
Descripción de T3 E05 Invernar 701x27
Antes que nada, queremos agradecerles a nuestras amigas del podcast FRAGMENTOS por la inspiración para este episodio. Estos últimos meses necesitábamos invernar. Cuando los días son más cortos, nuestro cuerpo lo siente y nuestras energías son más bajas. A partir de las cartas al inverno que escribimos en nuestro taller “Querido Invierno”, en este episodio hablamos de esta estación y de cómo nos afecta a quienes vivimos lejos de casa, especialmente en un lugar donde el invierno es más intenso de lo que estamos acostumbradas. Reflexionamos sobre cómo el frío, la falta de luz y la rutina invernal influyen en nuestro estado de ánimo, energía y perspectiva. Intercambiamos sensaciones, experiencias y maneras de transitar estos días fríos. Traemos preguntas a la mesa para reflexionar, entre otras cosas, sobre el aislamiento, el cansancio y la lucha entre querer ser productivas y la necesidad de bajar el ritmo. A pesar de todo esto, intentamos aprender de él: aceptar que nos obliga a parar, a reflexionar y a reorganizar nuestras prioridades, aunque a veces lo sintamos como un obstáculo difícil de atravesar. Siempre hay cosas que podemos hacer que nos ayuden a sobrellevarlo hasta que llegue la primavera. 21t4q
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Esto es AQUÍ NO HAY BERMUDA.
Un podcast para aquellas personas que cruzan fronteras o sueñan con hacerlo.
Con Julia Navarro y Paula Hueso.
Querido invierno, te llevo en mis pies, cubiertos siempre por un par o dos de calcetines, porque si no se me caerían los dedos.
Te llevo en mis piernas, que se cansan tan solo con la idea de tener que salir rumbo al gimnasio tras un larguisísimo día de trabajo.
Te llevo en mis caderas, que añoran bailar como la rutina de cada semana.
Te llevo en mi barriga, contenta y un poco más protagonista después del disfrute de navidades y las comiditas ricas y calientes que le regalo.
Te llevo en la espalda, te siento como una hoja, fría y afilada, que me clava la cama por la mañana y no me deja salir si no han pasado mis tres alarmas de rigor.
Te llevo en mi pecho, que busca sentirse arropado y respirar en calma.
Te llevo en mi garganta, como un nudo que cuesta tragar.
Te llevo en mi cabeza, enneblinada y dispersa, añorando la clara y cálida luz de la primavera, que ahora parece tan lejana.
Te llevo conmigo, te siento, te odio, te deseo lejos, pero también me pregunto, ¿qué quieres enseñarme? Te llevo y te aprendo, cada año un poco mejor.
Y tú me dices, para, escúchate, date tiempo, quédate en la cama, baila en casa una canción suave, prepárate sopa, descansa, prioriza.
No puedes con todo, y eso está bien.
Ten compasión, reflexiona, reordena, conecta, transforma, y ya llegará la primavera.
Pero por ahora, déjame estar contigo y cuidarte.
Bueno, chicos.
Entramos fuertes.
Ya con la lagrimita.
Bueno, pues ya sabemos de qué vamos a hablar hoy.
Del invierno, cómo el invierno nos afecta también estando lejos, lejos de casa o de donde sea, estando también en un lugar que el invierno es un invierno de verdad.
Sí, porque no creo que estuviésemos acostumbradas nosotras a este tipo de inviernos antes, la verdad.
Pero antes de entrar en materia, queremos dar las gracias también a nuestras amigas y compañeras del podcast Fragmentos, Emil y Carlota, porque nos han inspirado también a este episodio con su episodio que hicieron de Invernando, que os lo recomendamos, y que por cierto, tenemos un episodio con ellas.
Sí.
O sea, ¿tú sabes cuando haces un nuevo amigo y tienes un crash de, Dios mío, no puedes parar de hablar de él? Pues creo que nos está pasando un poco, ¿sabes? Entonces hicimos un episodio con ellas, el anterior a este, que se llama Aquí no hay Fragmentos, que fue un consultorio y que nos lo pasamos súper bien, así que también recomendamos.
Creo que es un capitulazo.
Total.
Mucha sabiduría junta ahí, de chicas, mucha sabiduría femenina.
Un poderío que nos echábamos por ahí.
Sí, sí.
Estuvo muy guay.
Pero bueno, en cualquier caso, hemos decidido hacerle honor a eso y también al invierno, porque realmente creo que hablar por las dos está siendo un invierno un poco durillo de transitar después de tantos años en un mismo país en el que el invierno es real.
Sí, y que además me da la sensación que el invierno empieza cuando es otoño y que dices, es que el invierno, el invierno, y ya en tu cabeza tienes ganas de que se va el invierno cuando aún ni ha llegado, ¿sabes? Que estás en mitad de octubre y dices, uff, que acabaría el invierno y así dices, cariño, es que no ha llegado.
Así que bueno, se hace muy largo, se hace duro, pero hay que pasar por él.
Correcto.
Y por eso estamos aquí.
Y esto que hemos acabado, bueno, que he acabado de leer, básicamente es que hicimos un taller en el que nosotras, junto con tres personitas maravillosas, escribimos una carta al invierno.
Spoiler, esta era mi carta, no he llorado ahora, pero lloré luego cuando todo el mundo se fue de mi casa.
Y la verdad es que es así, son las sensaciones que me provoca, y hemos decidido hacer una estructura un poco distinta.
Vamos a leer una de las cartas, cada una de las cartas, y nos centraremos con un poco
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