
Un callejón sin salida es una oportunidad para dar la vuelta. 3º Prog. Bésame, bésame mucho. Emitido 6-2-25. 2i225k
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A veces nos encontramos en situaciones difíciles donde percibimos que estamos en un callejón sin salida porque no encontramos ninguna respuesta y sentimos miedo y justo es ese miedo el que va a desplegar la creatividad para descubrir la percepción transmitida y transfórmala en otra que nos permita encontrar respuestas nuevas y comprobar donde nos llevan. Por esto cada vez que nos sentimos en un callejón sin salida es una oportunidad para dar la vuelta y buscar un camino nuevo, dejando así de tener miedo a sentirnos en un callejón sin salida, porque lo percibiremos como algo a nuestro favor y no en contra como nos enseñaron. Siempre que sentimos miedo estamos en estado de secuestro emocional y es precisamente en ese estado en el que nuestro cerebro puede desplegar el infinito potencial creativo que nos irá humanizando. La terapia educativa-experiencial de escucha te facilita que mientras vas conversando con Manuela y con su acompañamiento, vayas descubriendo en tu historia cuántas veces te sentiste en un callejón sin salida y antes o después encontraste una respuesta nueva que te sacó de la situación difícil que estabas viviendo, y así, poco a poco, iras construyendo el aprendizaje de que sentirse en un callejón sin salida no es un problema, es una oportunidad para dar la vuelta, descubrir la percepción transmitida, transformarla en una nueva y empezarán a surgir de forma espontánea, respuestas nuevas y no tendrás miedo a volver a vivirlo. Entra en mi web: http://www.terapiadeescucha.com/ Suscríbete a mi canal de youtube: https://www.youtube.com/channel/UCnrzyNuTxdU4tv0pxTs6lMw 432n3n
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Siempre contigo. Radio Sol 24.8 Bésame, bésame mucho. Un programa con Manuela
Álvaro Alonso, asesor emocional especialista en terapia educativa
experiencial de escucha en atención individualizada.
El título muy sugerente, bésame, bésame mucho, no como la trucha al trucho.
Manuela Álvaro, buenos días. Buenos días, Diego. ¿Qué tal, cómo estás? Pues bien, bien.
Ya llega el jueves, ¿no? De jueves. Bueno, cuando ya llega el jueves, uno ya va pegando el último arreón de la semana.
Bueno, ya lleva uno mucho vivido. Yo siempre lo tomo como que ya llevamos mucho vivido en la semana que vamos transitando, ¿no?
Como digo, yo el lunes empezamos en blanco y el jueves ya llevamos el acumulado.
¿Por qué se nota tanto eso, Manuela? ¿Tiene alguna explicación lógica que podamos entender?
¿Por qué cuando llegamos al jueves ya tenemos ese síntoma de que, ah, el último arreón para entrar en el fin de semana?
Que es cuando un poco, entre comillas, descansamos.
Bueno, es una, entre otras cosas, ya sabes que es una percepción, como siempre, en la realidad no existe, existen percepciones.
Entonces, normalmente es una percepción bastante generalizada, ¿no?
Yo la que tengo es que el jueves ya he vivido muchas cosas y ya me quedará el fin de semana para analizarlas, para verlas, pero llevo mucho vivido.
Yo hago como un reseteo el fin de semana y empiezo el lunes como en blanco, como a ver qué me trae la semana, ¿no?
Entonces, empiezo a acumular experiencias y el fin de semana, que es el tiempo para mí de desconexión porque no trabajo,
es cuando hago el ejercicio de, bueno, de mirar un poco qué ha pasado, cómo lo he percibido, cómo lo he afrontado
y construir los aprendizajes que, eso es lo que hace el cerebro de forma inconsciente.
Siempre está procesando experiencias vividas y construyendo aprendizajes en base a esas experiencias,
lo que pasa que la mayoría de las veces nosotros no nos damos cuenta porque es algo inconsciente,
pero así funciona el cerebro.
Fíjate que a mí me viene al pelo el título del programa de hoy.
Un callejón sin salida es una oportunidad para dar la vuelta.
Y más que nada, refiriéndote un poco a lo de la semana.
Yo empiezo el lunes en un callejón que no veo la salida hasta que no arrancas la semana
y ya empiezas un poco a encarrilar todo lo que son las entrevistas, etcétera, etcétera.
Claro, claro.
Pero precisamente un callejón sin salida es una oportunidad para dar la vuelta, para darle la vuelta.
Claro, es que nosotros le tenemos mucho miedo a vernos en un callejón sin salida porque hemos percibido,
hemos aprendido a percibirlo como que ya no hay más.
Y lo que yo ofrezco es la oportunidad de entender que cuando yo estoy en un callejón sin salida
tengo la señal de que la percepción que he hecho ante la situación ya no va a dar más respuestas
porque ya no hay más.
Pero yo puedo transformar la percepción y empieza a haber una cantidad de respuestas nuevas increíble.
¿Qué pasa cuando nosotros nos estamos imaginando algo que puede pasar?
Que como estamos en lo que puede pasar, no estamos en lo que está pasando,
el cerebro empieza a elaborar respuestas que no sirven para nada.
¿Pero qué es lo que hemos aprendido?
Pues si va, ta, ta, ta.
Cuando lo estamos viviendo ya el cerebro no está calibrando posibilidades,
está afrontando lo que está sucediendo en ese momento.
Entonces ahí las respuestas salen solas.
Salen solas porque la vida nos obliga a dar respuesta a todo
aunque no nos demos cuenta porque la vida no para.
Entonces nosotros continuamente estamos dando respuesta.
Entonces lo que yo quería hablar hoy es de esto,
de que cuando es que estoy en un callejón sin salida y me lo dicen como angustiados, como...
Es una frase clásica que hacemos muchas veces nuestras, especialmente cuando vemos una situación de aburrido.
Claro, con mucha angustia.
Le digo, ¿pero qué, para ti qué es que no encuentro salida?
Digo, es que no encuentras salida porque el camino, la percepción te ha metido en un camino que no tiene salida.
Pero puedes volver atrás, por eso dice dar la vuelta, ¿no?
Cuando dicen un callejón sin salida es una oportunidad para dar la vuelta.
Vas atrás y generas otra percepción que te va a dar otra vez infinitas respuestas.
Hay veces que tenemos la puerta delante y no la sabemos abrir también, ojo.
Normalmente el cerebro cuando se encuentra en una puerta cerrada es porque la percepción que ha hecho
la ha llevado a esa puerta cerrada y es lo que está indicando que esa percepción no es la única que hay.
O porque tenemos miedo de saber qué hay detrás de la puerta.
Sí, pero el miedo nunca nos va a impedir tocar la puerta.
Tocarla, pero no abrirla, ojo.
No, el miedo nunca nos va a impedir abrirla.
El miedo lo que nos va a impedir es que si lo que nos podemos encontrar nos va a frustrar, entonces es mejor no abrirla.
Pero porque estamos parados.
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