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Sócrates, que se estima que vivió desde el 470 al 399 a.C., es uno de los filósofos más influyentes en la historia de Occidente. Su vida y su pensamiento marcaron un punto de inflexión en la filosofía griega, ya que introdujo un enfoque basado en la ética y la reflexión crítica sobre la vida humana. Aunque no dejó ningún escrito, su legado ha sido transmitido por sus discípulos, como Platón y Genofonte, quienes documentaron sus enseñanzas y sus debates. Comenzaremos viendo cómo fue la vida de Sócrates.

Sócrates nació en Atenas, en una época de gran desarrollo cultural y político en la Grecia clásica. Su padre, Sofronisco, era escultor, y su madre, Fenarete, partera, lo que inspiraría más tarde su metáfora de la mayéutica, un método de enseñanza que busca dar a luz el conocimiento a través del diálogo.

Sócrates llevó una vida austera, alejándose de las riquezas y el poder. Pasaba gran parte de su tiempo en las plazas públicas de Atenas, entablando diálogos con ciudadanos de todas las clases sociales. Su forma de vida sencilla y su disposición para cuestionar las creencias establecidas le hicieron famoso, pero también le generaron enemigos entre los poderosos.

En el año 399 a.C., Sócrates fue acusado de corromper a la juventud y de no respetar a los dioses de la ciudad. Fue juzgado y condenado a muerte. A pesar de tener la oportunidad de escapar, decidió aceptar su destino, pues consideraba que huir sería ir en contra de sus principios y de la ley ateniense.

Murió bebiendo cicuta, dejando un ejemplo de coherencia entre sus ideas y sus acciones. A continuación veremos cuáles eran las principales ideas de su pensamiento. El pensamiento de Sócrates se centra en la ética y la búsqueda del conocimiento. Su famosa frase, sólo sé que no sé nada, refleja su enfoje crítico y su humildad intelectual.

Para él, el verdadero conocimiento no reside en acumular información, sino en cuestionar constantemente las creencias y examinar la vida. De hecho, Sócrates sostenía que, una vida sin examen no merece ser vivida. Su método filosófico, conocido como la mayéutica o método socrático, consistía en formular preguntas para llevar a sus interlocutores a reflexionar y cuestionar sus propias ideas. Este enfoque dialéctico buscaba llegar a definiciones claras y precisas de conceptos éticos fundamentales como la justicia, la virtud y la verdad. Sócrates creía que la virtud es el conocimiento y que el mal surge de la ignorancia. Según él, si una persona conoce el bien, actuará en consecuencia.

Por tanto, la educación y la reflexión eran esenciales para alcanzar una vida virtuosa.

Sócrates enfatizaba la importancia del alma y sostenía que ésta era más valiosa que el cuerpo o las posesiones materiales. Para Sócrates, cuidar el alma significaba vivir de acuerdo con la virtud y la razón, en lugar de dejarse llevar por los deseos y los placeres superficiales. Para finalizar, veremos cuál es el legado de Sócrates.

El impacto de Sócrates en la filosofía occidental es incalculable.