Cuidar la salud mental de los niños, niñas y adolescentes v6i

Al Oído Contigo, un programa para conversar de tu salud mental, todos los jueves a las 5 de la tarde, en 97.6 del FM Magna Estéreo.

Qué dicha estar aquí con ustedes, que nos encontremos de nuevo y conversemos de un tema que se ha vuelto fundamental en nuestras conversaciones diarias, la salud mental.

Este espacio Al Oído Contigo, que es una realización con Magna Estéreo, con la emisora comunitaria de Envigado y Liliana Vásquez, que soy yo la directora y realizadora, nos encanta porque nos permite poner al oído temas que ustedes quieren conversar y que usualmente o hablan solitos o tienen algún familiar o, en ocasiones, pueden hablar con su médico cuando van a consulta.

Sin embargo, no siempre tienen todos los profesionales con los que se puede aclarar toda la información.

Por eso, hoy me siento muy contenta de tener una súper profesional que nos ha acompañado, que ha estado conmigo en programas de televisión, que ha sido una buena cómplice de todos estos esfuerzos de acercar la psiquiatría a todos ustedes.

Está conmigo la médica psiquiatra Dulcinea Osorio Montoya.

Ella se especializó en psiquiatría en la Universidad de Caldas y cuenta con maestría de bioética y psicoterapia.

Fue directora del Centro de Investigaciones del Hospital Mental de Antioquia y ahora ofrece consulta privada en Línea del Equilibrio.

También tiene un teléfono para que ustedes la busquen.

Ahorita yo se los voy a recordar cuando termine el programa.

Les voy a dar bien el número por si quieren conversar con ella.

Y también está conmigo Paola Cardona, comunicadora, periodista invitada, que durante este inicio del programa ha estado aquí facilitándonos también este espacio.

Paola, feliz tarde.

Lili, hola. Feliz nuevamente de estar aquí con una súper invitada y un tema que estoy segura va a ser de mucho interés para todas las familias y las personas que nos están escuchando.

Conversaremos de la salud mental de niños, niñas y adolescentes, porque a veces creemos que ellos como que tú lo entienden todo.

Hay una gran tendencia a volver adultos a los niños desde muy chiquitos y creo que eso está generando dificultades.

Doctora Dulcinea, qué dicha que esté aquí. Bienvenida.

Lili, lo mismo digo. Qué dicha estar de nuevo junticas. Me siento como en casa acá que estoy contigo.

Bueno, muchas gracias.

¿Cómo estamos en este tema de la salud mental? Y nos saludaba Adriana. Adriana, por allí está grabándonos un video, Adriana María Rabe Posada, que es nuestro control de audio, nuestra locutora, nuestra compañera aquí en la mesa de trabajo.

Hola, muy buenas tardes a todas. En este día bien especial, iniciando nuevamente al oído contigo. Bienvenidas.

Bueno, muchas gracias.

Gracias.

¿Cómo estamos con ese tema? ¿Cómo está la conversación sobre la salud mental de los niños, niñas y también adolescentes? Porque entran ahí y los adolescentes quedan como en esa mitad.

Siempre están en ese limbo tan complejo para todo y para todos, porque es complejo desde ellos hasta quienes están a su alrededor, todos y cada uno.

Entonces, fíjate que algo que decías ahorita me encanta porque es que entonces el niño lo entiende todo y entonces el adulto pequeñito, pero a veces se va al contrario.

No entiende nada. ¿Para qué le vamos a decir? Y se dan cuenta de todo, pero desde su interpretación. Entonces, ahí empiezan todas esas dificultades.

Entonces, porque lo entienda todo y se da por sentado, porque no lo entienda nada, es cuando se debe abrir ese espacio.

Es muy importante eso. O sea, el niño puede y en su edad entiende todo, pero a su manera.

Claro.

Con la información que tiene disponible.

Absolutamente. Entonces, interpretó un abandono que eventualmente no fue así y le quedó marcado para la vida.

Interpretó que tal persona le hizo un desplante o que tal persona lo menospreció.

O dijo algo feo.

Exacto. O se culpabiliza toda la vida porque es que yo fui un mal niño tal día, tal hora, con mi tía Pepita Pérez.

Y entonces, crezco como un mal ser humano por una situación que interpreté bajo algo que de pronto eventualmente me hubiera sentado a conversar con mis papás ese día.

No, pero mira, es que pasó esto, es que la tía dijo esto, tú dijiste esto y ¡san! se acabó.

Entonces, eso es muy bonito entenderlo porque es que puede que yo, de por sentado que todo lo entiende, o puede que entonces no le digo nada porque no pasó nada. Eso fue una bobada.

Nada es bobada desde que genere algún tipo de afectación emocional. Entonces, eso es como esa puerta que es importante abrir.

Claramente sin sobregeneralizar que es que todo hay que decirlo, venga que todos los días por la noche hay que sentarnos a las siete y media a conversar.

Usted como se sintió, lo saturamos, por supuesto.

Se aburren de conversar sobre el tema.

Entonces, el punto es generar ese justo equilibrio en donde encuentran un lugar seguro en su casa para abrirse en términos emocionales.

Hoy me pasó tal cosa y me sentí tan mal, hoy discutí con tal persona y me dio tan duro, tal niño me dijo tal cosa y me puse muy triste, me culpabilizó de esto, me dijo mentiras.