Episodio 29. Ego y Alma e4w22

Noelia Romero, ¿qué tal? ¿Cómo estás? Que sé que ha llevado una semana de locos y de locas, ¿no? Buenos días, Antonio Valenzuela. Bien.

Bien porque nuestro espacio Metanoia es como para mí un parar y reconectar.

Así que aunque haya sido una semana agitadilla, estoy bien.

¿Qué tal estás tú? Además, te tengo que decir una cosa.

Bueno, la gente no nos ve ahora, pero me encanta verte así.

Normalmente, los últimos días te he visto en eventos, en congresos...

He visto a la Noe súper arreglada, con su pelo súper tal, sus botas, sus chelsea boots...

Y ahora te estoy viendo ahí con tu coleta cogida y con tu sudadera.

Y me gusta ver a la Noe de sudadera.

Creo que es la primera vez que veo a la Noe de sudadera.

Es que la Noe de sudadera se va a entrenar ahora.

Ahí está. Dice que sí. Ahí, ahí.

Ya estoy cumpliendo mis propósitos de enero.

Yo no sé cómo va nuestra familia Metanoia, pero yo los que me puse los estoy cumpliendo.

Ahí está, ahí está.

Yo creo que nuestros metanoicos y nuestras metanoicas seguro que también lo están cumpliendo.

Metanoia, un podcast donde todo fluye por Noelia Romero y Antonio Valenzuela.

Pues mira, Noelia, te voy a sacar un tema.

A ver si te gusta. Es un tema de una reflexión que yo tuve el otro día.

Y después me di cuenta que hay una fábula en torno a ella.

Y es lo siguiente, ¿no? Y es con el tema de la repercusión que tiene el estrés.

Que sus manifestaciones fisiológicas en el cuerpo son iguales para todas las personas.

Pero depende de la historia mental o vital que tú te cuentas.

Y de tu propósito y de tu motivación cambia radicalmente.

Y sería la historia de si ahora nosotros cogemos y en una jaula, en un recinto cerrado, encerrásemos a un lobo y a un cordero.

Y si cogiésemos y tuviésemos a neurocientíficos que empiezan a examinar la respuesta del lobo y del cordero, seguro que tanto el lobo como el corderito iban a tener disparadas las hormonas del estrés.

Es decir, los dos iban a tener la adrenalina que le corría por sus venas.

Iban a tener el corazón disparado a mil por hora.

Los dos iban a estar en un proceso de hiperatención.

Pero el nivel de excitación y la emoción subyacente a ese disparo del simpático es totalmente diferente.

La del lobo lo movería la motivación, el deseo se podría decir también, ese impulso.

Y sin embargo, el corderito obviamente lo movería el miedo, lo movería el sufrimiento y lo movería la anticipación de la tragedia.

Es decir, en función del lobo anticipando la gran victoria, el corderito anticipando la gran tragedia, esa misma respuesta en el cuerpo para los dos es totalmente distinta y los dos lo van a percibir de la forma totalmente distinta en función de esa historia mental que tienen.

Y te veo mientras te lo estoy diciendo, te veo pensar, se te ve en la cara que estás pensando, tienes ahora mismo tus neuronas ahí funcionando a un millón por hora.

¿Cómo ves esa historia? Bueno, voy a empezar por lo de estás pensando.

Claro, te estoy escuchando atentamente porque creo que la gente habrá un momento en el que dudará que entramos al directo sin saber de qué vamos a hablar.

Y era muy bonito porque Ángela, que es nuestra parte metano ya detrás, que edita, decía el otro día Noe, si las personas vieran tu cara cuando Antonio te lanza los temas, se darían cuenta que de verdad, claro, porque ya nos ve.

Entonces me partía risa y claro, como ahora lo has dicho, quería recuperarlo.

Es muy gracioso.

Bueno, yo estaba pensando mientras que te escuchaba, es que pienso muchas cosas, mi mente va muy rápido.

Es verdad que el estrés a nivel físico nos va a afectar a todos igual, pero no sé si en algún episodio hayamos nosotros podido contextualizar, que creo que sí porque hablamos mucho, de que