Episodio 5. PLATÓN II. (Teoría del Alma, Ética y Política). c1h6i

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Episodio 5. Platón, teoría del alma, teoría ética y teoría política.

Como vimos en el episodio anterior, Platón, para resolver esa diatriba entre la unidad y la multiplicidad, o la quietud y el cambio que habían planteado Parmenides y Heráclito, pues propuso la existencia de dos mundos, el mundo sensible y el mundo inteligible. Pues bien, para acceder a esos dos mundos necesitamos tener al mismo tiempo como dos herramientas, dos instrumentos, dos gadgets, poníamos el ejemplo del teléfono móvil, que nos permitan acceder a esos mundos.

Para acceder al mundo sensible necesitamos los sentidos, y los sentidos están en nuestro cuerpo. Pero para acceder al mundo inteligible necesitamos la razón, y según Platón la razón pertenece al alma, ya que Platón defendía esa dualidad antropológica que supone la división del ser humano en dos partes, el cuerpo por una parte, la parte material, y el alma la parte ideal.

Según Platón el alma es eterna, el alma es sabia desde siempre. ¿Por qué? Porque según Platón el alma, al ser inmortal, existía desde siempre, incluso desde antes de nacer, en el mundo de las ideas. El alma pertenece al mundo inteligible, y cuando el alma estaba en el mundo de las ideas, supuestamente era sabia porque estaba conviviendo con todas las ideas. Platón no explica muy bien por qué los seres humanos son condenados a nacer, por algún error, por algún defecto, porque en el fondo no somos perfectos, y entonces el alma al nacer cae y es metida, introducida en un cuerpo, un cuerpo que actúa en este caso como cárcel.

El alma al introducirse en la cárcel de su cuerpo olvida toda aquella sabiduría que tenía previamente al nacimiento. De ahí que Sócrates dijera anteriormente a Platón, y de aquí lo toma Platón, que conocer la realidad en realidad es conocerse a sí mismo. Se dice en latín noscete ipsum o noscete ipsum, que significa conócete a ti mismo si quieres conocer la verdad.

Y por eso Sócrates también decía que para conocer la verdad, la verdad la teníamos en nuestro interior, y la dialéctica nos ayudaba a sacarla al exterior. ¿Por qué la tenemos en el interior? Porque el alma es sabia desde siempre, y sigue siendo sabia ahora mismo, sólo que hemos olvidado aquellas ideas.

El mundo sensible al ir experimentando las cosas que nos rodean, vamos recordando esas ideas, por eso la teoría del conocimiento de Platón, cosa que no dijimos en el capítulo anterior, se denomina teoría del recuerdo o de la reminiscencia, o de la anamnesis, que significa no olvidar o recordar.

Pues bien, el alma cuando va alcanzando poco a poco la sabiduría, va recordando poco a poco la sabiduría, va siendo capaz de orientarse en el mundo sensible cogiendo el camino más adecuado a la sabiduría, y por tanto más adecuado para conseguir nuestras metas. ¿Cuál es la meta fundamental de cualquier persona, de cualquier alma? Pues alcanzar el bien, porque el bien es la máxima verdad, no solamente el bien en lo ético, que sería buscar lo bueno, sino también el bien en lo político, que es buscar lo justo, y también el bien en general, el bien metafísico, que podría ser, como dijimos en el capítulo anterior, según nuestra propia interpretación, buscar el ser, comprender, el arjé, el principio último de todo, que sería ese bien.

Pues bien, Platón divide el alma, ya nos adentramos en la parte antropológica, teoría del alma, divide el alma en tres partes, porque en el fondo, para un griego, el alma no es una especie de espíritu o fantasma que está flotando, como se imagina uno en las películas americanas, que uno se muere vestido de traje de chaqueta, y cuando se levanta el espíritu y deja el cuerpo atrás, el espíritu también es la misma persona, transparente, pero también vestido con el traje que ha muerto, vestido de chaqueta.

Dios no quiera que nos muramos vestidos de disfrazados de carnaval.

Pues bien, Platón, los griegos consideraban que el alma es más bien un impulso, un impulso vital, aquello que hace que los seres inanimados, anima, en latín significa alma, inanimado es como sin alma, ser inerte, que un ser inanimado, al introducirse un alma en su interior, lo anima, esto es, lo vivifica, le hace moverse, le hace moverse.