El Crimen de Angela Samota: 33 Años de Misterio y una Amiga que Nunca se Rindió 263x2l

¡Bienvenidos, bienvenidas al Archivo de María! Hoy os traigo una historia que os va a dejar con la boca abierta lo siguiente.

Una chica brillante, con toda la vida por delante y un futuro muy prometedor, pero con un pasado que escondía muchas sombras.

Esta es la historia de Ángela Marí Somoto, o como la conocían sus amigos, Angie.

Un caso que mezcla ambición, amor tóxico y un giro que nadie esperaba.

Ponte cómodo, porque esto no es solo un crimen, esto es una auténtica tragedia americana.

¡Empezamos! Nos vamos a Estados Unidos, en el año 1984.

La protagonista se llamaba Ángela Marí Somoto, aunque todo el mundo la conocía como Angie.

Angie nació el 19 de septiembre de 1964 en California, pero su familia se mudó a Texas cuando ella todavía era pequeña.

Era la hija más pequeña de Frank y Betty y tenía cuatro hermanos mayores.

Por desgracia, su padre falleció cuando ella apenas tenía un año, así que creció prácticamente sin conocerle.

No hay muchos datos sobre su infancia, pero lo que sí se sabe es que de pequeña destacaba por ser muy espabilada, curiosa y con un lado muy creativo.

Quienes la conocían siempre dijeron que no solo era guapísima, sino que también tenía un corazón enorme.

Angie tenía claro desde el principio que quería dedicarse a algo muy grande, así que se lanzó a estudiar Informática e Ingeniería Eléctrica en la universidad.

Una de sus mejores amigas llegó a decir que era una triple amenaza.

Era guapa, inteligente y con una personalidad que enganchaba.

Vamos, que caía bien a todo el mundo.

Y claro, pues eso a veces suele generar envidia.

Muchas chicas querían parecerse a ella y a muchos chicos les volvía locos.

Cuando empezó la universidad aún seguía con su novio del instituto, Lance Johnson.

Lo que pasa es que aunque llevaban mucho tiempo juntos, su relación dejaba mucho que desear.

Angie era una chica tranquila y amable, y Lance era todo lo contrario, impulsivo y bastante agresivo.

La cosa se fue torciendo cada vez más hasta que al final de su primer año de carrera pasó algo super fuerte.

En medio de una discusión, Lance la apuñaló.

Sí, como lo oís, ¿vale? La apuñaló.

Ese fue un punto de no retorno de Angie para romper con él definitivamente.

Menos mal, porque si sigues con él, ¡cuidado! A partir de ahí, su vida pues empezó a mejorar.

En su segundo año de universidad parecía que todo iba un poquito mejor.

Durante su segundo año en la universidad, Angie empezó a disfrutar de verdad.

Se unió a una hermandad y amplió su círculo de amigos hasta incluso se mudó a un piso muy cerquita del campus.

Las cosas le iban bastante bien y empezó a salir con un chico que se llamaba Ben McCall, un tipo que trabajaba como jefe de obra en Dallas.

Ben parecía un buen apoyo, la animaba mucho con los estudios y, por lo visto, la relación era bastante sana.

Pero no era tan bonito como parecía, porque además de ese trabajo, Ben tenía otro trabajo extra, que era intentar proteger a Angie del caos que la rodeaba.

Y es que había demasiadas personas obsesionadas con ella.

Su ex, Lance, sí, el que le clavó un cuchillo, no la dejaba en paz.

Seguía apareciendo por su casa borracho, montando mucho escándalo y poniéndose muy violento, pero no era el único.

En la universidad también estaba Henry, otro personaje bastante turbio.

Este chico tenía una fijación enfermiza con Angie.

Le sacaba fotos a escondidas, luego las imprimía y empapelaba su habitación con ellas.

Aparte, le escribía cartas, poemas y no paraba de invitarle a su dormitorio, aunque ella siempre lo rechazaba una y otra vez.

Y por si fuera poco, había otro hombre más, Russell Buchanan.

A diferencia de los demás, Russell no parecía peligroso, era más reservado.

Conoció a muchos de sus amigos, pero no era el único.