Episodio 16. KANT (II). Crítica de la Razón Práctica. x5x5r

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Episodio número 16. Kant. Crítica de la razón práctica.

Como vimos en el episodio anterior, Kant estaba muy interesado en ver si la filosofía podía convertirse en una ciencia estricta, determinando las condiciones que toda ciencia debe tener.

Y determinó que la filosofía no puede ser una ciencia cuando quiere conocer los objetos alma, mundo y Dios, porque toda ciencia debe contener lo que denomina Kant juicios sintéticos a priori, esto es, juicios que sean capaces de ser universales pero que añadan información al mundo.

Y eso solo es posible si los juicios de la ciencia versan, utilizan o se basan en los fenómenos de la experiencia.

Por eso decía Kant que solo la matemática y la física pueden ser ciencias, estrictamente hablando, porque son las únicas que utilizan juicios sintéticos a priori.

Pero en realidad la filosofía de Kant podría sintetizarse en el intento de responder no solo a esa pregunta del conocimiento y la ciencia, sino responder a tres preguntas. La primera es esa, ¿qué puedo saber? La que responde y analiza la crítica de la razón pura.

La segunda es ¿qué debo hacer? Que la responderá, intentará dar respuesta a ella en este episodio que versa sobre la crítica de la razón práctica y donde habla de la ética, cuál debe ser nuestro comportamiento humano, cómo debemos comportarnos y actuar.

Y la tercera es ¿qué me cabe esperar? Se entiende que después de la muerte, y que para ello cree Kant que está la religión y la fe.

Por tanto ¿qué puedo saber? Pues puedo saber cosas que estén referidas a fenómenos.

¿Y qué debo hacer? Estamos estudiando en este caso la ética.

Y precisamente porque no somos solo seres pasivos, digamos seres que se dedican a contemplar la realidad, el conocimiento humano es por tanto una especie de recepción pasiva de la realidad, aunque nosotros aportemos aquellos elementos a priori, también somos seres activos, esto es, somos seres que no solamente estamos mirando el mundo para ver cómo es, sino que estamos actuando en el mundo, comportándonos y tenemos que saber qué camino tomar.

Por eso aunque ya haya determinado Kant en la crítica de la razón pura que el ser humano no puede conocer esos elementos abstractos de la metafísica de una forma científica, no tenemos más remedio que seguir haciendo filosofía, porque tenemos que comportarnos de alguna manera en el mundo y tenemos que saber cómo debo actuar y por tanto cómo debo comportarme.

La ética para Kant, igual que el conocimiento, también tiene que estar basada en principios universales.

No vale decir que hoy debo actuar de una manera y mañana de otra, sino que una ley ética, un principio o como Kant le denominará un imperativo ético, debe pretender alcanzar la universalidad, o sea, todas las personas deben actuar de esta manera para de verdad poder ser una ciencia, entre comillas, una ciencia ética, una ética que valga para todos y en todo momento y en todo lugar.

Por eso como lo universal tiene que ser a priori según Kant, recordemos, a priori es aquello que es antes de la experiencia y en tanto que es antes de la experiencia y no depende de nuestras experiencias del mundo, cualquier verdad que alcancemos de forma a priori será una verdad universal, porque es absolutamente verdadera y no depende del mundo material que nos rodea ni de nuestras experiencias personales.

Así que los principios de la ética, si queremos que sean universales, también tienen que ser a priori, no se pueden basar en nuestras experiencias mundanas, no podemos decir debo hacer esto porque ayer lo hice y me salió bien, eso no sirve para la ética.

Por eso Kant divide la ética en dos tipos, hay éticas que se denominan éticas materiales, que son las éticas que Kant va a criticar y la ética que es formal o las éticas que son formales.