
Descripción de Alguien Esconde Algo- Lealtad letal 8122j
Cuando las pistas se agotan y un caso se enfría, sólo hay una cosa que hace que los investigadores sigan adelante, la corazonada de que alguien está escondiendo algo. Esta serie sigue a los detectives en su búsqueda por encontrar a esa persona que tiene la pista definitiva que permitirá arrojar luz sobre el caso y resolver el rompecabezas. Desde familiares y amigos en duelo, hasta amantes despechados y testigos, los investigadores estudian minuciosamente cada detalle y discrepancia para descubrir el móvil del asesinato, así como la razón de ocultar una prueba clave. 5g2k60
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Llamó y dijo, acabo de escuchar un tiro.
Aún tenía la bolsa de papel debajo del brazo.
La verdad es que era un personaje bastante excéntrico en Lady Smith.
Tenía un león de mascota.
Quien lo asesinó sabía lo que se hacía y sabía a quién quería hacérselo.
¿Quién se beneficia de que haya sido asesinado? Estaba metido en una banda de moteros.
Fue a la comisaría y le pegó al primer agente que vio.
Teníamos dos suicidios y dos asesinatos.
Cada vez se hacía más extraño.
En este caso, mucha gente escondía cosas y las estuvieron escondiendo durante décadas.
Cuando los asesinatos son difíciles de resolver y las pistas se enfrían, solo una cosa anima a los agentes de policía a seguir adelante, saber que alguien esconde algo.
¿Pero quién tiene la pista crucial que condenará al asesino? Alguien esconde algo.
Lealtad letal.
Anclada en las tierras fértiles del noroeste de Wisconsin se encuentra Lady Smith, un pueblo de leñadores y ganaderos.
También es la capital del condado de Rusk.
El condado de Rusk es pequeño y rural, unos 15.000 habitantes, y la ciudad de Lady Smith unos 4.000.
Está a dos horas y media de Minneapolis o St. Paul.
Cuenta con muchas granjas lácteas, un entorno rural.
La llaman Bosques del Norte en Wisconsin.
Es como todos los pueblos.
La gente se siente segura, todos se conocen.
Es el típico pueblecito.
Muy poca gente echa la llave por las noches.
Lady Smith es una comunidad muy segura.
Pero el 14 de agosto de 1979, esa seguridad se hace añicos, cuando las autoridades reciben una llamada sobre un homicidio insólito.
Dean Meyer es de los primeros en acudir.
En aquella época yo era patrullero y estaba de servicio esa noche.
Recuerdo que decían que habían encontrado un cuerpo tumbado boca abajo.
El agente Gerihan también se une a la investigación.
La víctima estaba a un lado del camino, en una arboleda que llegaba hasta su casa.
Los agentes reconocen a la víctima.
Se trata de Rob File, de 27 años, un universitario que vivía solo.
Se había mudado de una ciudad a las afueras de Milwaukee unos años antes.
Al parecer, el joven ha recibido un solo tiro en la cabeza.
File llevaba el pelo largo, no se veía muy bien la herida, pero sí que se veía la sangre que corría por la nuca y un charco en el suelo alrededor de la cabeza.
Uno de los vecinos de Rob, Roger Siem, fue el que lo encontró en el camino.
Roger cuenta que Rob estaba volviendo de la casa de otra vecina, la señora Simer.
Él le había pedido una botella de leche y estaba volviendo a casa.
Poco después, a eso de las 10 de la noche, llamó a Roger Siem y le dijo, oye, acabo de oír un disparo en la casa de Rob, ¿puedes ir a ver? Y Roger se monta en su vehículo, aparca en la entrada y se encuentra a Rob tirado en la cuneta a mano izquierda.
Los agentes acordonaron la zona donde estaba y, al día siguiente, los inspectores encontraron huellas de botas en el camino de tierra, en el puente de la entrada de file.
No vieron nada más en el suelo, salvo huellas de ruedas de coche.
No encontraron el casquillo ni ninguna otra prueba en la escena del crimen.
Todavía tenía la bolsa de papel debajo del brazo cuando cayó al suelo.
No había nada que indicara un fortejeo en la escena del crimen.
Parecía que la víctima iba andando por el camino, que no se sobresaltó en ningún momento, ni se detuvo ni se giró para mirar al culpable, ya que, si no, la herida de bala la hubiera tenido en la cara en vez de en la nuca.
Quien lo asesinó sabía lo que se hacía y sabía a quién quería hacérselo.
Este pueblo es el típico sitio en el que, si vas por la calle y alguien pasa a tu lado, te saluda porque te conoce.
Aquí no hay homicidios.
Así que cuando ocurrió, además de esta forma, la gente se quedó de piedra y muy asustada, muy asustada.
Ropfeil era alumno de la facultad cercana, Mount Senario.
Pero donde más llamó la atención fue en la escena del crimen.
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