T4.24. 4 mujeres, 4 historias. Ruth Elizondo. Parte 1 354y5e

Me llamó Lola Arias y hoy, como cualquier otro día, no nos quedaremos atrás.

Esta es la tercera entrevista del bloque especial de No te quedarás atrás, donde doy voz a mujeres que transforman la sociedad desde su vida personal y profesional.

Recordad que también podéis verla en el canal de YouTube.

Esta vez vais a conocer a Ruth Elizondo, una mujer extraordinaria.

Ruth es madre de tres hijos, dos de ellos con síndrome de Down, psicóloga de formación, fue directora nacional de educación especial en Nicaragua, fundadora de Los Pipitos y creadora del primer Politécnico de Salud del país.

También levantó de la nada a un negocio exitoso, para más tarde retirarse apostando por su salud mental.

Su vida ha estado llena de comienzos valientes, de aprendizajes profundos y de giros inesperados.

Y cuando parecía que todo por fin se equilibraba, la vida volvió a sacudirla de nuevo.

Esta es la primera parte de la entrevista, donde Ruth cuenta su trayectoria en el ámbito educativo y social, y el momento en el que el nacimiento de los gemelos, con toda su complejidad y belleza, le cambia la vida para siempre.

La próxima semana llegará la segunda parte.

Aquí os dejo la entrevista.

Gracias, gracias por esa introducción.

Uno de los puntos de inflexión fue el nacimiento de tus hijos, de tus gemelos.

Tú eres psicóloga, de formación y, bueno, en algún momento de profesión, pero nunca pensabas que esa formación fuera a ser aplicada para ti, ¿no? No para esa vocación de ayudar a los demás, sino para ti misma.

Sí, la vida es tan interesante, Lola, porque a veces te va poniendo delante lo que toca hacer y a veces nos cuesta aceptar.

Y en mi caso, eso sucedió porque yo había estudiado psicología clínica infantil y lo que quería era trabajar en terapia familiar con niños con problemas emocionales.

Y cuando veía todo el tema de discapacidad, me daba cierta cosa.

Y entonces, cuando me gradué, el único trabajo que conseguí en Nicaragua, ya estábamos a finales del 78, eso estaba que iba a explotar, era en una escuela nacional de educación especial.

Y decía, ¿pero qué voy a hacer aquí si esto no me gusta? Pero claro, yo estaba jovencita y la directora como que, ya sabes, me acogió, me dijo, no, ya vas a ver que te va a gustar.

Y entonces comencé a meterme en el tema de estimulación temprana.

Viene la revolución y entonces, eso fue en el 79, yo dije, este es mi momento, me voy de aquí.

Y me fui a organizar el primer politécnico de salud para preparar todo el personal paramédico de los hospitales.

Y dos años después, me llegan a buscar del Ministerio de Educación, que necesitan un director nacional de los programas de educación especial y que entonces estaban pensando en mí.