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Venirse arriba la unión de estas dos palabras se ha popularizado en los últimos años de un modo vertiginoso suele emplearse en el sentido de crecerse de adquirir momentáneamente debido a variopintos motivos mayor importancia mayor atrevimiento o mayor autoridad lo bueno de esa sensación es que nos aporta una seguridad y un aliento que redundan en una actitud más predispuesta y envalentonada a la hora de emprender o continuar con lo que se esté realizando claramente no siempre desemboca en resultados favorables sino que existe la posibilidad de que trunque las elevadas expectativas que por experimentar eso albergábamos pero ni siquiera en esos trances merece críticas ácidas o grosas porque en el peor de los casos nos ha hecho advertir el amplio abanico de opciones que se nos pueden ofrecer cuando nos domina una convicción y en las ocasiones en que pueda haber derivado en contraproducente lo que es innegable es que nos ha brindado instantes que aunque efímeros han logrado que nuestro ánimo se sintiera pleno estimulado y colmado y sólo por ese motivo merece la pena saber cómo podemos lograr esa alentadora moral sólo por esa causa tiene sentido conocer qué resortes hemos de pulsar para adquirir esa poderosa creencia en nuestras capacidades porque nada como utilizar esa fórmula cuando sentimos que la realidad nos apabulla cuando nos descubrimos carentes de importancia o cuando nos percibimos víctimas de la inseguridad o el temor lo más usual es que ese venirse arriba suele estar fundamentado en alabanzas provenientes de los demás por lo tanto si queremos que se despierte ese orgullo repentino y carecemos de esa complicidad ajena transformismo nos virtualmente en ese otro o esos otros que ensalzan nuestros valores hagamos un silenciosa ejercicio de auto exaltación interior no cabe duda de que lo ideal sería poder recoger en un frasquito alguna emoción positiva o sensación poderosa que ha hecho que en algún momento nos haya invadido la euforia o algo parecido a una sensación de pericia o de competencia sobre caliente claramente esa es una empresa a todas luces imposible pero quizás sí podamos utilizar algún que otro subterfugio por ejemplo emplear el recuerdo de esos relámpagos de tiempo en los que nos sentíamos así traerlos a nuestra mente recrearlos y espolear los colegios para que asomen de nuevo porque toda vivencia puede ser recuperada y con solo un pequeño esfuerzo revivida prácticamente del mismo modo que se manifestó o también podemos recurrir a nuestro autoconocimiento y partiendo de él decidir qué las hemos de pulsar o aquí debemos acudir para elevar nuestra autoestima para hacer que sintamos que tenemos el dominio de la situación o pa para conseguir que se revele ese punto de arrogancia u orgullo y nos da el empujoncito que necesitamos o la certidumbre que nos falta y si tenemos la suerte de que aparezca gratis no dudar en aprovecharlo porque hay circunstancias en las que considerar que gozamos de una posición destacada por la razón que sea puede convertirse en la varita mágica que impulse nuestros potenciales nada tan eficaz para inyectarte confianza cuando la precises que reconocer y afianzar en tu fuero interno y lo brillante que eres