
219 ¿Tiene recorrido la marca personal fake? 2y222h
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Hoy trato los siguientes temas: La peligrosa ilusión de la identidad fabricada Casos emblemáticos: La realidad supera la ficción - Anna Sorokin - Francisco Nicolás Gómez, “El Pequeño Nicolás” - Marilyn Cote - Frank Cuesta ¿Cómo consiguen este «engaño social masivo»? Psicología del impostor: ¿Por qué se construyen identidades falsas? Análisis de casos desde la teoría criminológica Estadísticas: El coste de la falsedad - Credibilidad en redes sociales - Consecuencias legales - Impacto económico ¿Por qué fracasan las marcas personales fake? - La hipertransparencia digital - La paradoja del algoritmo - El factor humano Recomendaciones: Cómo evitar caer en la tentación del personaje - Autenticidad no es perfección - Verificación externa - Ética antes que visibilidad - Invierte en storytelling real Marca Personal fake: El precio de la mentira ¿Vale la pena jugar a ser otro? La historia dice que no ¡Todo deja marca, que la tuya sea auténtica! Versión escrita https://guillemrecolons.com/marca-personal-fake/ 1n2r1u
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
En la sociedad líquida, la identidad es un proyecto permanente, pero sólo sobrevive si se construye con ladrillos de verdad.
Zygmunt Bauman Esta semana, en el episodio 219 de Todo Deja Marca, trato el tema ¿Tiene recorrido la marca personal fake? Todo Deja Marca es un podcast para descubrir, desarrollar y proyectar nuestra marca personal.
Soy Guillem Recolón, especialista en Personal Branding y su aplicación en personas y organizaciones.
Ayudo a profesionales y empresas a potenciar su reputación, visibilidad e influencia a través de las personas.
Escribí sin aportes no importas, soy conferenciante internacional y profesor en escuelas de negocio.
Quiero hablaros de la peligrosa ilusión de la identidad fabricada, esa idea de si tiene recorrido la marca personal fake.
Recuerdo una frase que he dicho cien mil veces, pero que creo que hoy tiene más sentido decirla que nunca o repetirla por lo menos, que es, sé tú mismo, los demás puestos ya están ocupados, de Oscar Wilde.
La frase parece simple, pero en el momento en que vivimos, cada día vemos a demasiada gente intentando ocupar puestos que realmente no les corresponden.
Desde Anna Delvey hasta Frank Cuesta, la creación de personajes ficticios para construir una marca personal fake ha generado titulares, series de Netflix y con secuencias muy devastadoras.
Aquí explico que inventar una identidad se puede convertir en una bomba de relojería de la reputación personal.
Y me gustaría hacerlo con algunos casos emblemáticos, donde la realidad supera a la ficción.
El primero es el de Anna Sorokin, la que antes mencionaba como Anna Delvey, que tuvo serie de Netflix propia y todo.
Esta falsa heredera alemana estafó a bancos, a hoteles, a amigos en Nueva York entre los años 2013 y 2017.
Es decir, no hablamos de algo que fue puntual, una cosa de un día. No, no. Estuvo durante 4 o 5 años timando a la gente.
Usó cheques sin fondo, promesas de un club de arte inexistente, una red de mentiras para vivir como una millonaria.
Netflix le pagó 320.000 dólares por los derechos de su historia, inventing Anna, pero tuvo que devolver, Anna tuvo que devolver el dinero a sus víctimas.
Por tanto, se quedó, digamos, en tablas. Y aún.
Y como se puede ver en el caso de Anna Sorokin, la exposición mediática no borra el daño reputacional.
Ese sigue ahí permanente.
Esta mujer es difícil, será que levante cabeza.
El segundo caso es el de Francisco Nicolás Gómez, que quizá no te suene, pero es el pequeño Nicolás, un caso que tuvo lugar en España durante muchísimos años.
Se hizo pasar por enlace del gobierno y de la Casa Real Española, organizando reuniones falsas, accediendo a bases de datos policiales.
Bueno, pero conoció a todo el mundo.
Fue absuelto en 2024 por usurpación de funciones, pero condenado a cuatro años por otros delitos.
Aquí la lección es que la impunidad temporal no garantiza éxito a largo plazo.
El caso de Marilyn Cote, que es la falsa psiquiatra de Puebla, de México, recetando medicamentos sin titulación durante mucho tiempo, siendo objeto de, igual que Anna Sorokin, de entrevistas, de televisión, salir en los medios, vivir una vida o, como el caso de Nicolás, fue un caso increíble.
Y al final, cinco denuncias por usurpación y falsificación.
En 2024 está pendiente, creo, de fallo de jurado, pero bueno, lo podemos seguir seguramente buscando en México por su nombre, Marilyn Cote.
Aquí un poco, para mí, la clave es que en sectores tan regulados como es la salud o el derecho, la mentira tiene consecuencias penales muy rápidas.
Aquí sí que no espera, porque realmente las víctimas pueden tener consecuencias bastante graves.
Y el último caso, que es bastante reciente, es el de Frank Cuesta, el presentador de Frank de la jungla, itió hace pocos días que su santuario animal de Tailandia era, en realidad, una granja de animales comprados y que muchos murieron por maltrato, por desnutrición, etc.
Y además remató la mentira, explicando que el cáncer que había explicado que sufría era fingido.
Entonces, bueno, reconoció su mitomanía tras años, a años y años, en este caso, de construir una imagen de héroe conservacionista.
Así que ya ves que la prohesión por mantener una farsa termina colapsando a una marca de oro.
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