Desaparecida Tras una Cita: El Caso Marta Calvo 2a611y

¡Bienvenidos, bienvenidas al Archivo de María! Bueno, el caso que os traigo hoy transcurre la noche del 7 de noviembre del 2019.

Una noche que parecía una más en Valencia.

Pero para Marta Calvo, una joven de 25 años llena de sueños sería la última.

¿Qué pasó realmente esa noche? ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI una mujer pueda desaparecer sin dejar rastro? Hoy hablaremos de uno de los casos más escalofriantes de la crónica negra española.

Un crimen que destapó los horrores ocultos tras las puertas de una casa aparentemente normal y la desesperación de una madre que lo dio todo por encontrar justicia.

Este es el caso de Marta Calvo.

Empezamos.

Marta nació el 19 de octubre de 1994 en Estivella, en un pueblo de Valencia.

Era la mayor de dos hermanos y creció en un entorno humilde pero lleno de cariño.

Desde pequeña mostró interés por la peluquería y la estética, un sueño que su familia apoyaba.

Antes de trabajar como escort, Marta estudió peluquería y trabajó como camarera y comercial.

Sin embargo, los salarios tan bajos la llevaron al trabajo sexual.

Una decisión difícil pero que veía como temporal.

Su meta era ahorrar para abrir un centro de estética junto a su madre, Marisol, con quien tenía una relación muy cercana.

Quienes la conocían la describían como una joven alegre, protectora con su hermano pequeño y comprometida con su familia.

En sus redes sociales compartía fotos con frases como la familia es lo único que importa y su última publicación fue en su 25 cumpleaños, abrazada a su madre y a su hermano.

La noche del 7 de noviembre de 2019, Marta llevaba un vestido negro y unos zapatos de tacón.

Antes de salir, le dijo a su madre, no te preocupes mamá, ya sabes cómo trabajo.

Nunca imaginó que ese mensaje de WhatsApp con su ubicación en el número 9 de la calle San Juan Bautista, en la localidad varenciana de Manuel, sería su último o con el mundo.

Al día siguiente, la madre de Marta intentó ar con su hija pero no daba señales.

Imaginaos la angustia de la madre cuando al día siguiente su hija no le respondía.

O sea, los mensajes se quedaban en leído, las llamadas no se contestaban...

La madre fue a la casa que le mandó Marta pero allí se lo encontró a un hombre que le abrió la puerta muy frío y con acento extranjero que le negó conocer a Marta.

Aparte de eso, la madre de Marta dijo que su primer encuentro con este hombre fue muy raro porque en ningún momento le miraba los ojos a la madre, aparte de que le había dicho que no conocía a Marta y que no sabía de lo que estaba hablando.

Y como la madre sabía que esa era la última ubicación de su hija, le insistió bastante en que su hija estaba en esa ubicación porque le mandó un WhatsApp con esa ubicación y sabía que su hija estaba ahí dentro.

Está ahí dentro o tú tienes que saber algo, ¿dónde está mi hija? Así que este hombre lo que hizo fue, desafiándola con una mirada muy muy fría, decirle, pasa dentro de casa y comprueba por ti misma que aquí no hay nadie, cosa que la madre de Marta no hizo, más que nada porque le dio miedo y, hombre, si sabes que la última ubicación de tu hija es ahí, te abre una persona diciendo que aquí no hay ninguna Marta, que no conoce a ninguna Marta y encima te está mirando super desafiante diciéndote, entra y compruébalo tú misma, pues yo sinceramente tampoco hubiera entrado porque me daría miedo las cosas como son.

Entonces la madre de Marta tampoco entró en ese momento porque le daba miedo.

Es que es lógico.

Tras dos días sin noticias, su madre denunció la desaparición de Marta el 9 de noviembre a las 9 y cuarto de la noche.

El grupo de homicidios de la Guardia Civil se encargó del caso, termiéndose lo peor, mientras el hombre con el que había quedado estaba desaparecido.

El 25 de noviembre, los investigadores pidieron ayuda a la sección de homicidios, secuestros y extorsiones de la unidad central operativa, la UCO, de la Guardia Civil, que se desplazó desde Madrid a Valencia.

Tras las primeras investigaciones en la vivienda alquilada que había sido limpiada con ciencia y arqueología, su inquilino pasó a ser el principal sospechoso.

El intento de deshacerse de un coche que tenía en el desguace del Puig añadió más razones para su búsqueda.

El principal sospechoso era Jorge Ignacio Palma, que, por cierto, no había sido identificado.