El viaje de Sonia (38) preparada sin saberlo 02 06 25 4gj4a

Conecta el viaje de la Sonia. Hoy nos espera una nueva aventura, un recorrido por los caminos de la vida, porque como dice la Sonia, cada día no es siempre. El viaje de Sonia, con Sonia de Sola.

Hola a todos y bienvenidos, una semana más, al viaje de Sonia. En este episodio nos adentramos en el año 2021. Un año aún marcado por la pandemia del COVID, pero también un año de grandes cambios para mí. Cumplí los 40, una cifra simbólica que tenía muchas ganas de celebrar de una forma muy especial. Desde hacía muchísimos años, mi sueño, cuando cumpliera los 40, era viajar a Nueva York con mi familia, mis padres, mi hermano, Raúl y Blanca. Pero claro, nadie contaba con que habría una pandemia mundial y que en el 2021 aún seguiríamos inmersos en esta pandemia. Así que evidentemente, ese viaje, que era tan deseado para mí, tuvo que cancelarse. Aun así, aunque no hubo viaje, Raúl se lo curró muchísimo.

Con la ayuda de nuestra amiga Mari, me preparó una sorpresa increíble, un vídeo muy especial en el que familiares y amigos iban apareciendo y explicando, cada uno desde sus casas, diferentes puntos emblemáticos de Nueva York. Fue una especie de tour virtual muy original, muy divertido en algunos de los casos y muy emotivo también. La verdad, me hizo muchísima ilusión, porque no me lo esperaba para nada.

Yo sí que veía que semanas antes de mi cumple, Raúl se quedaba por las noches más tiempo de lo que normalmente se quedaba. Pero bueno, yo pensé que a lo mejor era una época de esas que se había enganchado a jugar al Magic Online y tampoco le di mucha más importancia. Y lo que hacía realmente por las noches era montar y editar ese vídeo tan especial para mi cuarenta cumpleaños.

Bien, una semana después de mi cumple, también hicimos la mudanza. Ah bueno, para mi cumple estamos en pleno confinamiento. O sea, recuerdo que celebré el cumple con el Raúl y la Blanca y como estamos otra vez en pleno confinamiento, no fuimos ni a comprar tarta ni nada y nos apañamos con unas cuantas almendritas y baquetos de estampas. Pero bueno, divino de la muerte, o sea, no me voy a quejar. Pues como os decía, una semana después de mi cumple, hicimos la mudanza al nuevo piso, a mi bajo.

Fue un proceso lleno de estrés y anécdotas. En teoría, la constructora debía entregarnos el piso en diciembre de 2020, enero de 2021, porque así se estaba escrito en el contrato. Yo, que ya no me fiaba de ellos ni un pelo, pedí que me confirmaran la fecha con total seguridad, porque claro, nosotros vivíamos de alquiler y dejar el piso sin garantías de entrega de nuestro nuevo piso, pues la verdad es que nos ponía en una situación muy vulnerable si no cumplían la constructora los timings de entrega.

Imaginaros yo en silla de ruedas, ¿a dónde nos vamos? Pues nos habría tocado ir a un hotel con habitación adaptada y la verdad es que eso no era viable a nivel económico. Como no confiamos en la constructora, le pedimos al propietario de nuestro piso de alquiler que nos permitiera quedarnos seis meses más, hasta junio, y menos mal que lo hicimos, porque no nos entregaron las llaves del piso hasta finales de abril. Bueno, nos las dieron técnicamente el 30 de marzo, pero sólo porque era la fecha límite para evitar penalizaciones por parte de la constructora.

Les entró la prisa de la firma antenotario para entregarnos las llaves, pero el piso aún no estaba del todo terminado, o sea, ni siquiera nos podíamos mudar. De hecho, un mes después, cuando hicimos la mudanza, a finales de abril, vino una de las empresas a montar un armario en la habitación de matrimonio y, sorpresa, me llaman para decirme que no pueden montarlo porque la pared donde iba colocado el armario no estaba acabada. O sea, hola, me mandaron una foto y, efectivamente, no estaba terminada ni la pared ni el suelo.