Desarrollo Personal: La Donación de Sangre 34e5y

Desarrollo personal, la donación de sangre.

Hace muchos años, un médico que ofrecía su tiempo como voluntario en un hospital de Stanford, se encontró con una niña de 10 años llamada Liz, quien padecía de una enfermedad rara.

La única posibilidad que parecía tener para curarse era recibir una transfusión de sangre de su hermano de 12 años, quien había sobrevivido a la misma dolencia y había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla.

El doctor conversó con el hermano de la pequeña y le preguntó si estaría dispuesto a donar su sangre para ayudar a su hermana.

Durante un instante, notó su vacilación antes de que respirara hondo y exclamara, «¡Sí, lo haré!» Si eso significa que salvará a Liz.

Mientras la transfusión se llevaba a cabo, el niño se encontraba recostado en la cama junto a la de su hermana.

Sonriendo, observaba cómo los médicos atendían a ambos y veía cómo el color regresaba a las mejillas de la niña.

De repente, su rostro se tornó pálido y su sonrisa se desvaneció.

Miró al médico y con voz temblorosa preguntó, «¿Cuándo comenzaré a morir?».

Siendo aún un niño, no había comprendido totalmente la explicación del doctor.

Él creía que le sacarían toda su sangre para su hermana y, aun así, decidió aceptar la situación.

En un mundo donde las noticias negativas frecuentemente dominan las portadas, es vital recordar que todos tenemos la capacidad de impactar positivamente la vida de alguien.

¿Cuántas ocasiones hemos dejado pasar la oportunidad de hacer el bien porque estamos demasiado absorbidos en nuestras propias preocupaciones o rutinas? No es imprescindible entender a fondo las consecuencias de hacer el bien para poder hacerlo.

A veces, lo único que se requiere es la disposición para actuar y el valor para proseguir, incluso cuando estamos llenos de incertidumbre.