El Crimen de San Valentín en Logrosán: El Caso Alfonso Triguero 321v3o

¡Bienvenidos, bienvenidas un día más al Archivo de María! Y...

Bueno, como podéis notar, llevo un resfriado...

¡Qué tela! Lo llevo ya una semana entera, ¿vale? No se me va.

Se ha quedado pegado a mí y no se quiere ir.

Pero bueno, voy al lío.

El caso que os traigo hoy sucede en un pueblo de Cáceres, en España.

Se trata de un caso que yo me pongo a pensarlo y pienso...

Es que parece como si fuera de una película sacada de...

De...

De estas americanas que tienen todos los ingredientes, engaños, mentiras, dinero...

Bueno, muchas cosas así de estas típicas que siempre te ponen las películas americanas.

Pues...

Este caso...

Es...

Mmm...

Muy parecido.

Este es el caso de Alfonso Triguero.

Empezamos.

Logrosán es un pequeño pueblo situado en Cáceres, España.

La población es más o menos de 2.000 habitantes.

La mayoría de la gente vive en casitas rurales.

O plantas bajas.

Donde es muy normal practicar la agricultura, la ganadería...

Vamos, que viven mucho del campo.

Como es un pueblo tan pequeño, pues todo el mundo se conoce.

Porque si habéis vivido en un pueblo pequeño, todo el mundo se conoce.

El lugar también es bastante seguro, ya que no ha ocurrido nunca nada que...

De a entender que es un sitio peligroso o no.

Hasta que en la madrugada del día de San Valentín, Rosa Durán, una residente local, llamó a la policía diciendo que unos hombres habían interrumpido en su casa y habían disparado a su marido.

La llamada fue hecha a las tres y media de la madrugada.

Y Rosa gritaba pidiendo ayuda para que alguien fuera a salvar la vida de su marido.

Alfonso Triguero.

Mientras que su hijo, José Carlos, presionaba la herida en un intento de detener la hemorragia y evitar la muerte de su padre.

Un equipo de la Guardia Civil y Sanitario se desplazaron rápidamente al domicilio de la familia.

Alfonso fue rescatado con vida y perdió la vida de camino al hospital.

Alfonso Triguero era un hombre de negocios muy exitoso y toda su familia era muy conocida en el pueblecito.

Alfonso era dueño de varios negocios, entre ellos un supermercado, un asador y una fábrica de embutidos.

En los últimos años había dedicado todo su tiempo a su restaurante, llamado El Cortijo del Jamón, que incluso había ganado el mejor premio a negocio rural.

Estuvo casado con Rosa Durán durante más de 30 años y juntos tuvieron dos hijos, José Carlos de 28 años y Ana de 20.

Los cuatro eran considerados una familia ejemplar que se amaba y se respetaba.

En su primera declaración, Rosa afirmó que estaba durmiendo en la habitación con Alfonso y que se despertó asustada por un ruido muy fuerte alrededor de las 3 de la mañana.

Un poco confusa, imaginó que se trataba de algún accidente de coche en la calle o que había habido alguna explosión.

Entonces se levantó rápidamente y cuando se dio cuenta de que Alfonso, que estaba a su lado durmiendo en la cama, estaba herido, asustada, pues Rosa salió corriendo del pasillo gritando para que su hijo le ayudara.

Al mismo tiempo, el hijo del matrimonio, José Carlos, que dormía en la habitación de al lado, se despertó y fue a ver qué pasaba.

Encontró a su madre muy desesperada en el pasillo y cuando fue con ella a la habitación de sus padres, vio a su padre acostado con una escopeta al lado.

Sin pensarlo dos veces, José Carlos cogió la escopeta y bajó corriendo las escaleras.

Fue entonces cuando vio que la puerta principal de la casa estaba abierta.

José Carlos, en su declaración, confirma, como su madre, que cuando miró fuera en la calle, vio a varias personas chocando contra un coche rojo.

Logró memorizar los números de la matrícula de ese coche y se las pasó a la policía.

También proporcionó algunos detalles físicos de los sospechosos que estaban en el coche.

Según José Carlos, la conductora era una mujer rubia y junto a ella había un hombre de mediana edad.

Ana, la otra hija de la pareja, había vuelto a la universidad en la que estudiaba el día anterior al crimen, donde ella vivía de lunes a viernes y solo volvía a casa de sus padres el fin de semana.

Por lo tanto, no pudo ayudar a la policía con la investigación porque no estaba en casa.

El caso fue tratado al principio como un robo que salió mal, donde los delincuentes acabaron quitándole la vida a Alfonso.

Durante las investigaciones se descubrió que en la casa faltaban 4.500 euros que estaban dentro de un sobre.

Ese dinero era el dinero que había ganado el fin de semana Alfonso en el restaurante.

Varios cajones de algunos de los muebles fueron robados.