LA ESFERA ESMERALDA 93r36

Hoy vamos a realizar un ejercicio de visualización del lugar donde habita nuestra alma, el cuerpo.

Nuestro cuerpo hoy lo podemos ver como una gran mansión. Es nuestra casa durante un tiempo mientras vivamos en esta tierra y ahí es donde habitamos en ese cuerpo. Y si lo vemos como una casa, vamos a realizar un viaje por esta casa, una inspección de la casa y una sanación también.

En primer lugar entraremos en esta casa y nos situaremos en el despacho, que es como si fuera el lugar donde siempre estamos, en el cráneo, en la cabeza. Y desde ahí nos pensamos que dirigimos todo y nos organizamos y pensamos y creemos. Pero aparte del despacho, de este gran despacho que tenemos algunos, una oficina, un centro de dirección, es un lugar bastante serio, a veces es un poco rígido, hay muchos ordenadores, pantallas, es un poco frío como estancia de la casa, es un poco fría. Sirve para organizar, para trabajar, pero no para estar mucho tiempo.

Y tendremos que hacer una introspección del resto de este hogar nuestro. Partiremos de ahí, de la cabeza, y pasaremos por algún pasillo y pronto nos encontraremos otro lugar que nos encanta estar. Es el salón, la sala de estar, un enorme salón donde podemos reposar, regenerarnos, hacer fiestas, jugar. Esta sala de estar, que es nuestro corazón, es muy agradable.

Vamos a revisar cómo está nuestro corazón. ¿Cómo está decorado? ¿Los sofás son mullidos? ¿Es agradable el color de las paredes? ¿Las ventanas están bien abiertas? ¿Está ventilado? ¿Es armónica la decoración? ¿Hay cosas inútiles? Lo que sabemos es que ahí es nuestro verdadero hogar, el lugar donde podemos reposar, vibrar, sentirnos cómodos, confortables.

Pero tenemos que proseguir nuestra visita y revisar el resto de la casa, habitación para habitación, órgano por órgano. Recorremos pasillos, arterias, y vamos viendo puertas y puertas. Cada una es un órgano. Y vamos entrando en cada habitación, en cada órgano, y vemos cómo está. Si está el día, si está armónica, si es tan agradable como la sala de estar, aunque sirva para otras cosas.

Si no lo está, lo revisamos. ¿Qué es lo que no te gusta de este órgano? ¿El color? ¿No hay suficiente luz? Pues abre las ventanas. ¿Ves? Acércate, abre la ventana, las cortinas, ventila, mira cómo está de ordenado, si todo está en su sitio, si todo vibra bien, si hay algo que sobre, hay algo sucio, pues ves y límpialo. Límpialo. Coge un trapo, saca el polvo, desinfecta.