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Descripción de Miércoles VI de Pascua 4g5y1i
Jesús prepara a sus discípulos para el tiempo que vendrá después de su Pascua. Reconoce la limitación de sus discípulos para comprenderlo todo en ese momento, pero también anuncia una promesa decisiva: la venida del Espíritu de la verdad. 3t4f5v
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Del Evangelio de Juan.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos muchas cosas me quedan por deciros pero no podéis cargar con ellas por ahora.
Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena, pues no hablará por cuenta propia sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará porque recibirá de lo mío y os lo anunciará.
Todo lo que tiene el Padre es mío, por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará.
Jesús prepara a sus discípulos para el tiempo que vendrá después de la Pascua.
Reconoce la limitación de sus discípulos para comprenderlo todo en ese momento, pero también anuncia una promesa decisiva, la venida del Espíritu de la verdad.
Es consciente de la fragilidad humana, de cómo el corazón necesita tiempo para asimilar la revelación de Dios.
Este conocimiento no es un reproche sino una señal de ternura.
Dios se adapta a nuestro ritmo y nos conduce progresivamente a la plenitud de la verdad.
El Espíritu Santo no viene a anunciar algo distinto a Cristo sino a profundizar y hacer presente su palabra.
Su acción no es sólo doctrinal sino profundamente existencial.
Nos guía, nos ilumina y nos transforma interiormente, mostrándonos cómo vivir lo que Jesús nos enseñó.
El Espíritu no se busca a sí mismo, su tarea es glorificar a Cristo, es decir, hacerlo presente y vivo en la historia, en la iglesia y en cada persona.
En esta dinámica trinitaria, todo lo del Padre pertenece al Hijo y lo que el Hijo tiene el Espíritu lo comunica.
Es una comunión total de amor y de verdad.
El pasaje nos invita a vivir abiertos al Espíritu Santo, a reconocer que nuestra fe está en camino, en crecimiento.
No lo sabemos todo, no lo entendemos todo y está bien así.
Lo importante es estar disponibles al Espíritu que sigue hablándonos hoy, guiándonos en cada etapa de nuestra vida.
Acepto con humildad que no tengo todas las respuestas y que dejo que el Espíritu me guíe poco a poco.
Escucho al Espíritu en la palabra de Dios, en la oración, en los signos de los tiempos.
Busco que mi vida glorifique a Cristo, dejándome transformar por el Espíritu.
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