
Sábado 17 de mayo – Juan 14, 7-14. Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. 4w5u3v
Descripción de Sábado 17 de mayo – Juan 14, 7-14. Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. 5vw2v
Meditación del día 17 de mayo de 2025 Palabra de Vida 461l4w
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¿Quién me ha visto a mí? Ha visto al Padre. Fijaos que cuando el apóstol Felipe le pregunta a Jesús, muéstranos al Padre, y nos basta, queremos saber quién es ese Dios del que tú hablas, y dice, es que el Padre y yo, lo veíamos hoy día, somos uno, y por tanto, ¿quién me ha visto a mí? Ha visto al Padre. A veces nos hacemos preguntas, cuando hablamos de Dios en general, y Dios que pensará de esta guerra, Dios que pensará de esta circunstancia, Dios que pensará de mi familia, Dios que pensará de mis equivocaciones, y la respuesta es muy sencilla, Dios piensa lo que piensa Jesús, porque Jesús es Dios, y aunque es verdad que en Dios, siendo un único Dios, hay tres personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, hay tal identificación de amor, de pensamiento, hay tal unidad entre ellos que el Padre no piensa distinto del Hijo, y por tanto, puede decir el apóstol Felipe, ¿quién me ha visto a mí? Ha visto al Padre.
El Padre y yo somos uno, y por tanto, no hace falta que le eches mucha imaginación de cómo será Dios, Dios me castigará, será ese Dios cruel que castiga los pecados, y que porque me he muerto y no estoy en gracia de Dios, porque no me he querido confesar, o por lo que sea, no he podido, me va a castigar, y dices, chico, tranquilo, ¿qué te diría Jesús? Te diría, mira en tu corazón, ten paz, te quiero como me pides perdón, siempre vas a encontrar en mí esa capacidad para desintegrar tu pecado con mi misericordia.
Mirando a Jesús, ¿tenemos confianza? Claro que sí, ¿por qué? Porque Él nos muestra el verdadero rostro de Dios, no hace falta echarle mucha imaginación, ¿por qué? Porque todo lo que tenemos que saber de Dios, todo lo que Dios quería contarnos de Él, todo ha quedado perfectamente explicado en la vida, en las palabras, en Jesús de Nazaret. Todo lo que tenemos que saber de Dios está en Jesús, no solamente en sus enseñanzas, por supuesto, sino sobre todo en sus obras. Lo veíamos ayer, ¿qué haría Jesús? ¿Qué pensaría Jesús de esta persona? Y la verdad es que tampoco queremos hacer un Dios a nuestra imagen y semejanza, no, a Dios no le daría importancia, ¿qué es lo que haría yo? No, no se trata de que tú le hagas decir a Dios lo que a ti te gustaría, sino que seas lo suficientemente honesto para saber que Jesús en el Evangelio explica, que aborrece la hipocresía, que aborrece a los que se olvidan de los pobres, que aborrece la mentira, que aborrece la codicia, que pisotea a los demás, y que en cambio le gusta mucho a los que cuidan de los débiles, los que atienden a las necesidades de los demás, lo sabemos muy bien, porque todo, repito, está manifestado en Jesús.
Por eso es así, algún día, cuando se quite el velo de la fe porque termine nuestra historia, veremos a Dios cara a cara, contemplaremos a Dios cara a cara, después de esta vida temporal que comienza la vida eterna, ¿y con qué Dios me voy a encontrar? Me voy a encontrar con el Dios que se manifiesta en Jesús de Nazaret, me voy a encontrar con Jesucristo y con el Padre y con el Espíritu Santo, pero ya sé lo que piensa, ya sé lo que quiere, ya sé que me va a juzgar con misericordia si yo reconozco mi debilidad y se la entrego con confianza.
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