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El poder de querer al servirme de esta expresión buscaba destacar la doble vertiente del término poder no solo como verbo sino también como sustantivo porque en su acepción primera como verbo apunta a la capaz cidad que cualquiera poseemos de tener en nuestra mano de disponer de alcanzar de realizar mientras que con la segunda aludiendo a su carácter nominal se refiere y dota a la locución de otras connotaciones porque actúa como sinónimo de fuerza de dominio de privilegio y más aún de herramienta mágica pero mi intención no era desgranar significados sino invitar a la experiencia de saborear de veras lo que encierra porque querer algo lleva aparejadas desde el principio y hasta que cada cual lo decía pida su consecución y su conquista y es que si nos detenemos a pensarlo no tendríamos que poner límites a lo que podríamos hacer porque aun en el caso de no obtener nuestra meta siempre va a resultar positivo el intento y por qué algo que nunca deberíamos olvidar es que determinadas cosas no se consiguen a la primera o que precisan de más tentativas de las que preveíamos en un principio por lo que no desistir negarse a sucumbir huir y resistirse a capitular es en ocasiones el camino más certero una de las mejores formas de medirnos es precisamente someternos a ese desafío retarnos a localizar los medios la oportunidad y las condiciones necesarias para que se produzca lo que sea que pretenda damos porque en última instancia y en el peor de los casos siempre va a enriquecernos aunque sólo sea porque va a mostrarnos que somos capaces de ponernos a prueba y culminar nuestro propósito al margen de los resultados además no hay mejor acicate para conseguir algo que quererlo de verdad dejando de lado temores y apartando inconvenientes y obstáculos centrándose solo en esa querencia por qué de sobra sabemos que sugestión y convencimiento son dos herramientas cuyo influjo parece sobrenatural como en otras ocasiones he mencionado la frase la fe mueve montañas no se circunscribe únicamente a las creencias que cada cual profese particularmente sino que trascienda ande a otros ámbitos menos etéreos menos estrictamente espirituales y mucho más corrientes y prosaicos no cabe duda de que cada persona goza de unas cualidades idiosincrásicas unos puntos fuertes o unos mecanismos determinados y propios para afrontar cuanto comporte el desarrollo de su exis atencia tanto en lo que afecta a lo cotidiano como en lo que toca lo excepcional pero el poder de querer es universal atañe a todos y todas y no es patrimonio exclusivo de nadie sino que pertenece a quien quiera que desee emplearlo en tus manos está persuadirte