
Descripción de El predicador diabólico- PARTE 1 191w69
En 1986, el autoproclamado pastor Gary Heidnik secuestró, torturó y violó a seis mujeres en Filadelfia y luego asesinó brutalmente a dos de ellas. 2c4c13
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Estaba buscando algo para hacer que se callaran.
Querías causar daño a esas mujeres de forma gradual.
Solo quería algo para que se comportaran.
Pero les hacía daño, ¿no? Eso espero.
O sea, no es que lo deseara, pero sí, es lo que estaba intentando hacer para que se portaran bien.
En invierno de 1986, en Filadelfia, Gary Heidnick secuestró y torturó a seis mujeres.
Hoy nos llega desde Filadelfia un macabro caso de secuestro, tortura y asesinato.
La casa de los horrores de Heidnick, en cuyo sótano tuvo secuestradas a seis mujeres.
A Heidnick se le acusa de traer prostitutas a su casa para después violarlas, torturarlas y asesinarlas.
La madre de una de las víctimas asegura haber guiado a la policía hasta la casa el pasado mes de diciembre.
No hicieron nada.
La policía no hizo nada.
Si lo hubieran hecho, mi hija seguiría con vida.
Al principio intenté que estuvieran cómodas.
¿Cómo? Pues hacía fiestas, para empezar.
Una fiesta por Navidad y otra por Año Nuevo.
Él quería establecerse en su trono de poder, control y adoración.
Crear su propio harén de esclavas sexuales y tener muchos hijos.
Gary Heidnick era un tipo religioso.
Se ordenó a sí mismo como sacerdote y fundó la Iglesia Unida de los Ministros de Dios.
En su mente, él estaba creando una iglesia para los marginados del mundo y se veía a sí mismo como un líder benevolente, cuando lo único que estaba haciendo era jugar a ser Dios.
Incluso celebraba misas en la primera planta de su casa mientras tenía a las chicas encadenadas juntas en el sótano.
Las víctimas llevaban secuestradas cuatro meses alimentándose con comida de perro, pan y agua.
La policía encontró partes del cuerpo de dos personas distintas en la cocina.
Creen que puede tratarse de canibalismo.
Fue una mujer que decía haber escapado del sótano, la que les condujo hasta la casa de Heidnick.
Dos de las supervivientes de las torturas de Heidnick han aceptado compartir los detalles de su secuestro.
Van a verse por primera vez 33 años después de que las desencadenaran.
Me lo pregunto a menudo.
¿Por qué tuve que acabar yo en ese sótano? ¿Qué hice para merecer ser torturada y violada durante días? Pero entonces pienso que Dios me puso ahí para salvar a las otras chicas.
Al menos es lo que creo y lo que me digo a mí misma para mantener la cordura.
Recuerdo que me decía que fuera paciente, que ella nos sacaría de allí.
Lo que no me dijo fue por lo que iba a tener que pasar.
Cuando conseguimos escapar, la sociedad me hizo sentir que lo que hizo Rivera era justificable por la situación en la que se encontraba.
Mucha gente no sabe lo que ella hizo realmente porque nunca llegó a contar la verdad.
Si hubiera contado la verdad desde el principio, ahora no estaríamos aquí.
Filadelfia era un desastre en aquel entonces.
Vivíamos en ghettos.
Y cuando eres pobre, la sociedad solo espera ciertas cosas de ti.
Tenía 12 años cuando empecé a vender droga.
Tenía unos buenos padres.
Pero cuando no quería obedecer las normas, me escapaba.
Iba buscando amor y lo encontraba en los lugares equivocados.
Con tan solo 12 años, ya tenía una relación con un hombre de 26.
En aquel entonces era una inconsciente y me creía que ya era adulta.
Él vendía drogas y yo las consumía.
No era más que una niña intentando encontrar su camino en la vida con un hombre mayor que no ayudaba a encontrarlo.
La gente que tendría que haber estado en mi vida para guiarme por el buen camino no lo estaba porque yo no se lo permitía.
Así que caí en la mala vida y acabé en las calles.
Ahí fue cuando conocí a Gary Jaimich.
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