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Jesucristo: El camino del sufrimiento hacia la cruz. 4ei59
Descripción de Jesucristo: El camino del sufrimiento hacia la cruz. 2l813
En un mundo sediento de justicia, amor y verdad, Jesucristo, el único verdaderamente justo, fue traicionado por un amigo, abandonado por sus discípulos y condenado por los hombres que deberían haber defendido la verdad. ¿Cómo puede ser que el Salvador del mundo haya sido tratado como un criminal? Judas, uno de los doce, vendió al Maestro por el precio de un esclavo. ¿Cómo pudo alguien tan cercano a Jesús dar ese paso? Y, sin embargo, ¿cuántas veces nosotros también le traicionamos por cosas pequeñas: un placer momentáneo, la aprobación de otros, el miedo? Pedro, que juró fidelidad hasta la muerte, lo negó tres veces. No fue el látigo ni la cruz lo que lo hizo temblar, sino el temor de ser identificado como seguidor de Cristo. ¿Nos parecemos a Pedro cuando callamos nuestra fe por vergüenza o comodidad? El juicio a Jesús fue una farsa. Testigos falsos, burlas, golpes y humillaciones. Y en medio de todo, Jesús calla, perdona y ama. No se defiende. No maldice. No escapa. Porque su objetivo no era evitar el sufrimiento, sino cumplir la voluntad del Padre: dar su vida por nosotros. Y aquí está la gran paradoja cristiana: 🔁 El Inocente muere por los culpables. 🔁 El Rechazado nos abre las puertas del Cielo. 🔁 El Traicionado nunca nos traiciona. 🔁 El Condenado es quien nos libra de toda condena. Jesucristo no fue vencido por la traición ni por la injusticia. Él entregó voluntariamente su vida para redimirnos. Fue traicionado y condenado… para que tú y yo podamos ser perdonados y salvos. 5f1c1r
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Hace unos días os presentamos la reflexión de la Cena del Señor. Recordad que estamos en la Semana Santa. Quizás cuando escuches esta reflexión esta fiesta, estos días festivos habrán terminado. A lo mejor la reflexión la escuchas en verano o en invierno. Esta reflexión vale para cualquier día del año. Acompáñame, vamos a meternos en la máquina del tiempo y con Jesús vamos a ese momento al huerto de Gesemaní. Hemos estado en la cena, ha estado con nosotros Jesús, o mejor dicho, nosotros hemos estado con Jesús y también con los discípulos. Hemos visto como Judas Iscariote mojaba el pan y vimos como Satanás entraba en él. De hecho, la palabra de Dios, los evangelios, en Juan y en Lucas menciona dos momentos donde Satanás entra en la vida de Judas. El corazón de Judas estaba inclinado al mal, por eso Satanás entró en su vida.
En Juan se menciona que Judas estaba hablando con los fariseos de cómo entregar a Jesús y en ese momento dice la palabra que Satanás entró en él. Ahora, en este momento de la cena, al dar el bocado a ese pan después de haberlo mojado en el plato de Jesús, dice la palabra que Satanás entró en su vida también. Lo puedes leer. Lucas capítulo 22 versículo 3. Ahora, en el capítulo 22 versículo 39, Jesús salió y como de costumbre fue al monte de los olivos. Sus discípulos lo siguieron. Jesús tenía la costumbre de retirarse al monte para orar y no era una reacción impulsiva ante el sufrimiento. Era un hábito que Jesús tenía. Era un hábito espiritual. Esa fidelidad en la oración muestra su dependencia constante del Padre, incluso antes del momento más difícil de su vida.
Esto es lo que podemos mencionar de este versículo 39, evangelio de Lucas capítulo 22. Cuando llegó al lugar les dijo, orad para que no entréis en tentación. Versículo 40. Es decir, que Jesús está advirtiendo a sus discípulos de un peligro espiritual inminente. No dice, orad para que no sufráis. Jesús dice, orad para que no caigáis o no entréis en tentación. Jesús nos está enseñando que la oración es clave para resistir el pecado, especialmente en tiempos de prueba. Él continúa la palabra diciendo, se apartó de ellos como a un tiro de piedra y puesto de rodillas oraba. Jesús se distancia un poco, no demasiado. Y aquí vemos como Jesús muestra su deseo de intimidad con el Padre. Su humanidad necesita consuelo.
El hecho de que se arrodille muestra reverencia, muestra angustia, muestra una posición de total humildad. Este es un ejemplo para nosotros. Yo creo que deberíamos copiar el ejemplo de Jesús en todo. Si Jesús se arrodillaba ante el Padre en oración, nosotros también lo tenemos que hacer. Cuando vayamos a entrar a la presencia de Dios tenemos que mostrar reverencia. Tenemos que mostrar una posición total de humildad. Yo creo que eso a veces nos falta. Si Jesús lo hacía, nosotros también. Él es nuestro ejemplo perfecto. El versículo 42 dice, Padre si quieres aparta de mí esta copa, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya. Este es uno de los versículos para mí más intensos del evangelio. Jesús expresa su deseo humano de evitar el sufrimiento. Pero ¿qué hace? Se somete a la voluntad de Dios.
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