Episodio 4. PLATÓN I (Teoría de la Realidad y del Conocimiento) 4l2s4u

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Episodio 4. Platón. Teoría de la realidad y teoría del conocimiento.
Tanto Parménides como Heráclito nos plantearon un problema filosófico que
aún hoy sobrevuela el pensamiento filosófico actual, que es la dicotomía o
la diatriba entre el ser, que es único, perfecto, inmóvil, y el devenir, o sea, el
cambio, la realidad material, las cosas múltiples que son cambiantes, caducas,
perecederas. ¿Por qué es una diatriba? Porque o existe un ser único o existe
una pluralidad de cosas cambiantes, el ser inmóvil y las cosas mutables y
perecederas. El ser se capta mediante la razón, que es lo que defendía Parménides,
que con la razón podemos conocer la verdad, el ser, el ser uno, mientras que el
devenir, la pluralidad, lo material, se capta con los sentidos, como defendía
Heráclito. Entonces, ¿cuál es la verdad? Si queremos conocer la realidad, conocer
realmente significa captar de una forma permanente lo que es verdad, pero claro,
si la realidad es cambiante, cuando captamos algo, al día siguiente esto ya
ha cambiado y por tanto lo que ayer era verdad hoy ya no lo es, así que eso no
sería un verdadero conocimiento. Conocer, por tanto, tiene que ser conocer algo que
no cambie para que lo que hoy sea verdad mañana siga siendo igual de verdad,
puesto que no ha cambiado. Pues para resolver este enigma, ¿cómo
podemos conocer la realidad si ésta es cambiante? ¿Cómo podemos saber qué es lo
real si el ser o el devenir? Todos los filósofos, empezando por Platón,
intentaron dar una solución a este dilema. En el fondo, tanto la razón como
los sentidos nos dan una información sobre lo que, al menos aparentemente, es
real. La razón nos dice que 1 más 1 es 2 o nos dice qué es un concepto cualquiera,
el concepto de rotulador, que luego pondré un ejemplo, o el concepto de
teléfono móvil. Cuando uno sabe qué es un rotulador, pues ya lo sabe para
siempre, o cuando uno sabe lo que es una mesa, pues ya lo sabe para siempre. Pero
los sentidos nos dan otro tipo de información, esta cambiante. Nos informan
que una luz es más o menos tenue, o que un día está más o menos frío, o que una
persona pesa más o menos kilogramos, pero tras esa información siempre va a
cambiar, porque la luz cambia, la temperatura cambia y el peso cambia, no de
vez en cuando, sino constantemente, cada segundo, cada instante, la información de
los sentidos es distinta. Pues Platón, para resolver este problema
entre la unidad y la multiplicidad, la quietud, la inmutabilidad y el devenir,
propuso como solución que la realidad realmente no es una, sino que está
compuesta por dos mundos, el mundo sensible, que es el que capta nuestros
sentidos, y el mundo inteligible, que es el que capta nuestra razón. Tanto los
sentidos como la razón son como instrumentos con los que acceder
a una parte de la realidad. Al abrir los ojos captamos la luz, al escuchar con
nuestros oídos captamos el sonido, al tocar con nuestras manos captamos las
sensaciones tactiles, la rugosidad, el frío o la suavidad. De esta manera, con
nuestros sentidos, buceamos, nos adentramos en una realidad que es real, pero que es
sensible y cambiante. Con la razón, sin embargo, buceamos en
otro tipo de mundo, en el mundo de las ideas, en el mundo inteligible.
El mundo inteligible está compuesto por ideas que son eternas, que nadie las ha
creado ni las puede destruir, que representan con perfección el concepto
de la cosa y a lo que sólo podemos acceder a través de la razón. Con la
razón buceamos pues en ese mundo de las ideas y captamos su contenido. Los
sentidos, al bucear en el mundo sensible, no nos dan, según Platón, verdadero
conocimiento.