Episodio 27: No hemos venido a sobrevivir, hemos venido a supervivir 275o4e

Querida, queridísima Noelia Romero, ¿qué tal? ¿Cómo estás? Buenas tardes, Antonio Valenzuela. Pues muy bien, aquí con mi macha preparado para un nuevo episodio de Metanoia.

Muy bien. Y esta vez no vas a verla venir, de lo que te quiero hablar, porque es una de mis movidas mentales.

Yo creo que te va a molar, porque hay una frase que a mí me gusta mucho y voy a resumirlo un poco porque hoy tengo yo un poco de prisa, porque después tengo que ir a grabar el libro del vago y tengo que irme prontillo.

Lo siento, queridos escuchantes, queridas escuchantas, va a ser un episodio un poco corto, pero va a ser muy intenso, ya verás.

Yo siempre suelo decir, y hay una frase que se dice que nuestra salud depende más de nuestro estilo de vida que de la genética.

Y por supuestísimo que estoy de acuerdo con ello.

Pero algo de lo que le llevo dando vueltas un tiempo es nuestro ADN tiene propiedades cuánticas, es decir, las bases que conforman el ADN están en varias posiciones a la vez.

Y eso es algo que la ciencia se está rompiendo la cabeza ahora de cómo puede ser posible.

Y mi teoría no es si parte de nuestro destino viniese implícito o parte de ese destino viniese implícito y viniese escrito en esas propiedades cuánticas del ADN.

Y te voy a explicar el por qué.

Hola, yo sé que las personas que están escuchando ahora estarán flipando de esto, pero es algo que le llevo dando mucho tiempo vueltas.

¿Es una metanoía? Totalmente.

Metanoía, un podcast donde todo fluye por Noelia Romero y Antonio Valenzuela.

Mira, todos conocemos personas que se parecen mucho físicamente.

Y que a veces la persona dice, jolín, esta persona podría ser el doble de esto.

Pues ha habido grupos de investigación que han investigado esto, no valga la redundancia, y han cogido y han hecho pruebas de ADN a esas personas que se parecían físicamente mucho.

Y se han dado cuenta, Noelia, que tenían muchas similitudes en su ADN.

Es decir, que no solo se parecían en su cuerpo, pero sino que se parecían en su genética.

Y ahora donde yo te lo hilo esto.

Yo no sé, ¿tú conoces la historia del rey Umberto I de Italia? Porque es una cosa muy fuerte, ¿no? Imagino que...

Bueno, conozco varias historias de este tema que me estás contando, pero no sé si ahora mismo tienes pistada en el nombre, cuéntamela.

Pues te lo voy a contar.

Pues mira, allá sería por el 1900, exactamente la fecha en la que...

No te sé decir, el rey Umberto fue a un restaurante a comer.

Y cuando llegó al restaurante, pues obviamente el dueño del establecimiento salió a recibirlo.

Ojo, ¿por qué queda el rey? Qué casualidad que este señor, el dueño del establecimiento, también se llamaba Umberto.

Cuando se miraron, se quedaron los dos flipando porque eran súper, súper parecidos.

Pero es que estas dos personas habían nacido las dos en Turín y las dos habían nacido el mismo día y los dos se habían casado con una mujer que se llamaba Margarita.

Los dos se habían casado el mismo día.

El señor, el dueño del restaurante, había inaugurado su restaurante el mismo día que Umberto I fue coronado rey de Italia.

O sea, llegó a tal la historia que los dos tenían de las coincidencias que el rey Umberto invitó a su doble, digamos, a esta persona tan parecida a él, a un espectáculo, porque dice, mira, tenemos que conocernos más.

Ese día, cuando iba a asistir este hombre al espectáculo, el cocinero, al rey le avisaron y le dijeron que a la salida del restaurante, cuando iba a ir al espectáculo había muerto de un disparo el cocinero.

Ese día, cuando el rey salió del espectáculo al que estaba, un anarquista llamado Gaetano Breschi le pegó un tiro al rey Umberto y lo mató.