Sergio Fernández revela el secreto de las personas con RELACIONES FELICES 20347

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¿Qué tal? Hoy vamos a hablar de relaciones felices, relaciones extraordinarias felices, como debían ser de ordinario, pero a veces se convierten en extraordinario, tan extraordinario como es nuestro invitado de hoy, Sergio. ¿Qué tal, Sergio Fernández? Bienvenido.

Es un placer, Alfredo, volver a verte. ¿Cómo estás? Bueno, pues vamos directamente al grano a hablar de lo que hemos venido, de lo que has venido a hablar en cuanto a esas relaciones felices. ¿Qué diferencia, Sergio, hay a las personas, entre las personas con relaciones extraordinariamente felices, de quienes están siempre entre conflictos constantes? Es muy buena pregunta. Es una pregunta que, por cierto, podemos hacer en todos los ámbitos de la vida, ¿no? ¿Qué saben las personas que tienen un resultado que las demás no? Porque claramente hay algo que saben. Yo te arrancaría con una idea clave, Alfredo, y te diría que la relación más importante que tenemos en la vida es la relación con nosotros mismos, y que cuando no nos llevamos bien con nosotros mismos, que es más frecuente de lo que aparentemente parece, eso afecta y estropea y mancha todo el resto de nuestras relaciones. Así que para mí, la primera clave es conocernos a nosotros mismos. Tampoco digo nada nuevo, Alfredo, esto está en el templo de Apolo en Delfos. Conócete a ti mismo. ¿Cuál es el problema de que no nos conozcamos? Hay muchos, pero te diría uno que yo creo que a muchas personas les podrá resonar, y es esto de la proyección.

Todo aquello que no hemos sanado en nosotros lo terminamos proyectando, lo terminamos poniendo, lo terminamos viendo en el otro. Aquello que no hemos aceptado o conocido en nosotros mismos, aquello que no hemos sanado en nosotros, lo acabamos viendo en los demás. Pero esto es una herramienta que tiene la vida. ¿Para qué? Para que crezcamos personalmente. Es como si la vida de alguna manera dijera, bueno, como estos chavales no se van a mirar dentro, lo que vamos a hacer es vamos a dotarles de un mecanismo para que se conozcan a sí mismos a través de lo que ven enfrente. ¿Y cuáles son los sospechosos habituales en los que proyectamos? Pues ya los conocen nuestros padres, nuestra pareja, nuestros hijos. No necesariamente por este orden. Pero es ahí donde más conflictos tenemos, porque es ahí donde con frecuencia proyectamos más aquello que no hemos sanado en nosotros. ¿Y qué hábitos, Sergio, disfrutan, qué hábitos diarios disfrutan y practican quienes de alguna manera tienen relaciones saludables? Mira, el otro día hablaba de esto con una profesora de la casa de IPP y medio acabábamos riéndonos y decíamos, oye, esto del desarrollo personal al final se resume en dos frases y es, todo se originó en tu pasado.

Se habla mucho del niño interior, pero nosotros tenemos, además, también la perspectiva del adolescente interior. Hay personas que hablan incluso de la teoría de los septenios, pues los primeros siete años, los segundos siete años, pero sean siete, o sean catorce, o sean veinte, lo que parece evidente es que cuando hablamos de desarrollo personal todo tiene origen en nuestro pasado, típicamente en nuestra infancia. Esto sería como la idea uno y la idea dos es todo depende de nosotros. Cuando estamos en relaciones lo primero que tenemos que darnos cuenta es que el único que tiene que cambiar soy yo mismo. Lo que tenemos que darnos cuenta es de que cada interpretación que hago de lo que pasa ahí fuera es solo una de las posibles. Y esto, Alfredo, cuando hablas, fíjate, esto lo hemos visto en clase, ¿no? Cuando hablas con hermanos que se apuntan a clase, nosotros tenemos un ejercicio que le llamamos los cuatro tesoros, que es, oye, háblame de lo bueno de tu padre, de lo malo de tu padre, de lo bueno de tu madre, de lo malo de tu madre y cuando hay hermanos, curiosamente ponen cosas muy diferentes. ¿Qué significa esto? Significa que cada persona en el fondo lo que está viendo en el otro es solo una pequeña parte de lo que tiene el otro, pero que tiene más que ver con el trabajo que uno ha hecho o no ha hecho que con la forma de ser de la otra persona.

Así que resumen, todo tuvo origen en el pasado, si no repasamos nuestro pasado estamos condenados a repetirlo. Esto es una frase que se utiliza con frecuencia en el ámbito de la historia, los pueblos que no conocen su propia historia están condenados a repetirla, pues bien, pasa igual en los clanes familiares, pasa igual en las empresas y por supuesto pasa igual en la foto pequeña en nosotros mismos y segundo, no se trata tanto del otro como de nosotros mismos. A mí me da mucha paz, Alfredo, saber que no tengo que conseguir que tú o que nadie cambie. Es como, si alguien tiene que cambiar acaso seré yo y luego ya veré si lo hago o si no lo hago, pero solo eso de repente te pone la vida en un sitio a priori de mucha más paz. Hay mucha gente que en este momento te está viendo y escuchando y es posible que esté inmerso en un conflicto personal, es decir, o familiar incluso, en un conflicto de relaciones en el que no anda muy contento. ¿Es posible transformar un conflicto familiar o relacional en una oportunidad de crecimiento que sea útil y real? En mi opinión, Alfredo, la pobreza no es una cosa.