idea conceptual.

Este tipo de pacientes nos plantean otra perspectiva de tratamiento que quizá pueda basarse en los hallazgos realizados por Emory, Estela Lourenco y Matthew Longo de la Universidad de Londres de Reino Unido y estos investigadores encuentran que no todos percibimos el espacio de la misma manera.

Matthew Longo reconoce en una entrevista reciente que hemos encontrado que las personas con más niveles de claustrofobia tienen un exagerado sentido del espacio que les rodea.

Igualmente no todas las personas que experimentan claustrofobia tienen el mismo miedo, ya que hay quienes hacen mucho encapié en la falta de aire o aquellos que temen el ridículo en público o que la ansiedad les va a llevar a un estado del cual sienten que no van a poder regresar.

Tener en cuenta esto puede ser un indicador clave en la eficacia del tratamiento.

Por otro lado, habría que distinguir si uno sufre de claustrofobia entre comillas pura aunque no existe tanto lo puro, o forma parte de otro trastorno más grande como la agorafobia, la ansiedad generalizada o incluso la ansiedad.