En este programa te hablo de un pueblo que entró en la asociación Los pueblos más bonitos de España en 2019 293sm

¿Vienes de viaje?
Soy Estrella Sobrino, community manager para alojamientos rurales
y creadora de la comunidad virtual Los Ruralistas,
formada por más de 7.900 personas,
entre propietarios de casas rurales
y fans del turismo rural.
Pero es que además soy fan de descubrir pueblos con encanto
y cada año me visito pueblos de la Asociación
de los Pueblos Más Bonitos de España.
Si quieres saber más sobre mí,
te animo a que eches ojo a mi página web
estrellasobrino.com
En el episodio de hoy,
te voy a hablar de un pueblo
que entró en la Asociación de los Pueblos Más Bonitos de España
en 2019
y donde se rodó el corto La Última Víctima
con Macarena Gómez.
De un pueblo donde tienes que probar, si eres goloso,
los borrachones.
Y de un pueblo donde tienes que hacer para Instagram
una foto en el balcón
de los amorosos.
¿Sabes ya de qué pueblo te voy a hablar?
La frontera.
Era el que pensabas, acertaste.
Algunas pinceladas de historia de Castellar.
Se puede hablar de dos etapas.
La primera, cargada de anécdotas históricas,
se localiza en el pueblo viejo de Castellar
de la frontera.
La segunda es más reciente y se remonta
30 años atrás, fecha en la que
la mayoría de los habitantes del viejo pueblo
dejaron sus casas para trasladarse
al nuevo.
Así, en 1971,
nació el nuevo pueblo de Castellar
y con él una nueva parte
de la historia.
Este cambio supuso para los vecinos
de Castellar mejores condiciones
de vida, ya que la imposibilidad
de crecimiento del pueblo viejo
y la dificultad orográfica
del terreno donde estaba situado
impedían un progreso social adecuado
a lo que había que añadir las
carencias de medios higiénicos
de las viviendas. Además de estos
dos núcleos de población junto a la estación
del ferrocarril, existe otro que tampoco
está exento de trascendencia histórica.
Nos referimos al almoraima.
El viejo pueblo de
Castellar de la frontera está situado en el
interior de una fortaleza medieval.
Por su situación estratégica en lo alto
de una montaña, el suelo de Castellar
ha sido lugar de asentamiento
de numerosas culturas.
Las primeras manifestaciones que poseemos
de presencia humana son una importante
industria lítica que nos
indica que ya por estas tierras
pasó el hombre del paleolítico
y neolítico. Además
la presencia de pinturas rupestres
encontradas en diversos abrigos
rocosos, localizados
cerca del viejo pueblo, nos constata
la presencia del hombre prehistórico.
También podemos
hablar del paso de otros pobladores como
los íberos. Se cree que estos
fueron los autores de la construcción de
una torre militar llamada
Torre Lascutana.
Durante la colonización romana
este pueblo tomó la Torre Lascutana
que los íberos construyeron y crearon
allí un asentamiento
cuya misión fue la observación
y defensa de la calzada romana
que iba desde Cartella
junto a la bahía hasta Córdoba.
Se han encontrado restos de
viviendas en lugares próximos a este asentamiento.
La etapa Visigoda
no fue muy determinante en estas tierras
aunque ha habido hallazgos
que muestran el paso de este
pueblo por aquí.
Los pobladores que más secuelas van a dejar
y que van a marcar una etapa
importantísima son los
musulmanes. Fueron los autores
de la fortaleza que levantaron como consecuencia
de las invasiones y pugnas
contra los cristianos. Fundaron
la villa que se localiza en el interior de las murallas.
Castellar va a jugar
un papel fundamental en la guerra entre
castellanos y musulmanes. Estuvo
bajo dominio árabe hasta que
en 1434
Don Juan Arias de Saavedra
conquistó la villa y la incorporó
a la corona cristiana.
A partir de aquí va a ser un pueblo que ha
basado su economía
en la agricultura, ganadería
y en los recursos que el monte
les ha dado. Hasta que en
1960 comienzan
las obras del embalse de
Guadarranque, lo que permitió
que la población se especializara
en otros trabajos.
A finales de los años 60
el Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario
construyó a
8 kilómetros de la villa fortaleza
un nuevo pueblo, el
nuevo pueblo de Castellar
de la Frontera.