
Descripción de 264 Saludar lo inesperado 3f122t
A la mayoría no nos seducen las sorpresas, pero el mejor modo de actuar ante ellas, siempre que nos resulte posible, es recibirlas con una sonrisa. También puedes seguirme en Facebook, y si te gusta este audio, por favor dale un “me gusta”, suscríbete a mi canal y COMPÁRTELO en tu entorno, ¡¡GRACIAS!! 5q592u
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Saludar lo inesperado.
Creo que existe un alto porcentaje de personas que no somos demasiado proclives a lo imprevisto.
Bien porque nos causa sobresalto aquello que no teníamos planificado de antemano.
Bien porque nos llena de consternación y perturbación eso con lo que no contábamos.
Bien porque nos confunde sentirnos en desventaja a la hora de controlar determinados escenarios.
De todos modos, a mi parecer, alguna de las razones ocultas o de los trasfondos que hay detrás de esa renuencia a lo impensado descansa en que una de las notas más frecuentes que definen a lo que reviste el matiz de inopinado suele ser la alarma, por lo que puede tener de conmoción para nuestra habitual balsa de lo cotidiano o de trastoque de nuestros elementos rutinarios.
Tal vez haríamos bien en abandonar esa cautelosa reserva y recibir con los brazos abiertos y con sonrisa confiada lo fortuito.
Porque incluso a aquello que no nos seduce podemos tratar de encontrarle un punto positivo, algo que suavice lo que supone, algo que aventaje, aunque sea sólo en detalles mínimos o nimios, lo que tendríamos sin ello. O podemos también, excepcionalmente, recurrir a una aceptación obligada para celebrar lo que nos asalta, para, como diría el poeta, dramaturgo y crítico literario británico-estadounidense una de las cumbres de la poesía en lengua inglesa y premio Nobel de Literatura en 1948 T. S. Eliot hacer lo que conviene por un motivo falso. Porque hay ocasiones en las que una pizca de autoengaño para convencernos de algo que no nos atrae del todo, o incluso se inclina a resultarnos antipático, se convierte casi en necesidad acuciante e imperiosa.
Y es que al hilo de esto es irrebatible que a veces hay que renunciar a algunas cosas para obtener o para seguir manteniendo otras. Y hay que hacerlo con elegancia y con la suficiente altitud de miras como para que no desemboque en estados o situaciones que deriven en incomodidad Nadie dice que la vida sea fácil pero lo que también es cierto es que hay instantes en los que la hacemos más difícil de lo que en esencia es. Y es evidente que nos sentimos mucho mejor en nuestra zona de confort, en esos ambientes, circunstancias o momentos que igualamos con lo familiar, con lo predecible, con lo cómodo, con lo tranquilo.
Pero haríamos bien en persuadirnos de que lo sorpresivo no tiene por qué implicar lo contrario de esas sensaciones. En resumidas cuentas, quizás todo radica en que tenemos la insana costumbre de poner el punto negativo a lo inesperado sin que haya causas que justifiquen que lo merezca.
Tu mejor reacción frente a eso que no esperabas no ha de ser otra que la de ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Comentarios de 264 Saludar lo inesperado 4f3m2z