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EMOTION ME por Pedro Vivar
FESTINA LENTE - El origen de la expresión sin prisa pero sin pausa.

FESTINA LENTE - El origen de la expresión sin prisa pero sin pausa. 633op

2/6/2025 · 06:02
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EMOTION ME por Pedro Vivar

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En un mundo que glorifica la prisa, detenerse parece un acto de rebeldía. Pero hay una antigua máxima latina que encierra una paradoja poderosa: Festina lente —“apresúrate despacio”. Hoy hablamos de esa tensión creativa entre urgencia y paciencia. De cómo avanzar con determinación sin perder la calma. De cómo la impaciencia arruina las grandes obras… y cómo la lentitud consciente puede ser el camino más rápido hacia lo esencial. 📌 ¿Qué tienen en común emperadores romanos, estrategas renacentistas y atletas de élite? Todos entendieron que no basta con correr: hay que saber cuándo frenar. En este episodio exploramos: La historia detrás del lema de Augusto Su aplicación en la toma de decisiones Cómo entrenar la presencia sin perder el foco Y por qué Festina Lente no es una contradicción, sino una clave para la acción sabia. 🎧 Un episodio para quienes están cansados de correr sin saber a dónde van. 5i5ik

Lee el podcast de FESTINA LENTE - El origen de la expresión sin prisa pero sin pausa.

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

¿Cuántas veces has escuchado eso de sin prisa pero sin pausa? Suena a consejo de abuela, a frase de sentido común, pero en realidad es una síntesis milenaria de sabiduría filosófica.

En la Antigua Roma esa misma idea ya tenía nombre, festina lente, apresúrate lentamente, y aunque parezca contradictorio, no lo es, es todo un arte, el arte de avanzar con firmeza sin perder presencia, de actuar con intención sin caer en la ansiedad, de lograr sin romperte en el camino.

Cuenta su etonio que Augusto, el emperador que fundó la era dorada de Roma, tenía esta frase como lema grabado en su anillo, festina lente, apresúrate despacio.

Cuenta este historiador, su etonio, que Augusto, el emperador, en una campaña decisiva vio cómo los ejércitos enemigos se retiraban.

El joven general Agripa, muy fiel a su emperador, muy valiente, insistió con ímpetu.

Augusto, debemos atacarlos ahora, el momento es perfecto, si dudamos huirán.

Augusto lo escuchó en silencio, se levantó, caminó hacia la ventana de su tienda, hizo una pausa y observó el cielo.

Las nubes se agrupaban en silencio cargadas de presagio.

Fue entonces cuando le respondió, si atacamos hoy moriremos con gloria, si esperamos venceremos con sabiduría.

Su general Agripa cayó, pero sus ojos ardían en impaciencia.

Al amanecer una tormenta monumental arrasó la zona donde habrían cruzado.

Los barcos del enemigo fueron destruidos por el mar.

Roma ganó, no por la espalda, sino por la paciencia con dirección.

Augusto no era lento, era exacto, y sabía que la velocidad sin conciencia destruye.

Podemos observar cómo muchos líderes durante la historia no supieron, pese a todos los recursos de los que disponían, actuar con templanza, actuar con prudencia, y fue ello, fue esto lo que les costó muchas veces su legado.

Seguro te viene a la mente, como a mí, cómo la Armada Invencible cayó en los engaños de los ingleses y fue derrotada precisamente por una falta de prudencia del emperador Felipe II.

Hoy sabemos que esta falta de prudencia viene y radica en nuestro sistema nervioso, pues éste no está hecho para vivir acelerado.

La urgencia crónica activa la amígdala, disparando el miedo, el juicio se apaga, el córtex prefrontal queda en segundo plano, la tensión constante deteriora el sistema inmune digestivo y emocional.

Sin embargo la pausa consciente, la lentitud lúcida activa el nervio vago, reduce el cortisol y restablece la conexión cuerpo-mente.

El cuerpo humano es antifrágil a la lentitud bien dirigida y quebradizo en la prisa constante.

Vamos a aplicar festina lente en nuestro cuerpo para mejorar nuestra salud y nuestra vida.

Porque cuando comes sin masticar, cuando entrenas sin respirar, cuando hablas sin sentir, estás negando una parte de ti.

Festina lente no es un estilo de trabajo, es un estilo de presencia.

El músculo se fortalece en la pausa, la idea se clarifica en el silencio, la emoción se ordena en la espera, la salud se cultiva en el ritmo, no en la reacción.

Por ello te voy a proponer tres ejercicios prácticos para que comiences hoy si quieres.

El primero, respirar antes de decidir.

Cuando sientas presión, detente, inhala 4 segundos y trata de exhalar en 8.

Decide desde tu sistema nervioso regulado y no desde la adrenalina.

La segunda práctica es movimiento consciente.

Al empezar cualquier tarea, haz los primeros minutos a la mitad de la velocidad habitual.

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