Episodio 45. El síndrome de la impostora. 3w58

Buenos días, desde la Asociación Lasus estamos aquí otro día más para ofreceros un nuevo episodio de nuestro podcast Un ratico con la psicología.

Yo soy María José González, psicóloga de Lasus, y hoy estamos con Sara, con mi compi Sara.

Buenas días, Sara, psicóloga de la Asociación Lasus.

Y hoy vamos a hablar del síndrome de la impostora, ¿no es así, Sara? Pues sí, efectivamente, hoy vamos a hablar sobre el síndrome de la impostora, que es posible que a mucha gente ya le suene este concepto, y es esa sensación de que no somos lo suficientemente buenos, que todo lo que hemos logrado es pura suerte, pero bueno, vamos a ir hablando un poco más en profundidad sobre el origen, tipos, forma de manejarla, entre otras muchas cosas.

Y, Sara, ¿esto es algo común o solo afecta a personas determinadas? Pues sí, esto es algo que, como seres humanos, todos hemos sentido en algún momento.

Piensa en esas ocasiones en las que hemos escuchado en los demás, o incluso nosotros mismos, frases como, no sé por qué me han dado este trabajo, seguro que ha sido un error, o cuando nos estamos preparando un examen y sacamos buena nota, cualquiera podría haber sacado esa nota, entonces, al final, esos pensamientos nos hacen un poco minimizar todos nuestros logros y dudar de nuestras capacidades.

Esas frases que acabas de decir, seguro que a las personas que nos escuchan les resultan familiares.

Y, volviendo al síndrome de la impostora, ¿qué es exactamente el síndrome de la impostora, Sara? Pues, para ponerlo un poco en contexto, el síndrome de la impostora no es un trastorno mental, sino que es un fenómeno psicológico, y que se oyó por primera vez en 1978, el cual, este término, lo empezaron a usar dos psicólogas, y estas psicólogas lo que estaban haciendo es estudiar a mujeres que eran bastante exitosas, y que, a pesar de todo lo que llevaban detrás de trabajo, sus logros, vivían con la creencia de que no eran lo suficientemente buenas y que, en cualquier momento, alguien descubriría la verdad sobre ellas.

¿Y eso quiere decir que este fenómeno tiene algo que ver con ser una persona humilde o insegura? No, no se trata simplemente de humildad o de una inseguridad pasajera.

La diferencia es que las personas con el síndrome de la impostora están convencidas de que sus éxitos no son merecidos.

Incluso cuando tienen alguna evidencia de sus logros, la percepción que tienen personal les hace sentir que son un fraude, básicamente.

Entonces, no se trata de reconocer las capacidades, sino de una percepción de ellas mismas que está distorsionada.

Entonces, lo curioso es que no afecta solo a personas de nuestro entorno, sino que también afecta a personas que, a lo mejor, tienen un poco más de fama.

Hay testimonios como figuras de Emma Watson, Lady Gaga, cantantes, actrices, que en entrevistas han expresado su duda a pesar de todos los trabajos que llevan atrás.

Por ejemplo, Meryl Streep, que es una actriz muy conocida, alguna vez ha hecho un comentario como el...

¿Por qué alguien querría verme en una película si todo lo que estoy haciendo es engañar a la gente? Qué duro, ¿no? Y que complica nuestra mente que objetivamente tenemos esos logros y nos hace pensar que somos inferiores.

Oye, Sara, ¿por qué algunas personas experimentan el síndrome de la impostora más que otras? Pues existen varios factores.

Uno de los principales es el perfeccionismo.

Es decir, si hemos crecido con esa idea de que debemos hacerlo todo perfecto, de una forma impecable, ¿qué va a pasar? Que cada pequeño error que cometamos se va a volver un motivo para pensar que no somos lo suficientemente buenos.

Ya, claro, tiene sentido.

¿Y crees que también tiene que ver con el entorno en el que vivimos?