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A solas si hay un ejercicio no solo sano y respetable sino también crucial en determinados instantes es refugiarse en la soledad por qué a veces necesitamos tener un espacio íntimo en el que nadie interfiera al que nadie acceda y que bajo ningún concepto sea invadido por elementos foráneos a nuestro yo y las causas que se esconden tras esa urgencia de sentirnos y estar a solas pueden obedecer a múltiples y variados motivos que van desde sensaciones de dolor de nervios de intranquilidad de inquietud hasta ahí emociones tan prosaicas y aparentemente baladíes como apartarnos del entre comillas mundanal ruido que nos circunda aunque yo creo que lo que más nos impulsa a recurrir a ese estado obedece a un intento de recuperar los papeles de hacernos de veras con la situación en la que nos hallemos de poner en orden nuestras prioridades y organice hornos mental y psíquicamente para cualquier paso inminente o inmediato que tengamos que llevar a cabo pero hay más porque y llevándolo al extremo solo estando a solas es cuando realmente vemos de qué somos capaces como podemos solventar en singular lo que sea que hacemos con otros y de qué modo af contamos y resolvemos lo que está a la espera de nuestro concurso sin ayuda ni apoyo ajeno puede parecer un poco excesivo pero no solo es aleccionador sino que quizás llegue a derivar en algo absolutamente sorpresivo y sin excedernos en objetivos demasiado elevados o difíciles de alcanzar y centrándonos en tareas cotidianas y asequibles envolvernos en nuestra soledad nos ayuda principalmente a encontrarnos a reconocer nos y a definirnos porque no estaría además reparar en ella como elemento necesario para situarnos donde corresponde y donde mejor nos conviene además cuando nos invitamos a estar a solas conscientemente o no nos cerramos a señales que provienen del exterior nos proyectamos sin apenas planearlo en una introspección que siempre da frutos positiva sí satisfactorios porque sentirse a solas obviando lo que eso implica supone dejar que la cavilación avance por donde le plazca no ponerle cortapisas ni colocarle barreras y ese es el mejor ejercicio del libertad que se puede llevar a cabo en soledad y debemos desterrar la idea de que estar a solas encierra o persigue rechazar a los demás porque lo que de verdad busca es reforzar nuestro oído por eso y a mi parecer cuando nos sintamos culpables por buscar una soledad que puede no ser entendida del todo habríamos de tener bien presente que romper o posponer lo que nos conecta con nuestro equilibrio interior es el peo lance que puede sucedernos y que hay que procurar por todos los medios evitarlo darle alas busca un espacio y un tiempo íntimos y conduce tu pensamiento a eso que albergas en lo más profundo de ti y que nunca dispone de la atención que merece porque otorgándose la verás cuánta satisfacción te produce