Desarrollo Personal: Todo Acto Genera Consecuencias 722n3w

Desarrollo personal. Todo acto genera consecuencias.

En un pueblo alejado de la ciudad, un año, las lluvias habían sido especialmente fuertes en toda la zona.

Una gran corriente del río arrastró la vivienda de un agricultor, el cual ingresó rápidamente al agua para poder rescatar el mayor número de cosas que pueda.

Mientras hacía esto, escuchó la voz de un niño que pedía ayuda a lo lejos.

El agricultor dejó caer las cosas que había logrado salvar y tomó una bocanada de aire para ir contra corriente y poder salvar al niño.

Luego de poner al niño a salvo, exhausto y con la poca fuerza que le quedaba, llevó hacia un lado las pequeñas cosas que logró salvar.

Al terminar la inundación, la corriente dejó sobre la tierra una valiosa joya.

El agricultor vendió la joya y con el dinero obtenido reconstruyó su hogar, además de donar el resto al niño huérfano y desvalido del pueblo que había salvado.

La inundación también devastó otro poblado y otro agricultor.

Para sobrevivir, tuvo que treparse a un tronco que flotaba sobre las aguas turbulentas.

Un joven asustado pidió ayuda, pero el agricultor se la negó, pensándose, si te subes, es probable que me vuelque y yo me ahogue.

Con el paso del tiempo, la guerra estalló en ese país.

Ambos agricultores fueron reclutados.

El agricultor bondadoso sufrió una herida de gravedad ayudando a un joven y fue trasladado al hospital.

El doctor que lo atendió con dedicación y destreza era el pequeño huérfano al que él había ayudado.

Lo identificó y utilizó toda su habilidad y cariño para atender al herido.

Logró salvarlo y se convirtieron en grandes amigos para siempre.

El agricultor egoísta tuvo como capitán al hombre a quien no decidió ayudar.

Lo envió al frente de combate y, días más tarde, perdió la vida en las trincheras.

Todo acto genera consecuencias.

Concluye con un potente mensaje sobre la relevancia de nuestras acciones y su eco en el futuro.

Nos ilustra que los actos bondadosos pueden resultar en consecuencias positivas, mientras que el egoísmo puede dar lugar a situaciones adversas.

Cada paso que damos entrelaza el tejido de nuestro destino, conectando hilos de bondad o egoísmo, cada uno aportando su propio matiz en el diseño de nuestras vidas.